El Gobierno venezolano lanzó una serie de acusaciones de alto perfil contra Estados Unidos, que incluyen la desarticulación de múltiples planes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) destinados a promover la destitución del presidente constitucional Nicolás Maduro.
La pieza central de estas denuncias es la denominada «Operación Fénix», un plan que, según las autoridades venezolanas, busca infiltrar agentes y ejecutar misiones de sabotaje en el país suramericano.
Las revelaciones, realizadas principalmente por el ministro de Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, y por el propio presidente Nicolás Maduro, destapan una escalada en las tácticas de Washington para lograr un cambio de gobierno en Caracas.
Infiltración por el Caribe y sabotaje interno
Según Cabello, quien divulga regularmente este tipo de informaciones en su programa de televisión «Con el Mazo Dando», la «Operación Fénix» nace de la frustración de Estados Unidos con la ineficacia de la oposición política interna venezolana. La nueva estrategia, supuestamente, «bypassearía» la fuertemente vigilada frontera con Colombia y utilizaría rutas marítimas a través de islas del Caribe como Trinidad y Tobago, Aruba y Curazao, así como desde Guyana.
El objetivo declarado de estos agentes infiltrados sería, según la denuncia, ejecutar actos de violencia que la oposición no ha podido concretar. Estos incluirían:
- Sabotaje a infraestructura crítica, especialmente el sistema eléctrico nacional – históricamente vulnerable – y las refinerías de la estatal PDVSA.
- Ataques a puestos de mando del Ejército.
- Instalación de «falsos laboratorios de droga» en zonas rurales para, según Cabello, «justificar una agresión militar internacional» contra Venezuela bajo el pretexto del narcotráfico.
Cabello vinculó esta supuesta estrategia con declaraciones previas del secretario de Estado estadounidense Marco Rubio, quien habría calificado de «fallidas» las tareas de la oposición venezolana. El alto funcionario sugirió que Washington optó por la infiltración directa ante la incapacidad de los actores políticos locales.
El accionar venezolano
Previo a las declaraciones de Cabello, el Gobierno de Nicolás Maduro ya había denunciado la captura de tres personas presuntamente relacionadas con la CIA y advirtió sobre una supuesta operación de bandera falsa en el mar Caribe, coincidiendo con maniobras militares entre Estados Unidos y Trinidad y Tobago.
En la misma línea, Maduro repasó el pasado lunes en su programa «Con Maduro+» la desarticulación de lo que describió como tres operaciones terroristas específicas orquestadas por la CIA.
Según el mandatario, los planes incluían un ataque en la céntrica Plaza Venezuela de Caracas, una agresión contra la antigua embajada de Estados Unidos en la capital y un «plan de autoataque» – típicamente una operación de falsa bandera donde se ataca a los propios intereses para culpar al enemigo.
Todo esto, mientras el pueblo de Venezuela y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana se mantienen en movilización permanente «en defensa de la soberanía» y con base en lo que denominan “unión cívico-militar”.
Falsa bandera
Maduro aseguró que estos operativos fueron detectados gracias a labores de inteligencia y resultaron en la captura de varios individuos. Diosdado Cabello, en su rol de ministro de Relaciones Interiores, afirmó que entre los detenidos se incautaron «manuales de ejecución de la CIA» y teléfonos celulares con información comprometedora, que calificó como «oro puro» para la investigación.
En tanto, Maduro también abonó a la hipótesis de un plan puesto en marcha por la CIA en aguas territoriales de Trinidad y Tobago. El presidente venezolano afirmó que la agencia estadounidense pretendía atacar «sus propias naves» y luego culpar a Venezuela del incidente.
«¿A quién le iban a echar la culpa? ¿Qué creen ustedes, si aparecía explotando por allá una nave gringa en aguas de Trinidad y Tobago, a quién le iban a echar la culpa?», se preguntó retóricamente Maduro. Su respuesta fue que el objetivo era «justificar una escalada y un enfrentamiento entre pueblos hermanos». El mandatario declaró este plan como «derrotado» y confirmó la captura de mercenarios vinculados al mismo.
Las autoridades de Venezuela insisten en que el motivo final de Estados Unidos es el control de los vastos recursos naturales del país. «Lo que está buscando la clase económica que hoy tiene el poder en EE.UU., es el petróleo y el gas y el oro de Venezuela. Quieren nuestra riqueza«, aseveró el presidente.
Al mismo tiempo, Maduro se defendió de las acusaciones de narcotráfico que frecuentemente lanza Washington contra su gobierno. Aseguró que solo un 5% de la cocaína producida en Colombia intenta pasar por Venezuela y que su gobierno captura y destruye «casi todo» ese porcentaje, desplegando una política firme contra el tráfico de drogas.
