Con la solidaridad con el pueblo palestino y su Resistencia como columna vertebral de las movilizaciones obreras y populares en todo el planeta, el imperialismo anglosajón ve resquebrajarse sus cimientos. La oligarquía imperialista, en aras de la economía de guerra impulsada por la Comisión Europea y por la OTAN, se dispone a asaltar las arcas públicas saqueando recursos de los gastos sociales, mientras se hunde la economía productiva.
En una UE que agoniza, se profundizan las divisiones entre los países y, con Francia e Italia a la cabeza, emergen las luchas populares dirigidas por la clase obrera.
La administración Trump intenta gobernar un imperio que se desmorona a base de amenazas, chantajes y aranceles, actuando como si la posición estratégica de EE.UU fuera la misma de hace veinticinco años. Entonces ellos designaban a los terroristas, invadían países y el mundo acataba, China callaba y la Rusia de Yeltsin aplaudía con entusiasmo.
La reciente Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), representó una de las mayores derrotas sufridas por el imperialismo en los últimos tiempos. Fue la constatación del poderío militar chino y la comprobación del fracaso de su intento de aislar a Rusia de China, así como de sus maniobras dirigidas a profundizar las diferencias históricas entre India y China. Ni los chantajes ni la amenaza de aranceles o de sanciones surtieron efecto. La presencia en China de primeros mandatarios de países que se encuentran entre las primeras potencias militares, nucleares, económicas y demográficas del mundo – encabezados por XI Jinping, Putin y Modi –, desafiando el “orden mundial basado en reglas” del imperialismo, puso en evidencia que los matones tienen los pies de barro.
La OCS rubricó la configuración, largo tiempo gestada, de alianzas entre países basadas en el respeto a la mutua independencia y soberanía. Ni más ni menos.
Ni la OCS ni los BRICS a pesar de los sueños poco fundamentados de algunas organizaciones que pretenden ver lo que no hay, tienen – hoy por hoy – otro carácter que alianzas basadas en el derecho de establecer relaciones de interés mutuo entre estados y de desarrollar las infraestructuras de comunicaciones, comerciales y financieras necesarias para su desarrollo. No se caracterizan por ser democracias populares ni países socialistas; sin embargo, es evidente que estas alianzas, a las que se suman cada vez más estados, está poniendo serios límites a un imperialismo cada vez más impotente, aunque no por ello menos depredador.
Las contradicciones en su interior subsisten; de forma que, a pesar de la masacre del pueblo palestino o el ataque militar directo a uno de sus miembros como Irán, no han provocado más que declaraciones, sin medida concreta alguna, ni económica ni diplomática contra Israel.
Con el sionismo mostrando ante los ojos del mundo su capacidad para superar los más abyectos crímenes nazis, imposibles de ocultar incluso para unas corporaciones mediáticas controladas por capital israelí, las consecuencias de la inquebrantable alianza entre EEUU y Tel Aviv amenazan con arrastrar a un cenagal el proyecto imperialista del Gran Oriente Medio.
El estado sionista en plena descomposición, agudizadas sus contradicciones internas por los ataques de la Resistencia y la crisis económica y social, al tiempo que arrasa Gaza, arrecia los ataques a Siria, Líbano, Yemen e Irán.
El último paso en la escalada ha sido el bombardeo por parte de Israel de Doha, la capital Qatar, intentando asesinar a la delegación de Hamás que negociaba un alto el fuego. Sucedía pocos días antes de que se reuniera allí mismo la Cumbre árabe-islámica que, una vez más, reeditó la inmensa vergüenza de unos gobiernos que asisten impasibles al genocidio palestino. Recordamos que Qatar aloja la mayor base militar de EE.UU en la región, la de Al Udeid, sede de la V Flota de EE.UU. Las consecuencias no se han hecho esperar. Para países como Arabia Saudí, no hace mucho incorporado a los BRICS, se ha evidenciado lo poco útiles que son los escudos antimisiles de EEUU y ha buscado alianzas más eficaces. Pocos días después del bombardeo israelí a Qatar, el Gobierno saudí ha suscrito un pacto de defensa mutua con una potencia nuclear como Pakistán, miembro de la OCS y que espera unirse a los BRICS próximamente.
Por su parte, el Eje de la Resistencia reitera su voluntad de combate: Irán, después de los ataques sionistas, ha firmado un nuevo tratado de cooperación militar y estratégica con Rusia; el pueblo libanés ha respaldado la negativa de Hezbollah a entregar las armas, impuesta a su gobierno por EE.UU e Israel; y Yemen, el gran y desconocido pueblo, resiste a pesar de los asesinatos de sus dirigentes y continuará reforzando con sus ataques la Resistencia palestina.
En el circo político y mediático del Estado español, el gobierno PSOE-Sumar que veía hundirse sus expectativas electorales, ha decidido – al calor de las movilizaciones populares de solidaridad con Palestinai – reeditar el escenario de 2003, cuando la invasión de Iraq. Entonces, la brutalidad de Aznar integrando el “trío de las Azores”, ahora reeditado a escala española por Feijóo, Ayuso y Abascal, le reportó al PSOE de Zapatero una inesperada victoria electoral en el marco de grandes movilizaciones a las que se sumaron sus medios de comunicación afines, como la cadena SER.
