De acuerdo con ese organismo, la crisis generada por la ocupación y los ataques israelíes a territorios palestinos impide que miles de pequeños sean inscritos al nacer y la falta de documentos oficiales obstaculiza el acceso a servicios básicos como la atención sanitaria, la educación y la ayuda humanitaria.
«Los niños no registrados también son más vulnerables a la explotación y la trata, pues están efectivamente fuera de la protección de la ley», indicó la oficina y alertó sobre las dificultades para la reunificación familiar.
Además, expresó su preocupación por el incremento de las muertes por los ataques de Israel contra tiendas de campaña, escuelas o cerca de lugares de distribución de agua, alimentos y nutrientes.
«Los hospitales quedaron destruidos, las oficinas gubernamentales están en gran medida fuera de servicio y el desplazamiento generalizado dificulta enormemente a las familias la realización de los trámites de inscripción”, detalló ese ente.
A largo plazo, las consecuencias pueden ser devastadoras para los afectados. Pueden crecer sin ningún reconocimiento oficial de su existencia, lo que agrava los ciclos de marginación y apatridia en una sociedad ya de por sí frágil, añadió.
Por otra parte, advirtió sobre el aumento de la cifra de niños no acompañados, separados al nacer de sus padres y que ahora viven con sustitutos que pueden estar heridos, discapacitados o no tener las condiciones para cuidarlos adecuadamente.
Ante tal problemática, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) denunció que los rechazos de Tel Aviv a sus misiones impide lograr un encuentro rápido de los menores con sus familiares, lo cual impacta también psicológicamente.
En los últimos 21 meses, más de 17 mil niños fueron asesinados y 33 mil resultaron heridos en Gaza. Como promedio, mueren 28 cada día, el equivalente a toda un aula escolar, señaló la directora general de Unicef, Catherine Russell.