Juan J. Sánchez (Unidad y Lucha).— Podríamos considerar como un acierto la denuncia de la represión y la judicialización de las protestas obreras: en los casos de la sentencia de prisión a las “6 de la Suiza”, las fianzas y multas desorbitadas a los metalúrgicos gaditanos, demandas millonarias de ACERINOX a los obreros, demoras judiciales interminables… Todo esto demuestra que el aparato jurídico del Estado burgués funciona como un brazo represivo más del capital, y no como institución neutral garante de derechos. Esto sería como pedir que el tigre fuese vegano.
Se repiten de forma sistemática manifestaciones políticas que, en ocasiones intencionadamente y otras muchas por error de comprensión marxista, sitúan elementos que legitiman al estado burgués. Las que son intencionadas están sustentada en un proyecto o proyectos políticos que, tras la apariencia de progresistas solo persiguen perpetuar la dictadura del capital, para lo que necesitan hacer creer que el estado y sus superestructuras son neutrales. No quieren que se pueda comprender que, el estado y sus superestructuras “Tienen apariencias y/o envoltura democráticas o dictatoriales dentro del marco del capitalismo, que en esencia es una dictadura del capital.»
Así, el Estado parlamentario burgués no neutraliza la represión: la democracia burguesa es la forma más sofisticada de dictadura de clase.
Función represiva concreta y muy aclaratoria;
Rearme y guerra: El Estado aumenta el presupuesto militar para reprimir interna y externamente cualquier resistencia al orden capitalista.
- Externamente: guerras imperialistas para asegurar mercados y recursos.
- Internamente: militarización social (leyes mordaza, represión de protestas) para imponer austeridad y sacrificios a la clase obrera y masas trabajadoras e impedir cualquier conato de insurrección revolucionaria.
Sindicatos y «esbirros del capital»: Los gobiernos emplean a los aparatos represivos del Estado (policía, judicatura) para reprimir huelgas y movilizaciones que desafían los recortes sociales y la pérdida de derechos laborales derivados de las políticas de rescate, recortes sociales y rearme.
Ejemplos de cómo se pretende confundir; la petición de “amnistía”.
Pedir ¨amnistía¨ al mismo Estado que reprime, supone reconocerle legitimidad, para castigar y perdonar. Es decir, legitima al mismo estado burgués que la lucha revolucionaria del proletariado ha de derrotar y destruir para avanzar hacia un nuevo estadio civilizatorio: el socialismo.
Desde una posición revolucionaria, lo correcto es, exigir la inmediata libertad sin condiciones y denunciar que ningún tribunal burgués puede juzgar a la clase obrera por defender sus intereses.
Reponer la dignidad Obrera dentro del estado burgués:
Para reponer la dignidad de obreras y obreros en su lucha contra el Estado burgués, es necesario partir del reconocimiento marxista-leninista de que la dignidad no se pide, se toma. No se trata de «recuperar» un espacio dentro del Estado actual, sino de destruir su carácter de clase y construir un nuevo poder desde abajo. La dignidad nace cuando la clase obrera se organiza para romper las cadenas, no para pulirlas. ¡Que la dignidad sea la huelga general que paralice el país, la ocupación de las empresas y la expulsión de los explotadores!
En una situación de manifiesta debilidad de organizaciones obreras, sindicatos y algunos partidos, para poder dirigir al conjunto de las masas trabajadoras se hacen o sitúan reivindicaciones aisladas sin perspectiva revolucionaria alguna, quedando, en el mejor de los casos, en meras propuestas reformistas, limitándose a meras reparaciones individuales y a la “restauración” de derechos dentro del marco legal actual. No cuestionan la propiedad privada de los medios de producción de las empresas que organizadamente combaten al proletariado, como el caso de ACERINOX, empresas, grandes o pequeñas del metal en Cádiz, Santander y Cartagena, más un largo etc, obviando la función represiva del Poder Judicial, que como aparato del estado está al servicio/propiedad del poder capitalista. Tampoco se plantea la solidaridad activa de la clase obrera y masas trabajadoras (huelgas generales, boicots, paros solidarios, ocupaciones) ni tampoco se incide en la necesidad de un sindicalismo clasista que prepare y desarrolle una batalla sin cuartel contra los intereses del capital y su dictadura, organización e insurrección obrera y popular, así como la expropiación de la propiedad privada de los medios de producción, circulación y cambio.
Hoy ante la barbarie capitalista es necesaria la Unidad táctica, pero con claridad y objetivos políticos, que no solo se posicionen en la defensa puntual o individual sino en la defensa colectiva de los intereses de la clase obrera en general.
Las denuncias o protestas deben estar encaminadas a la articulación del frente obrero en torno a un proyecto revolucionario, comenzando por como articular la respuesta obrera general ante la represión del estado burgués.
Centremos nuestra acción en lo que en estos momentos puede y debe ser el chispazo que encienda la mecha. La represión que hoy se ejerce contra los obreras y obreros del sector del Metal y metalúrgico:
- La creación de comités de defensa de los represaliados, elegidos por las asambleas.
- Huelga solidaria1 en toda la cadena del acero, que paralice ACERINOX y demás empresas del sector.
- Trabajo sindical que, haga de una batalla sectorial una guerra general sin cuartel contra el enemigo, el capital.
- Exigencia de libertad inmediata, anulación de multas.
- Exigencia de la expropiación sin indemnización de las plantas y puesta bajo control obrero.
Conclusión:
Las o algunas de las expresiones publicadas, consiguen visibilizar la represión, pero estas son insuficientes si no se vincula a una estrategia, a un proyecto revolucionario que vaya más allá de la legalidad burguesa.
La única “reparación” real es la libertad inmediata de las y los compañeros represaliados y la transformación de los conflictos en punto de partida para la lucha por el poder obrero. No guiar la lucha por este camino, significa reconocer haber sido derrotado por la burguesía o, más peligroso, estar en nómina de esta. Repetir hasta su comprensión; El estado no es neutral, éste es propiedad de la clase en el poder, sus estructuras y superestructuras están al entero servicio de la clase en el poder, hoy en este estadio histórico, el capitalismo, la clase en el poder es la Burguesía. En el estadio, momento, histórico que nos ha tocado vivir, imperialismo, fase superior del capitalismo, ya no hay espacio para reformas puntuales del estado opresor. Solo hay un camino: la revolución proletaria que ponga fin a la barbarie capitalista.
———-
1 Hay que tener en cuenta que las huelgas solidarias están expresamente prohibidas por el Real Decreto-ley 17/1977, de 4 de marzo, sobre relaciones de trabajo.