Luis Carlos Domínguez Prada (Voz).— Inclusive los jefes de gobierno más abiertamente pro sionistas como el canciller alemán Friedrich Merz, el premier británico Keir Starmer y la presidente de la Comisión Europea Úrsula von der Leyen, quienes han brindado incondicional apoyo militar, político y económico a la destrucción de Gaza y sus gentes, han tenido que expresar su incomodidad con esa decisión. Esos dirigentes se sintieron de una parte, impelidos y avergonzados ante sus pueblos que por cientos de miles se movilizan en calles y plazas denunciando el monstruoso crimen y de otra, vieron que la declaración de Netanyahu les devela la falsía de sus consoladoras promesas de que tranquilos, que ellos respaldan la “solución de los dos estados” y que Palestina un día será libre e independiente.
Para que no quede duda de la perfidia y perversidad de esas palabras, veamos en detalle las que dijo Netanyahu en el ominoso anuncio, lo que ellas entrañan: carencia de todo sentido moral, burla de la razón y qué no decir – esto ya es un tópico – desprecio por el derecho e instituciones de justicia internacional todas.
Sionistas desvergonzados
“La decisión del gabinete de seguridad es desmantelar los bastiones restantes de Hamás en Gaza (…) Es la mejor manera de poner fin a la guerra y hacerlo rápidamente (…) El plazo que hemos fijado es bastante breve.” Y en una desvergonzada muestra de cinismo, reconoce su propósito criminal: “Queremos establecer zonas seguras e instalaciones para que la población civil de la ciudad de Gaza pueda salir.” ¿Con que de eso era de lo que trataba? ¿De salir? ¿A dónde? ¿Por qué si están en su tierra? Si hasta los sionistas vergonzantes se niegan a reconocer que el plan sea ése, expulsar a los palestinos del suelo propio como la Nakba de 1948, sobre la cual todos los organismos de justicia internacional sentenciaron reconociendo el derecho de los expulsados – aun los la primera, segunda y posteriores generaciones – a retornar.
¿Y qué tal esta traición del inconsciente, lapsus que lo hace identificar Hamás con Gaza, y reconocer que la guerra es contra la población toda porque no puede acabar el uno sin destruir la otra?: “La guerra puede terminar mañana si Gaza … o más bien Hamás, depone las armas y libera a todos los rehenes restantes”.
¿Y los rehenes palestinos?
Ni una palabra sobre los miles de rehenes palestinos – nadie él, ni nadie los nombra, gobiernos, Onus, ni medios de comunicación – miles de secuestrados desde octubre de 2023, civiles desarmados, sólo por ser hombres y deambular las derruidas calles de Gaza buscando abrigo y protección. Sólo existen los 35 rehenes en poder de Hamás, por los que Israel ha cobrado alrededor de cien mil vidas palestinas y la destrucción de Gaza.
“(…) Dada la negativa de Hamás a deponer las armas, Israel no tiene más remedio que terminar el trabajo.” Léase claramente, el genocidio. (…) “Gaza será desmilitarizada. Israel tendrá la responsabilidad primordial en materia de seguridad. Se establecerá una zona de seguridad en la frontera de Gaza con Israel para prevenir futuros ataques terroristas e incursiones (…) Se establecer una administración civil en Gaza (…) Israel tendrá el control total de la seguridad”.
O sea, un campo de concentración. Ya sabemos porque lo han sufrido por décadas, lo que para el sufrido pueblo palestino significan esas “zonas de seguridad”. La humillación y tortura diarias. Absolutamente ningún derecho para el ocupado, todos para el ocupante, incluido disponer de vida, libertad y bienes de los ocupados, sin instancia alguna nacional o internacional a la cual acudir en demanda de amparo. Esa descripción de Netanyahu para Gaza – los que sobrevivan y se resistan a salir – es la fidedigna de un campo de concentración.
¿Y qué tal el plan de educación para los niños palestinos en la nueva “república”?: “Que no eduquen a sus hijos en el terrorismo ni para matar israelíes ni a odiar a Israel.” Ese será privilegio de la educación de los niños israelíes: cuando sean grandes, matar niños palestinos según lo muestran numerosos vídeos de ellos in situ y publicados en las redes sociales.
¿Alternativa?
Ante la casi unánime condena internacional que produjo la decisión de ocupar Gaza – China, Australia, Inglaterra, Alemania, Bélgica, Turquía y Suiza entre muchos – y las denuncias de la comunidad internacional sobre la hambruna y crisis humanitaria general allí, Netanyahu en rueda de prensa ante periodistas extranjeros, respondió con el desgastado trapo de la cartilla sionista cada vez que se les enrostran sus crímenes: “Esas denuncias son infundadas y se basan en mentiras. No son más que calumnias antisemitas.”
¿Cuál sería la única alternativa frente a este horror? La única posible sería la intervención militar de la ONU, además obligatoria según sus estatutos. Pero más fácil y rápido el Consejo de Seguridad – quien la debe autorizar – ordena el cese del “Genocidio” en Venezuela y la captura del presidente Maduro, que el de Palestina y capturar al criminal de Lesa Humanidad Netanyahu.