La situación, que no es nueva, al curriculum del partido nos remitimos, que atraviesa el PSOE en estos momentos, donde todo un secretario de organización (número 2 en el organigrama de un partido político) acaba de entrar en prisión por más que presunta corrupción, provoca que sus dirigentes y electorado más fiel ande cabizbajo, sin respuesta ante la nueva andanada de sus dirigentes que ahora y antes están manchados. La imagen de Vera y Barrionuevo entrando en prisión por el caso GAL, con Felipe González custodiando para que no dijeran una palabra que le pudiera acusar a cambio de un indulto rápido, o en el caso de Andalucía con los ERE s, se reviven ahora con la llegada a Alcalá Meco de Santos Cerdán.
El argumento de que son «casos aislados» y/o «garbanzos negros» ya no se sostiene, La realidad es que se trata de toda una maquinaria de corrupciones, cohechos y gastos en droga y prostitución con dinero público que emana del estercolero del capitalismo que el PSOE ayuda -¡y de qué manera!- a administrar. Y ante tamaña evidencia no queda otra que acudir al menosmalismo, al eterno argumento de que con PP/Vox sería peor. Esta falsa dicotomía de progres o derecha es lo único que alimenta el voto de millones de personas, dado que ambos no se distinguen en apoyar a la monarquía, al Ibex 35, a la OTAN, a la U.E, a no nacionalizar servicios esenciales como la energía, a no romper relaciones con Israel o Marruecos… pero tampoco en el precio de la vivienda que hace imposible que los jóvenes puedan ni siquiera pensar en independizarse, ni en atacar beneficios empresariales que dejan sueldos de 1000 euros en millones de personas, ni el apoyo a las fuerzas represivas.
Es seguro que cuando aparezca el maximalismo tras las próximas elecciones, aparezcan las pancartas de los CC.OO y UGT y el sentimiento progre con un lacado fino de antifascismo, gritando aquello de «Que esto nos pasa por un gobierno facha». Y vuelta al bucle, que se vaya Aznar para que venga Zapatero, y Rajoy para que venga Sánchez, y que siga la noria. Sin embargo. es posible también que aparezcan muchas voces huyendo desesperadas antes de que Miguel Ríos les cante el himno a la alegría con banderas de la U.E flameando. El menosmalismo las exhibe con convencimiento para satisfacción de Úrsula.