La movilización, convocada por redes de Internet, congregó a miles de manifestantes que recorrieron el centro de la capital peruana y cuando rebasaron el carril de la calle a los que los confinaba la Policía, esta fue superada.
Pronto llegaron cientos de policias más, del grupo de intervención rápida, y dispersaron la marcha que pretendía alcanzar el Palacio Legislativo, contenida una cuadra antes de llegar por una barrera de cientos de uniformados.
Los marchistas exigían que se devuelva a los aportantes a los fondos privados de pensiones parte de las contribuciones, confirme a una ley aprobada bajo presión por el Parlamento y bloqueda por la nueva legislación impulsada por bancadas derechistas del Parlamento.
La reforma no cambió gran cosa y tiene la novedad de obligar a todos los mayores de 18 años a aportar en los fondos privados o al sistema estatal, afectado por grandes deudas de aportes de empresas privadas y organismos estatales.
El ahorro obligatorio de la mayoría de los trabajadores informales, que se hará destinando un porcentaje de sus comprobantes de compras, es considerado irreal y solo indicado para beneficiar a las financieras, pues 70 por ciento de los empleados son informales y en su mayoría se abastecen del mercado informal y no dan comprobantes a los compradores.
Lo manifestantes, en su mayoría jóvenes, protestaron también contra las extorsiones masivas y su correlato de asesinatos diarios, contra el Gobierno y por otros motivos.
Durante los incidentes, la Policía lanzó gases lacrimógenos y detuvo a varios participantes.