
Miles de manifestantes cifrados en 7.000 por sus organizadores, se congregaron el miércoles ocho de octubre, en el centro de la ciudad de Chicago, ubicada en el estado de Illinois, protagonizando la primera gran protesta contra la decisión de la Administración del presidente estadounidense Donald Trump de enviar la Guardia Nacional a la zona metropolitana de la urbe. Esta medida busca blindar a los agentes federales en sus operativos y redadas migratorias.
La marcha, organizada por la Coalición contra la Administración Trump, tuvo su punto más álgido frente al edificio Trump con cánticos como: «Es un régimen fascista, decimos ‘no’ al ICE (Servicio de Control de Migración y Aduanas) y a las deportaciones». Otros mensajes en las pancartas incluían: «Trump, a La Haya» y «comunidades en apoyo ante el régimen nazi de Trump».
La marcha, que se desarrolló sin mayores incidentes, en medio del despliegue de al menos dos decenas de policías y dos helicópteros en la zona. En ella se observaron pancartas con lemas como «Cuando nos organizamos, ganamos» y «Trump, a La Haya».
La movilización responde al arribo a Illinois de 200 soldados de la Guardia Nacional de Texas este martes. El objetivo oficial es prestar apoyo en materia de seguridad a los agentes del ICE. A este contingente podrían sumarse otros 300 efectivos de la Guardia Nacional de Illinois, quienes aguardan órdenes en una base militar.
Paralelamente, en municipios con alta población latina como el de Will, las comunidades locales organizaron encuentros para hacer un frente común, informar sobre derechos y rechazar la presencia militar.
Desde la ciudad de Joliet, Joe Bellman, un líder local y veterano de la Segunda Guerra Mundial de 100 años de edad, expresó que «no me siento orgulloso de ser estadounidense hoy. Tenemos un presidente estúpido, como no he visto antes, con una gran obsesión contra los inmigrantes».
Por su parte, el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, se unió a una celebración del Mes de la Herencia Hispana en un claro gesto de respaldo a la comunidad. Previamente, Trump había pedido su encarcelamiento por supuestamente «no proteger» al ICE en la ciudad.
El alcalde firmó una orden ejecutiva que establece «Zonas Libres de ICE» («ICE Free Zones») en espacios públicos municipales para contrarrestar la escalada de operativos migratorios de la Administración Trump. La directiva prohíbe específicamente al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) y a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) utilizar terrenos y estacionamientos de la ciudad como bases de operaciones.
La medida exige a los departamentos municipales instalar señalización y barreras físicas para restringir el acceso. La alcaldía distribuirá señalización gratuita para que los negocios y dueños de terrenos privados también puedan prohibir el uso de sus propiedades para el control migratorio civil.
Johnson justificó la acción como un paso drástico necesario para «frenar» las acciones federales, que incluyen el reciente despliegue de la Guardia Nacional en Illinois, y denunció incidentes en los que agentes migratorios incurrieron en allanamientos, destrucción de propiedad y el uso de gases lacrimógenos.
La legalidad del envío de los guardias texanos está en manos de una jueza federal nombrada por la anterior Administración de Joe Biden, quien se prevé se pronuncie este jueves 9 de octubre sobre si el despliegue cumplió o no con la ley.