El imperialismo representa la fase más avanzada y decadente del capitalismo, caracterizada por la concentración de poder económico, militar y cultural en manos de monopolios y grandes potencias que imponen su dominio sobre los pueblos del mundo. Tal estructura social imperialista fabrica guerras, saquea recursos, acarea dependencia económica y explotación laboral, provocando hambre, miseria y opresión generalizada. La clase obrera, tanto en los países dominantes como en los periféricos, sufre la precariedad laboral, los recortes en derechos sociales, la pérdida de empleos y la obligación de financiar conflictos que benefician exclusivamente a las élites capitalistas, mientras sus necesidades básicas son ignoradas y subordinadas a los intereses del capital.
La lucha contra el imperialismo implica enfrentar a sus instrumentos más visibles y efectivos. La OTAN, organización criminal militar transnacional, funciona como brazo armado del imperialismo, consolidando la hegemonía de Estados Unidos y sus aliados. Asimismo, el sionismo, más allá de su impacto directo sobre el pueblo palestino, constituye un componente estratégico de dominación global, al garantizar el control de recursos energéticos y rutas comerciales esenciales para las potencias imperialistas. Ambos elementos actúan en conjunto para sostener un orden internacional que favorece al capital y oprime a los trabajadores.
En España, el gobierno PSOE-Sumar refleja este alineamiento con la lógica imperialista, el presupuesto militar para 2025 alcanza los 19.000 millones de euros (*), de los cuales 3.000 millones se destinan al compromiso con la OTAN y 7.500 millones a la compra de armamento y modernización tecnológica, incluyendo aviones F-35, fragatas y misiles. Este aumento sostenido de más del 4% anual prioriza la guerra y el rearme sobre las necesidades del pueblo trabajador, demostrando la subordinación del Gobierno a los intereses del imperialismo.
Cada euro destinado a armamento es un euro que falta para educación, sanidad, vivienda, pensiones etc… pongamos de ejemplo la gestión de las catástrofes y a la Unidad Militar de Emergencias (UME), presentada como garante de seguridad resulta insuficiente para controlar incendios que destruyen hectáreas y hogares cada verano. Frente a lo destinado realmente al rearme y la campaña de exaltación mediática de la UME blanqueando su carácter militar y su subordinación a la OTAN, mientras la población queda desprotegida ante amenazas reales.
El rearme también genera empleo concentrado y precarizado, favoreciendo a grandes corporaciones mientras millones de trabajadores sufren externalizaciones y contratos temporales. Además, la militarización legitima la participación en conflictos externos que no protegen los intereses del pueblo, convirtiendo a los ciudadanos en contribuyentes involuntarios de guerras y crisis humanitarias. A esto se suma la influencia cultural del imperialismo, que naturaliza la guerra y debilita la conciencia de clase, fomentando la alienación frente a quienes realmente explotan y dominan.
La única salida es la lucha organizada contra el capitalismo y sus instrumentos militares, económicos y culturales. Redistribuir los recursos hacia educación, sanidad, vivienda y derechos laborales constituye la base de la emancipación de los trabajadores y de la paz mundial. La alineación con la OTAN y el rearme no son inevitables: son herramientas de dominación que solo pueden superarse con conciencia, organización y acción decidida de la clase obrera. Sólo la sociedad socialista garantiza la supervivencia, dignidad y bienestar frente a la voracidad capitalista de los monopolios y sus guerras.
MYGO
(*) https://www.grupotortuga.com/Es-mentira-El-gobierno-Sanchez