Las fantasmadas sobre el calentamiento afirman que el clima mundial se está volviendo más inestable y que los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes. Como consecuencia de ello, va en aumento el número y la intensidad de tormentas, tornados, tsunamis, tifones…
Al ser el océano más extenso del mundo, el Pacífico es también el epicentro de los tifones más fuertes registrados en la historia. Estas tormentas traen consigo lluvias torrenciales, fuertes vientos y marejadas ciclónicas que pueden devastar áreas costeras.
Los tifones son ciclones tropicales que se forman en el Océano Pacífico noroeste. Se caracterizan por los fuertes vientos y las lluvias intensas. Su energía deriva de las aguas oceánicas cálidas. La temperatura de la superficie del mar necesita ser de al menos 27°C para la formación de tifones. A medida que avanza el verano, el océano se calienta, proporcionando el calor y la humedad necesarios para alimentar los ciclones tropicales.
Si la temperaturas de las aguas aumenta, se producirán más tifones, pronostican algunos. “Existe consenso en que las tormentas actuales son más frecuentes, intensas y destructivas. Esto se debe a varios factores, incluyendo el aumento de las temperaturas oceánicas, que proporcionan más energía a estos fenómenos atmosféricos” (1).
Es erróneo. Un análisis de los datos reales de la Agencia Meteorológica de Japón (2) indica lo contrario. No hay un número mayor de fenómenos meteorológicos extremos, por lo menos en lo que respecta a los tifones en el Océano Pacífico desde los años cincuenta.
El número promedio de tifones que se forman anualmente en el Océano Pacífico ha disminuido de unos 27 en 1951 a aproximadamente 25 en la actualidad:
El número de tifones que azotan Japón cada año tampoco ha aumentado desde 1951. No se aprecian cambios, no aparece ninguna tendencia, como muestra el siguiente gráfico:
En cuanto al número de tifones que tocan tierra, tampoco se observa ningún aumento.
La mayoría de los tifones ocurre en el verano y desde 1951 el número de los que se formaron en julio cada año presenta una ligera tendencia a la baja. Los tifones se producen en julio con mucha mayor frecuencia en las décadas de los cincuenta y sesenta. Este año, sin embargo, hemos visto un mes de julio activo.
El número de tifones en el Océano Pacífico durante el período de enero a julio de cada año se mantiene dentro del promedio y la tendencia anual para el período también es de descenso.
(1) https://neurotectura.com/2024/11/11/aumento-de-huracanes-y-tifones-cambio-climatico-y-urbanizacion-en-riesgo/
(2) https://www.data.jma.go.jp/typhoon/statistics/generation/generation.html