El líder supremo de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), Kim Jong-un, realizó una inspección técnica en el astillero donde se construye un avanzado submarino de propulsión nuclear. Esta embarcación, diseñada para el despliegue de proyectiles teleguiados estratégicos, representa uno de los pilares fundamentales aprobados durante el VIII Congreso del Partido del Trabajo de Corea (PTC).
La visita subraya la determinación de Pyongyang de consolidar una capacidad ofensiva superior como el método más eficaz para garantizar la paz y la estabilidad nacional.
Durante su recorrido, el líder norcoreano recibió informes detallados sobre los progresos de científicos y obreros, quienes impulsan la modernización de las fuerzas marítimas con recursos autóctonos. Kim Jong-un, enfatizó que la política de defensa del país se basa en la premisa de que una capacidad de ataque contundente constituye el mejor escudo contra cualquier intento de agresión externa.
El mandatario advirtió que la situación internacional actual es sumamente inestable, lo que justifica las decisiones estratégicas tomadas por el Gobierno en materia de seguridad. Criticó duramente los planes de desarrollo submarino de Corea del Sur en alianza con Washington, calificándolos como actos provocadores que dañan la soberanía marítima de la región.
Ante este panorama de cerco y presiones, Pyongyang considera que acelerar el armamento nuclear de sus fuerzas navales es una opción indispensable para mantener el equilibrio de poder y disuadir cualquier aventura bélica enemiga.
El nuevo submarino de 8.700 toneladas es visto como una proeza de la industria pesada nacional y un componente vital de la disuasión de guerra. Kim Jong Un destacó que esta tecnología permitirá al país enfrentar con éxito las amenazas perspectivas, asegurando un ambiente pacífico perenne para el desarrollo de su pueblo. La construcción de destructores ofensivos y buques de nueva generación se suma a este esfuerzo por reestructurar las fuerzas navales, adaptándolas a las exigencias de la guerra moderna y la protección de los intereses estatales en alta mar.
Además de supervisar la construcción principal, el líder coreano se cercioró de los avances en el desarrollo de armamentos submarinos de carácter secreto. Estos proyectos estratégicos forman parte de una reorganización profunda de las unidades navales, orientada a elevar la combatividad y la capacidad de respuesta inmediata.
La meta es clara: enviar un mensaje inequívoco a los adversarios de que cualquier violación a la soberanía de Corea del Norte tendrá consecuencias severas y una represalia proporcional bajo el principio de autodefensa.
Mirar en XEl Secretario General del PTC reafirmó que no habrá cambios en la política de seguridad estatal ni en los principios de contención frente a potencias extranjeras. Corea del Norte continúa demostrando que el ejercicio responsable de su disuasivo nuclear es la garantía absoluta para evitar un conflicto de gran escala en la península coreana.
Con la integración de estos nuevos sistemas de armamento, el país asiático blinda su futuro, apostando por una soberanía tecnológica que desafía las sanciones y el aislamiento internacional impuesto por los centros de poder occidentales.
