Buenas noches, hermanos nicaragüenses, familias nicaragüenses; hermanos centroamericanos que nos acompañan, que nos honran con su visita, en este 45 aniversario de la fundación de la Fuerza Naval.
El General Avilés nos recordaba que la Fuerza Naval fue hasta en el año 1980 que se fundó, porque teníamos una especie de Fuerza Naval, pero realmente era muy frágil, era una Fuerza Naval improvisada, se improvisó a partir del triunfo de la Revolución en 1979.
Yo recuerdo todavía que, en un viaje que hice allá a la Costa, un recorrido largo hicimos allí, andaba con Lumberto, con Rosario, y ahí lo que había eran pangas que ocupaban para sobrevivir las comunidades, tanto de la Costa Caribe Norte como de la Costa Caribe Sur. Y recuerdo que nosotros nos guiamos de Las Minas, o sea, primero fuimos a Las Minas y de Las Minas estaba más cerca Bilwi, que es la capital de la Región Autónoma del Caribe Norte.
Son regiones autónomas porque con el Triunfo de la Revolución se les dio derechos de posesión a los habitantes de estas comunidades, que no tenían derecho de posesión, que los sacaban de sus tierras en cualquier momento.
Y esto se forjó con la Ley de Autonomía, o sea, se creó una Ley de Autonomía y ahí tenemos, en el Caribe Norte tienen su Asamblea, toman sus decisiones; en el Caribe Sur, igual, tienen su Asamblea, toman sus decisiones.
Si de la zona del Pacífico va algún proyecto, ese proyecto tiene que ser debatido primero aprobado por la asamblea, el congreso, de la zona del Caribe Norte o de la zona del Caribe Sur; de lo contrario no pasa. Es decir, es el único país en toda la región y en toda América Latina que tiene ese régimen de autonomía que surgió con la Revolución.
Recuerdo que íbamos atravesando el llano ahí, hasta que llegamos a Bilwi, y en Bilwi nos fuimos a hacer un recorrido por el puerto, ahí no había autoridades, y bueno, vi de pronto una Dabur, que eran modernas, armas modernas que le habían entregado a Somoza, y bueno, estaba ahí; y me fui con los compañeros a curiosear; yo no conocía ese tipo de lanchas, eran muy modernas efectivamente, en ese año ni se diga.
Llegamos y nos están recibiendo ahí unos compañeros misquitos y les empecé a preguntar, qué sabían de esas lanchas, que, si ellos podían manejarlas, si podían dominarlas. Nos dijeron que ellos esas lanchas no las conocían, porque eran las lanchas patrulleras del ejército de Somoza, pero que habían estado traveseando y como esos son marineros por naturaleza, que de repente habían logrado moverlas de un lado para otro, de un lado para otro, y ahí andaban con ellas.
Claro, cuando nosotros llegamos ya habían pasado un mes, dos meses que tenían ellos de estar traveseando la lancha. Y les digo, ¿con ustedes podríamos hacer un recorrido? ¿Hasta dónde nos podrían llevar? ¿Nos podrían llevar a las comunidades más cercanas? Sí, porque nosotros vamos siguiendo la costa, ahí vamos siguiendo la costa y ahí están las comunidades, hay comunidades donde se puede entrar con la lancha, otras comunidades en las que no se puede entrar, porque no hay suficiente profundidad para que pueda entrar la lancha.
Total, que, finalmente, nos aseguraban que ellos, que no habían llegado a Corn Island, Corn Island está ya en la parte Sur y tirado bastante hacia el centro de las aguas, del mar. ¿Y nos podrían llevar hasta Corn Island? Nos dicen que sí. Increíble cómo dominaban la lancha, y ahí veníamos nosotros y nos íbamos a asomar a los mapas. Ellos manejaban muy bien los mapas, ellos con los mapas, viendo el Sol, viendo la Luna.
Así fuimos recorriendo varias comunidades, entrábamos a las comunidades, ahí saludando a la gente; mucha gente ni sabía qué había pasado en Nicaragua, no sabían que ya Somoza no estaba. Y cuando llegamos, ya acercándonos a Bluefields, donde estaba el poeta Carlos Rigby, ahí hay una comunidad que se llama Laguna de Perlas.
