Como estaba previsto, este sábado se ha celebrado en Madrid la manifestación contra el rearme y la militarización que está llevando el gobierno español cumpliendo con la orden de la OTAN.
Convocada por la Asamblea de Madrid contra el rearme y la militarización, compuesta por alrededor de 70 organizaciones, han participado 3.000 personas, según la Delegación del Gobierno, y 10.000 según los convocantes.
Sin duda, la movilización era tan necesaria como legítima, pero quizás se debía de haber planteado de otra manera, ya que, durante la misma, lejos de estar ausentes, los oportunistas han sido abundantes y protagonistas.
Ahí han estado altas representaciones del PCE e Izquierda Unida, Sumar y Podemos. Por supuesto, estos han escenificado el papel de antimilitaristas que no les corresponde.
El portavoz de IU y secretario general del PCE, Enrique Santiago, ha expresado que “para Izquierda Unida es muy difícil, por no decir imposible, permanecer en un Gobierno que entre en esa deriva brutal de rearme”. Quien esto ha expresado dijo hace no tanto tiempo: “Preferiríamos no estar en la OTAN […] pero si formamos parte de una organización internacional y tenemos obligaciones, es obvio que mientras formamos parte tenemos que cumplirlas”.
Desde Sumar, el diputado en el Congreso Carlos Martín ha confiado en que el Ejecutivo “no vaya a avanzar más en esa dirección” después del “esfuerzo” que hizo por elevar el gasto hasta el 2% del PIB. Pero, si llegara a hacerlo, Sumar no contempla abandonar el Ejecutivo.
Irene Montero (Podemos) también se ha pronunciado al respecto: “Hoy volvemos a ser insumisas, esta vez contra la guerra, contra el rearme y contra la complicidad de este Gobierno con el genocidio en Palestina”. A esta señora se le olvida de que, con Podemos en el gobierno, el gasto militar creció de manera considerable y, entonces, tragaron con eso y otras muchas cosas.
Lo dicho, la manifestación era necesaria; sobraban los oportunistas.