Esta es una de las tradiciones más antiguas del gigante asiático y conmemora al poeta y ministro Qu Yuan (340–278 a.n.e.), quien se suicidó arrojándose al río Miluo como protesta contra la corrupción.
Los pescadores remaron en botes para buscarlo y lanzaron zongzi (bolas de arroz) al agua para evitar que los peces devoraran su cuerpo.
En la actualidad, numerosas embarcaciones, decoradas como dragones, compiten en equipos al ritmo de tambores, una tradición que simboliza el intento de rescate de Qu Yuan y también se vincula a rituales antiguos para atraer lluvia y buena cosecha.
En 2009, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura incluyó esta festividad en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
En el sur de China, el festival tiene mayor énfasis en las carreras de botes, mientras que en el norte predomina el aspecto gastronómico
Durante estas jornadas se espera que el movimiento interregional involucre a 687 millones de personas, un aumento interanual del 7,7 por ciento.
Según el Ministerio de Transporte, el tráfico diario promedio en las carreteras del país alcanzará unos 40,7 millones de vehículos, un 3 por ciento más que en 2024.
Para este primer día del feriado, se prevé un pico de movilidad con cerca de 38 millones de viajes.