Nosotros estábamos descubriendo parte de Nicaragua, realmente ahí no conocíamos; entonces, nos llevaron a Laguna de Perlas, porque había que abastecer de combustible para poder saltar de Laguna de Perlas a Corn Island, que nos parecía a nosotros que era el recorrido más peligroso, ¿por qué? Porque había un diferendo ahí, con los hermanos colombianos, sobre la delimitación.
Todo lo que está frente a las costas de Nicaragua son aguas que están en el área de Nicaragua. Colombia, que ha reclamado tierras y aguas en la zona, está lejísimo, tan lejos que los únicos poblados que están ahí cerca, cerca digamos de Nicaragua sí, y lejísimo de Colombia, son unas comunidades que tienen una relación familiar, nuestro canciller, por ejemplo, Valdrack Jaentschke, nació allá en frente, en las tierras que han reclamado los colombianos. Pero fuimos a la Corte, ganamos en la Corte; hemos hablado con los presidentes colombianos para que arreglemos ya esto, lo normalicemos. Hay un fallo de la Corte.
Nosotros tenemos dos Fallos en la Corte, ganados: Uno, contra Estados Unidos, que nos deberían entregar por lo menos 17 mil millones de dólares por todos los daños que provocaron en la guerra. Y el otro fallo es el que le da a Nicaragua el derecho a la delimitación que reclama Colombia, pero que, sencillamente, ya la Corte falló a favor de Nicaragua.
He hablado con los presidentes, hemos intercambiado, bueno, a ver cuándo se puede, pero todavía no se logra abordar. El Presidente Petro nos mandó a decir que estaban dispuestos y nosotros inmediatamente le dijimos a la contraparte para que empezaran a delimitar lo que mandaba la Corte. Estamos esperando todavía. Claro, Colombia tiene muchos problemas, lo entendemos.
La verdad es que ahí la Fuerza Naval de la que hablaba el General, primero, fue la que se fue armando con lo que se encontraban ahí, y lo más moderno era esa Dabur, lo demás eran lanchas de pescadores, con esas trabajaban; lanchas de pescadores, tanto del Pacífico como del mar Atlántico. O sea, realmente no se podía llamar formalmente Fuerza Naval, esa era una Fuerza Naval hecha con el alma, con mucha alma, con mucho amor, pero con muy pocos recursos.
Y nosotros pasamos hasta que llega el Triunfo de la Revolución, 1979, y en ese momento triunfó la Revolución y ya podemos organizar una Fuerza Naval. ¿Por qué? Porque el Gobierno de Somoza dejó lanchas, dejó barcos, dejó medios navales ya, con los cuales se podía organizar la Fuerza Naval.
Se fue organizando la Fuerza Naval, digamos que el momento fundacional fue hace 45 años; pero ¿qué es lo que estábamos en ese momento llamando Fuerza Naval, con mucho orgullo, con mucho valor, con mucha audacia? Una Fuerza Naval todavía que empezaría a desarrollarse. ¿Y en qué condiciones? Veníamos de una guerra con más de 50 mil muertos, la que se libró contra Somoza.
Triunfa la Revolución, pensábamos que el Presidente Carter iba a tener una posición cuidadosa. Realmente fue cuidadoso en cuanto a que no entró a hacernos la guerra, pero cuando le dijimos que no teníamos Ejército, porque buena parte del armamento se la habían llevado hacia Honduras o hacia Costa Rica, se la habían llevado los guardias, y que necesitábamos armas para organizar el Ejército, para darle seguridad al país. Entonces me dijo que nos podían ayudar en otra cosa, pero con armas no.
Entonces era organizar un ejército con las uñas, y fue determinante, indiscutiblemente, para poder avanzar en condiciones muy difíciles, el aporte que brindó la Unión Soviética y el aporte que nos brindaban también los hermanos cubanos. Claro que no eran aportes como para ya organizar un Ejército como el que tenemos ahora, pero bueno, era ya para ir sentando las bases de un Ejército.
Nosotros estuvimos con el Presidente Carter ya entrando a los años 80, y salió el Presidente Carter, perdió las elecciones, y llegó el pistolero, que además venía de Hollywood, Ronald Reagan, quien nos declaró inmediatamente la guerra y cuánta sangre, cuántas vidas, otras 50 mil vidas en esa otra guerra que duró 10 años, desde 1980 hasta 1990.
