A pesar de todo el daño que nos ha provocado y provoca Estados Unidos, siempre hemos estado dispuestos a dialogar sin condicionamientos, y a intentar avanzar hacia una relación respetuosa y civilizada con ese país, sin subordinación ni límites a nuestras prerrogativas soberanas, subrayó.
El también miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y diputado a la Parlamento cubano, explicó al plenario que el bloqueo contra su país persiste y se endurece en extremo.
“Se trata de una verdadera guerra económica abarcadora y prolongada, dirigida a privar a los cubanos de sus medios de vida y sostenibilidad, de su existencia como pueblo solidario, culto y alegre”, añadió.
Miente deliberadamente quien afirme lo contrario -recalcó-. Los propios promotores de esa guerra se ufanan de su efecto destructivo y su capacidad para golpear desde cualquier rincón del planeta el nivel de vida de todo un pueblo, argumentó el canciller.
Expresó que la agresión ha escalado a niveles sin precedentes en los últimos ocho años, incluidas acciones de persecución y presión económica sobre terceros, los Estados que ustedes representan, y que son cada vez más elaboradas, quirúrgicas y extraterritoriales.
Provoca impedimentos múltiples y extraordinarios a la actividad productiva, comercial, financiera, y para los servicios y políticas que garantizan la justicia social y la vida misma, agregó.
Mencionó que Cuba encara un grave escenario de cortes prologados y diarios del servicio eléctrico, dificultades para costear los alimentos, insuficiente disponibilidad de medicamentos, depresión del transporte público, limitaciones en los servicios comunales e inflación pronunciada que deprime los ingresos reales.
A su vez puntualizó que «resulta cínico que el gobierno de Estados Unidos, con fines de coerción política y económica, califique a Cuba como Estado patrocinador del terrorismo, calumnia que no comparte esta Organización, ni ningún otro de sus Estados Miembros». Recordó que la isla ha sido víctima del flagelo.
Llamó a una nueva coexistencia civilizada, en la que prevalezcan la solidaridad, la cooperación internacional y el arreglo pacífico de controversias, como alternativas a la guerra, al uso de la fuerza, la agresión, la ocupación.
“Una nueva coexistencia opuesta a las aspiraciones de dominación y hegemonismo unipolares. Un orden sin bloqueos ni medidas coercitivas unilaterales, basado en el multilateralismo y con pleno respeto a la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional”.
En sus palabras, el jefe de la diplomacia cubana también abordó los peligros de la crisis climática que “está destruyendo naciones y vidas, devastando comunidades y economías” y habló de la deuda externa de los países en desarrollo, «pagada ya varias veces, crece y acumula cifras astronómicas».

Además, expresó el inequívoco apoyo a Palestina. “Mientras aquí deliberamos, 2,2 millones de seres humanos en Gaza están condenados al hambre por las acciones de genocidio, exterminio y limpieza étnica del régimen sionista, que cuenta con los suministros militares y financieros, y la impunidad que le garantiza el gobierno de los Estados Unidos”, dijo.
En ese sentido reiteró “la más firme solidaridad con el pueblo palestino, y con su justa causa a favor de la libertad, la independencia y el fin de la ocupación sionista”.
Rodríguez, décimo orador en la jornada matutina de este quinto día de debates en la ONU, instó a la Asamblea General a impulsar medidas concretas sin demora, si el Consejo de Seguridad se muestra impotente por motivo del veto que Estados Unidos ejerce o amenaza con ejercer, y no es capaz de adoptar medidas efectivas para cesar la barbarie.
Como mínimo, debe declarar de modo inequívoco el derecho de Palestina a ser un Estado miembro de la ONU, en las fronteras previas a 1967, su capital en Jerusalén Oriental y el derecho al regreso de los refugiados, sentenció.
Por otra parte, ante el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe, el canciller reafirmó el “enérgico rechazo a las amenazas de agresión contra Venezuela».
«Nuestro total apoyo al gobierno bolivariano y chavista de esa hermana nación latinoamericana y caribeña y a la Unión Popular-Militar encabezada por el legítimo presidente Nicolás Maduro Moros”, añadió.
Bruno Rodríguez repudió la Doctrina Monroe y todo intento de militarización, intervención o dominación imperialista en América Latina y el Caribe, proclamada como Zona de Paz, en enero de 2014, en La Habana.