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«Incluso si no compramos cereales forrajeros ni oleaginosas de Estados Unidos, esto no tendrá un gran impacto en el suministro de cereales de nuestro país», declaró este 28 de abril Zhao, número dos del principal órgano planificador del gigante asiático.
En ese sentido, el alto funcionario explicó que las importaciones agrícolas estadounidenses consistían «principalmente a cereales forrajeros, que son altamente sustituibles» y añadió que el impacto en el suministro energético de China sería limitado si las empresas dejaran de importar petróleo, gas natural y carbón estadounidenses.
En ese sentido, el Financial Times valida las palabras del funcionario chino al afirmar que mientras la pérdida del mercado chino será «un golpe sustancial» para los agricultores estadounidenses, la participación de Estados Unidos en las importaciones de alimentos de China se ha desplomado al 13,5% en 2023, desde el 20,7% en 2016, haciendo que su cuota en el mercado del gigante asiático sea actualmente muy menor.
Vale recordar que Pekín impuso aranceles de un 125% a las importaciones desde EEUU, como respuesta a la decisión de la Administración del presidente Donald Trump de establecer grávemenes del 145% a todos los bienes chinos, salvo algunas excepciones del sector electrónico.
Además, pese a lo que Zhao calificó como «shocks externos» —en referencia a la guerra arancelaria lanzada por EEUU-, el funcionario dijo que el Gobierno estaba «plenamente confiado» en alcanzar la meta de crecimiento del 5% del país para el 2025.
La semana pasada, el presidente Trump aseguró haber recibido una llamada telefónica del mandatario Xi Jinping sobre el tema de los aranceles. Sin embargo, Pekín desmintió sus dichos, y reiteró que solo podría empezar a mantener conversaciones cuando EEUU elimine sus gravámenes, añadiendo que cualquier diálogo deberá llevarse adelante con una base de «respeto mutuo y realizarse en condiciones de igualdad».