Ya esa era una guerra que no contaba ni con el apoyo de congresistas norteamericanos, les provocaba un enorme desgaste, y al final, bueno, vinieron los Acuerdos de paz y se puso fin a la guerra.
O sea, dos guerras brutales, sangrientas, y con ejércitos que no se podían llamar todavía ejércitos, pero bueno, ahí en la medida que se iban construyendo, que se iban organizando, hasta que eran ejércitos. Y cuánto jóvenes murieron en esa guerra, cuántos campesinos, cuántas mujeres, cuántos trabajadores… ¡fue terrible!
El Presidente Reagan se sentía tan comprometido que organizó lo que llamaron la contrarrevolución, los armaron, les dieron financiamiento, les dieron entrenamiento, les dieron campos de entrenamiento allá en Estados Unidos, y él llegó al extremo, no solamente de estar pidiendo cada vez más fondos en el congreso para acabar con los sandinistas en Nicaragua, sino que un día se apareció con un grupo de dirigentes de la Contra, y dijo: “¡Yo también soy Contra!”. El Presidente de Estados Unidos.
Desgraciadamente en el mundo falta tener un poco de respeto, de cariño, de amistad, y por eso es que no hay paz, hoy más que nunca no hay paz en el mundo. Nunca había habido tantas guerras simultáneas, tantos actos de terrorismo, enormes, como los que se están presentando en estos tiempos. Y Naciones Unidas no puede hacer nada, porque los que dirigen la guerra son los poderosos, son los señores de la guerra los que tienen las armas atómicas.
Aquí quizás lo que facilitó que en Nicaragua llegáramos a un momento de paz, fue el hecho de que los centroamericanos nos independizamos de España, allá en el año 1821, nos independizamos de España, y teníamos más sentido de la vida, de la paz, que lo primero que hicimos fue derogar la esclavitud. Porque en Centroamérica, allá en la época de los españoles, existía el derecho a tener esclavos, y los centroamericanos decidimos abolirla.
Pero vinieron los grandes empresarios, las grandes empresas de Estados Unidos. En ese momento las grandes empresas de Estados Unidos andaban buscando un paso para cruzar de la costa este a la costa oeste, estamos hablando de los años 1850, 1855. ¿Por qué? Porque había explotado la fiebre del oro y toda la población que estaba en la costa este buscaba la forma de irse a la costa oeste para hacerse de un poco de oro. ¡La fiebre del oro!
Pero resulta que el tránsito, el tráfico era a lo largo de todo el territorio norteamericano, había que cruzarlo todo, ir desde Nueva York hasta San Francisco, hasta Los Ángeles, en condiciones en las que no habían carreteras, viajaban en carretones jalados por caballos; se exponían a que los asaltaran, se exponían a que la población indígena, dueña de esas tierras a las que les venían robando las tierras ya los europeos que habían invadido Estados Unidos, se rebelaban y a los que encontraban en el camino los atacaban con flechas, con lanzas, pero los atacaban.
Entonces, se volvió un enorme riesgo ese cruce, por lo largo y por lo peligroso; por eso es que las empresas navieras andaban buscando el paso, y lo encontraron. Ese paso ya lo habían encontrado los españoles, lo habían encontrado los ingleses, lo habían encontrado los alemanes, cuando empezó la invasión europea sobre América, y lo miraban fácil, ¿por qué? Porque se encontraban con un lago de 8 mil kilómetros cuadrados, un río, y al otro lado un pequeño paso; o sea, bastaba abrir ese paso y ya estaba la ruta del Canal.
Eso, cuando andaban peleando, porque los españoles, los franceses, los alemanes, todos pelearon riquezas, se mataban entre ellos por la riqueza; los demócratas europeos mataban y se mataban entre ellos por la riqueza. Y la riqueza no solamente no solamente la buscan en el oro, la buscaban en rutas de tránsito.
Y lo más brutal, lo más terrible, increíble, es que hubiesen existido y existan todavía descendientes de esos seres humanos europeos que legalizaron el tráfico de esclavos, el negocio de esclavos, y se trasladaban a África, compraban por baratijas a familias enteras, se les entregaban ya amarradas.
Luego cruzaban a Europa. En Europa había clientela que le interesaba tener esclavos y compraban; luego pasaban a Estados Unidos y luego pasaban también a algunos países de estas zonas donde traficaban con esclavos, incluyendo Nicaragua les dije, Nicaragua.
