El gobierno sirio denunció enérgicamente la incursión militar de fuerzas de ocupación israelíes en la localidad de Beit Jinn, en la provincia de Damasco-campo, y la toma de una altura estratégica en la zona.
En una declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores publicada por la agencia oficial SANA, las autoridades sirias informaron que una fuerza sionista, compuesta por 11 vehículos militares y aproximadamente 60 soldados, se apoderó del monte Tal Bat al-Warda, en una clara y grave violación de la soberanía e integridad territorial del país.
La Cancillería calificó esta acción como una escalada peligrosa que amenaza directamente la paz y la seguridad regionales, al tiempo que refleja el carácter agresivo del régimen de ocupación israelí, en abierta contravención de los principios del Derecho Internacional y de las resoluciones de la legitimidad internacional que exigen respeto por la soberanía de los Estados y la no injerencia en sus asuntos internos.
El texto oficial advirtió que la continuidad de estas violaciones socava los esfuerzos de estabilidad regional y agrava las tensiones existentes.
En ese contexto, Damasco renovó su llamamiento a las Naciones Unidas y al Consejo de Seguridad para que asuman sus responsabilidades legales y morales, adopten medidas urgentes para frenar las prácticas hostiles de “Israel” y garanticen su rendición de cuentas conforme a las disposiciones del derecho internacional.
En la misma jornada, las tropas de ocupación avanzaron hacia la región oriental de Tal Ahmar y la localidad de Manshiat Swaysa, donde también llevaron a cabo registros en viviendas, en busca de personas presuntamente fugitivas.
Estos movimientos se suman a una serie de incursiones recientes de las fuerzas israelíes en el sur de Siria.
El último sábado, una patrulla integrada por ocho vehículos militares ingresó en la aldea de Abdeen, en la cuenca de Yarmuk, al oeste de Dewraa, donde arrestó a tres jóvenes que fueron liberados horas más tarde.
Las continuas operaciones militares y de inteligencia israelíes en el suroeste de Siria constituyen una violación reiterada de la soberanía nacional, además de generar un clima de inseguridad entre la población civil en las zonas cercanas a la línea de separación con el Golán ocupado.