En aquel escenario IU, que se las prometía muy felices por haber participado de lleno en las manifestaciones y que aspiraba a gobernar con el PSOE, perdió la mitad de los pocos votos que le iban quedando. Por ese mismo camino va SUMAR. Podemos se contorsiona buscando un espacio electoral a la izquierda, intentando que se olvide su paso por el gobierno en el que se aprobó que los Planes de Pensiones Privados pudieran ser incluidos en los Convenios Marco, se financió y organizó la Cumbre de la OTAN en Madrid, mientras siguen sin derogarse, ni la Ley Mordaza, ni la Ley 15/97 de gestión privada de la sanidad pública.
El cinismo gubernamental en lo referente a la solidaridad con Palestina es esperpéntico. Mientras en el guiñol mediático y parlamentario el genocidio palestino les sirve al PSOE y a SUMAR de arma arrojadiza contra el PP y VOX, continúa aumentando – un consejo de ministros tras otro – el gasto en armamento, que en buena medida va a parar a empresas de capital sionista o incluso controladas directamente por el Ministerio de Defensa israelí. La hipocresía ha llegado al punto de que Sánchez ha anunciado ante los medios de comunicación medidas “urgentes” para impedir la compra/venta de armas a Israel que en su mayor parte ha quedado en agua de borrajas. Una vez más la cortina de lágrimas de cocodrilo ha ocultado el vergonzoso vasallaje de un gobierno que se arrodilla ante las presiones de las grandes armamentísticas en las que domina el capital sionista.
Y no sólo eso; el gobierno central, los gobiernos autonómicos y municipales siguen financiando con dinero público entidades, empresas y fondos directamente vinculados con la masacre del pueblo palestino.
Sin embargo, el mayor exponente del vasallaje del Reino de España al imperialismo, es el Tratado Bilateral con EE.UU por el cual el gobierno español se compromete a no preguntar siquiera sobre la carga de barcos y aviones que repostan en las Bases militares de EE.UU y la OTAN en nuestros puertos o que cruzan nuestros cielos repletos de armas con las que se masacra al pueblo palestino.
Los “patriotas” de todos los colores nada dicen sobre el pisoteo reiterado de la soberanía – Podemos y Sumar incluidos – porque ya saben que sentarse en ministerios y demás prebendas incluye “respetar nuestros compromisos internacionales”, como repiten hasta la saciedad cuando gobiernan.
La clase obrera francesa ha protagonizado dos potentes huelgas generales secundadas por el movimiento popular que, junto a ella, ha llevado a cabo bloqueos masivos de la actividad social en todo el paísii. La caída del cuarto gobierno de Macron el día antes de la primera huelga no alteró para nada la movilización dirigida a hacer caer los planes de recorte de derechos sociales y laborales para financiar el rearme y pagar la deuda a los bancos. En las masivas manifestaciones ondeaban profusamente las banderas palestinas, a despecho del intento de reprimir la solidaridad por parte de unas élites políticas – incluido el Partido Socialista francés – profundamente penetradas por el sionismo.
Los estibadores italianos, que hace poco bloqueaban en Rávena y otros puertos italianos el envío de explosivos a Israel, llamaron el 22 de septiembre a la huelga general siguiendo el ejemplo francés a “bloquearlo todo”. Han convocado junto al sindicalismo de base, USB, una huelga que desbordaba los paros de cuatro horas convocados días atrás por la CGIL
El llamamiento “Contra la militarización, la economía de guerra y el genocidio en Gaza ha tenido un éxito tan grande que puede decirse que empieza a abonarse el terreno para una movilización general a escala europea como la que ya preparan los estibadores.
En el Estado español las cosas van más lentas, lo que pone de manifiesto una vez más que la socialdemocracia y sus acólitos proporcionan a la burguesía el servicio más importante que necesita el capital en tiempos de crisis: la paz social.
No obstante, cada vez es más evidente para los sectores más combativos de la clase obrera el papel de agentes de la patronal que juegan CCOO y UGT y la necesidad acuciante de fortalecer los espacios de unidad contra la represión como los que se están creando.
Caminar hacia formas eficaces de unidad de clase es una necesidad perentoria cuando la crisis se agudiza y en Europa, con el ejemplo del pueblo palestino, empiezan a soplar vientos de lucha.
La experiencia acumulada a lo largo de todo el desarrollo de la democracia burguesa y del movimiento obrero muestra que, cuando la lucha de clases arrecia, sería una estupidez que pagaríamos muy cara esperar algo que no fuera un endurecimiento de la dictadura de la burguesía; es decir, en palabras de Lenin “la necesidad de aplastar a viva fuerza la resistencia de la mayoría de la población, en concreto de los trabajadores”.
Es por ello que, en estos momentos de creciente malestar, y también de incertidumbre, cuando la economía de guerra y la dureza de la confrontación de clase esclarecen muchas mentes hasta ahora aturdidas, apremia la construcción de la organización necesaria – el partido comunista – capaz de ayudar a la clase obrera a asumir con firmeza la tarea histórica que le corresponde.
i Aquí el Comunicado de CNC sobre la paralización de la Vuelta Ciclista: https://cncomunistas.org/?p=2314
ii En este enlace puede consultarse el balance de la segunda jornada de huelga general del 18 de septiembre realizado para CNC por el sindicalista de la CGT francesa André Fadda. https://cncomunistas.org/?p=2322