Entonces, traficando con esclavos, es decir, compraban al esclavo con toda la Familia y luego el esclavo no era más que un objeto, que podía ser apaleado, podía ser quemado, podía ser asesinado, y no pasaba nada. No existía justicia alguna para los esclavos. ¿Y quiénes aplicaban esas políticas? Los que se presentaban como los más grandes demócratas, como los más grandes seres humanos.
Y ahí empieza el conflicto con Nicaragua, porque cuando estaban disputándose los europeos ese paso, llegaron a decir que el que lograra dominar ese paso iba a dominar toda América. Y en el año 1855 ya se estaban peleando por el paso, se estaban disputando por el paso dos partidos nicaragüenses: uno, un Partido Liberal, y otro, un Partido Conservador.
El Partido Liberal tenía su presidencia y tenía su congreso en la Ciudad de León, y el Partido Conservador tenía su presidente y tenía su congreso en Granada. Entonces estaban luchando, vivían en guerra, antes de que entraran las empresas gringas.
Entonces, las empresas gringas de un famoso empresario naviero, Vanderbilt, vino ahí, se puso de acuerdo con uno de los partidos, con el Partido Liberal, le ofreció su “buena tajada” como dicen, su buena comisión, y que les diera a ellos el derecho de darle uso a ese paso.
Y bueno, cuando ya están concretando y ya están dando los pasos para que vengan norteamericanos de la empresa para agilizar la obra, se dan cuenta que hay una guerra aquí en Nicaragua y que tienen que apoyar al que les está dando el paso, al Partido Liberal tienen que apoyarlo, y traen de Estados Unidos lo que llamaban en esa época filibusteros, hombres de armas, sobre todo de la zona sur de Estados Unidos y que eran mercenarios.
Y al frente de los mercenarios venía un tipo, un intelectual, abogado, esclavista, que había obtenido propiedades de explotaciones allá en la zona sur de Estados Unidos. Este señor se llamaba William Walker; doctor, abogado, William Walker. Vino con una tropa de filibusteros, bien armados, armas que no las tenían ni los liberales ni los conservadores.
Entonces cuando viene William Walker, ya está con sus tropas y cree que él es un empleado del Presidente, porque el Presidente lo mandó a contratar, ahí nomás al Presidente le pegó un tiro y acabó con el Gobierno, y convocó a unas elecciones, y lógicamente el candidato a Presidente era él, y los que contaban los votos eran ellos.
Y tuvimos un “Presidente” yanqui, filibustero, esclavista, que lo primero que hizo cuando asumió la Presidencia fue imponer de nuevo la esclavitud en Nicaragua, porque no había esclavitud; impuso de nuevo la esclavitud.
Ya con esas condiciones el Departamento de Estado reconoció al “Presidente” William Walker; el “Presidente” William Walker se buscó a un cura que tenía sus vínculos familiares con norteamericanos y lo nombró su embajador, allá le recibieron las cartas credenciales en Estados Unidos.
Pero, aquí siempre la resistencia del pueblo nicaragüense, como todos los pueblos saben resistir también; bueno, la sangre indígena que corre por todas nuestras venas, por muy español, bueno, tuvo familia con indígenas y ahí viene la sangre indígena, y empezó la resistencia, la guerra contra los invasores yanquis. Y empezó, empezó, empezó, y pedía más filibusteros, mandaba a buscar Walker allá a Estados Unidos, venían más barcos con filibusteros a desembarcar.
Pasaron miles de norteamericanos en ese cruce, de una costa a otra costa, a través de ese canal natural que lo conformaban el lago, el río y ese pequeño trecho en la zona del istmo de Rivas, donde lo que tenían estas empresas navieras eran diligencias, y llegaron los barcos más grandes hasta el puerto, ahí desembarcaban a los pasajeros, los montaban en diligencias y de las diligencias ya se iban en un corto plazo a montar a otro barco grande que estaba esperándolos para llevarlos a la costa oeste.
Aquí en Nicaragua quedó para la historia esa lucha, donde se juntaron mestizos con indígenas para enfrentar a los invasores. Y al final los derrotaron, al final tuvieron que mandar barcos de Estados Unidos para rescatarlos y llevárselos de regreso a Estados Unidos.
Yo no conozco de otro país que en esos años haya sido invadido por Estados Unidos. No conozco. Claro, ya ellos habían invadido Estados Unidos, con todos los europeos, eso sí lo habían invadido y se venían tomando todo Estados Unidos.
