
Integrantes del cuerpo armado permanecen desplazados sobre ese límite fluvial en el departamento del Beni, donde realizan controles.
“El presidente del Estado (Luis Arce) ha dispuesto que 40 efectivos de unidad estática (de la Policía) se trasladen hasta allí precisamente para controlar el río Mamoré con las Fuerzas Armadas, en este caso con la Fuerza Naval (…)”, aseguró el viceministro de Régimen Interior y Policía, Jhonny Aguilera, entrevistado por el canal estatal Bolivia Tv.
La Policía del país andino amazónico intensificó la vigilancia para impedir el ingreso de integrantes de grupos del crimen organizado que operan en Brasil tras el megaoperativo en Río de Janeiro que el 28 de octubre dejó un saldo de más de 130 muertos.
Según enumeró, los equipos de seguridad están en Cobija, Pando; en el puente de La Amistad, que une al país con Brasil; en el río Mamoré, en Beni; y en Puerto Suárez y Puerto Quijarro, departamento de Santa Cruz.
“Desde luego, que los tres mil 423 kilómetros de frontera que tenemos con nuestro vecino país, hacen que este control emplee otras estrategias, otras técnicas”, explicó.
En toda esa zona, hoy resulta visible una mayor presencia de efectivos policiales y militares en ´puntos móviles de control en las rutas que interconectan las localidades fronterizas con las capitales de Beni, Pando y Santa Cruz.
Aguilera detalló que se han implementado acciones concretas en tres áreas principales: la frontera norte, central y sur.
En la norte, que incluye Cobija (Pando) y las localidades brasileñas de Brasiléia y Epitaciolândia, se realizan controles terrestres y fluviales con apoyo de la Fuerza Naval.
Respecto a Guayaramerín, se desplegó un contingente de 40 efectivos policiales adicionales, a solicitud de la población, para fortalecer la seguridad en coordinación con el Ministerio de Gobierno.
En la frontera sur, que comprende San Matías, Cáceres y Puerto Suárez, se establecieron puestos móviles de control sobre las rutas más transitadas.
Insistió el viceministro en que, debido a la extensión de la frontera, el control no solo depende de la presencia física permanente, sino también del uso de inteligencia e intercambio de información entre los Estados.
Aguilera explicó que, aunque hasta el momento no se ha detectado infiltración de estas organizaciones delictivas en territorio boliviano, el Estado ha decidido actuar de manera proactiva y preventiva, fortaleciendo la presencia policial y militar en puntos clave de la frontera.

