
La comunidad internacional progresista manifestó su contundente apoyo a la Revolución Bolivariana y al presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, ante las recientes escaladas de agresión por parte del gobierno de los Estados Unidos.
Desde todo el mundo siguen llegando pronunciamientos que condenan el cerco contra el país suramericano, en medio del despliegue de tres destructores estadounidenses con 4.500 efectivos que se espera lleguen a aguas venezolanas este fin de semana, generando un desafío a una región que, fiel a la Declaración de Zona de Paz adoptada en 2014 en La Habana, ha priorizado el diálogo y la cooperación, no el uso de la fuerza.
La Plataforma Internacional de Solidaridad con la Causa Palestina, con sede en Caracas, emitió un enérgico comunicado donde calificó de “indignante la pretensión colonialista del régimen capitalista estadounidense” de ofrecer recompensas por el presidente Maduro, un procedimiento que tildaron de propio de “películas de vaqueros”.
El texto trazó paralelismos entre las políticas de Donald Trump y el sionismo, señalando la complicidad en crímenes internacionales y llamando a que se emitan órdenes de captura contra el mandatario estadounidense y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
“Respaldamos firmemente a nuestro Presidente Constitucional y reiteramos nuestra convicción absoluta de acompañarlo en la defensa de nuestra Patria sagrada”, reza el documento.
Desde Paraguay, un conglomerado de organizaciones que incluye al Foro Permanente de Intelectuales y Académicos Progresistas, la Asociación de Abogados y Juristas y el Movimiento Paraguayo de Solidaridad con la Revolución Bolivariana Chavista se sumó a la ola de apoyo.
En una declaración, denunciaron las sanciones unilaterales de Estados Unidos como “crímenes de lesa humanidad” y condenaron la presencia del Comando Sur en la región, afirmando que “constituye una amenaza a la Paz y a la Seguridad internacionales”.
El comunicado paraguayo hizo un llamado a la “construcción de alternativas socialistas revolucionarias como única salida a la crisis y decadencia del imperialismo”.
En un mensaje transcontinental, la organización Solidaridad Bolivariana de Sri Lanka condenó específicamente el envío de buques de guerra estadounidenses al Caribe y recordó la historia de agresiones fallidas de Washington, desde las sanciones hasta los intentos de instalar un “Gobierno títere”. Además, destacó la victoria electoral del chavismo en 2024 y 2025 como muestra de legitimidad.
“El mundo está pasando de un orden unipolar a uno multipolar”, afirmó Jeewantha Jayatissa, Secretario de la organización, quien recordó las palabras de Fidel Castro: “las lecciones para la lucha antiimperialista provienen de Venezuela”. El grupo se comprometió a unirse al “escudo humano” antiimperialista mundial para defender la Revolución Bolivariana.
Los pronunciamientos se dan en un contexto de máxima tensión tras la decisión de la administración Trump de desplegar tres destructores estadounidenses (USS San Antonio, USS Iwo Jima y USS Fort Lauderdale) con 4,500 efectivos, incluidos 2,200 marines, hacia aguas cercanas a Venezuela, en una supuesta misión de combate al narcotráfico.
Este despliegue se suma al aumento de la recompensa por la captura del presidente Maduro a $50 millones de dólares, acusándolo de liderar el Cartel de los Soles y de narcoterrorismo, acusaciones que Caracas ha desmentido categóricamente y para las cuales Washington no ha presentado pruebas públicas.
El presidente Maduro, en respuesta, anunció la activación de un plan especial con más de 4.5 millones de milicianos para cubrir el territorio nacional, milicias creadas por el comandante Hugo Chávez para defender la soberanía nacional.
“El imperio se ha vuelto loco y ha renovado sus amenazas a la paz y tranquilidad de Venezuela”, declaró Maduro.
La comunidad internacional ha reaccionado con contundencia. El secretario general de la ONU, António Guterres, urgió a ambos Gobiernos a “resolver sus diferencias por medios pacíficos” y a “ejercer la contención”, siguiendo de cerca los acontecimientos.
China, a través de su portavoz del Ministerio de Exteriores, Mao Ning, expresó su “total respaldo” a Caracas, rechazó categóricamente “el uso de la fuerza o la amenaza de la misma” y se opuso a “la intromisión en los asuntos internos de Venezuela”. Ning afirmó que las acciones de EE.UU. “violan la soberanía de otros países y amenazan la paz regional”, instando a Washington a contribuir a la estabilidad.
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) celebró una cumbre extraordinaria donde líderes como el presidente de Bolivia, Luis Arce, denunciaron la “inadmisible provocación” de Estados Unidos, que “todavía piensa que nuestra América sigue siendo su patio trasero”. El jefe de Estado cubano, Miguel Díaz-Canel, calificó las acciones de Washington como una “nueva demostración de fuerza imperial”, mientras que su homólogo nicaragüense, el copresidente Daniel Ortega, instó a unir fuerzas para defender la soberanía regional.