Les decía que la paz es fundamental, es fundamental la paz, y en Centroamérica, la unidad centroamericana que eso es importantísimo y no lo había mencionado, al juntarse los Indígenas nicaragüenses con los mestizos nicaragüenses y empezar a derrotar a los yanquis invasores.
Se dieron cuenta, los pueblos hermanos, que si el yanqui se tomaba Nicaragua después iba sobre Honduras, sobre El Salvador, sobre Guatemala, hasta a México quería llegar, porque estaban esas posiciones en esa época en Estados Unidos, de querer expandir hasta México, que a México a final de cuentas se le comieron, le robaron, buena parte de su territorio.
Ahora permítanme saludar, darles la bienvenida aquí a Nicaragua, al Contralmirante Luis Reyes López, Jefe de la Marina de Guerra Revolucionaria, y le damos también la bienvenida a su señora esposa, Ivis García Castro. A la Capitana de Fragata Meykel Alexis Fonseca Rodríguez, Edecán del Jefe de la Marina de Guerra también. Fidel está cumpliendo hoy 99 años… ¡Felicidades para el pueblo cubano!
Al Almirante Ashraf Abdel Hadi Suleimán Gutiérrez, Comandante General de la Armada Bolivariana de Venezuela, y a la compañera Rita Marcela Piere, esposa del Comandante General de la Armada Bolivariana de Venezuela. Le damos también la bienvenida, al Capitán de Fragata Ángel José Acosta Pérez, edecán del Comandante General de la Armada Bolivariana de Venezuela.
De la hermana República de Honduras, todo nuestro respeto, nuestro cariño, al pueblo de Honduras, para el pueblo de Morazán. Sandino y Morazán cómo lucharon por la Unidad Centroamericana; Contralmirante Austacil Hagarín Tomé Flores, Comandante General de la Fuerza Naval de Honduras, y a su Señora Esposa. María Guadalupe Lizardo Chávez. Al Teniente de Fragata (…) Nicolle Mendoza Gómez, Edecán del Comandante General de la Fuerza Naval de Honduras, y Manuel de Jesús José Álvarez, conductor del Comandante General de la Fuerza Naval de Honduras. Bienvenidos todos.
De igual manera, cuánto nos alegra que se encuentre la delegación de la hermana República de El Salvador, Capitán de Navío Omar Iván Hernández Martínez, Comandante en Jefe de la Marina de El Salvador. Igualmente, el Capitán de Fragata Mario Alberto Orellana Cabrera, edecán del Comandante en Jefe. Bienvenidos.
Tenemos que defender la soberanía para tener paz. Si defendemos la soberanía todos nosotros, los centroamericanos, vamos a tener paz, y habiendo paz, habrá progreso, habrá bienestar, para todos. Porque al final de cuentas, somos hij@s de una misma madre, todos los centroamericanos somos hijos de una misma madre, de un mismo padre.
Y bueno, al final, yo tengo la seguridad que se va a producir la unidad centroamericana, y aquí tenemos a los comandantes de marina de cuatro países centroamericanos, cinco con Nicaragua. Este es un mensaje muy claro: queremos paz, queremos unidad, queremos que nos respeten, que se nos respete el principio de la soberanía a todos nosotros.
Quería hacer estas reflexiones, estos recordatorios, imagínense, si preguntan por ahí en qué año invadieron los yanquis y nombraron Presidente en Nicaragua, difícilmente, difícilmente. Pero para que logremos realmente ser libres, tenemos que unirnos, y eso nos va a dar las condiciones para la paz y para el Desarrollo.
Y a los hermanos de la Fuerza Naval nuestro abrazo, nuestro cariño, para ustedes, para sus familias, y para la Comandancia del Ejército de Nicaragua
¡Somos uno! ¡somos uno! Sí… «¡pueblo, Ejército, Unidad, Garantía de la Victoria!». ¡Somos uno!
¡Que viva el Ejército de Nicaragua!
¡Que vivan los ejércitos centroamericanos!
¡Que viva la unidad centroamericana!
(*) Discurso durante el acto en conmemoración del 45 aniversario de fundación de la Fuerza Naval del Ejército de Nicaragua, celebrado en el Centro de Convenciones Olof Palme en Managua, 13 de agosto de 2025