Tomado de la Revista Nazariya, 23 de diciembre de 2025.
Mucho se ha escrito y debatido sobre la supuesta muerte inminente del marxismo-leninismo-maoísmo en la India. El ministro del Interior, Amit Shah, ha declarado enfáticamente el 31 de marzo de 2026 como fecha límite para erradicar el maoísmo en la India. Diversos sectores de periodistas, intelectuales, abogados y fuerzas estatales han seguido de una u otra forma las opiniones del Estado al respecto.
Al igual que Spurna, la adivina que atormentó a Julio César de Roma con su profecía sobre su inminente muerte en los idus de marzo, los rumores sobre el 31 de marzo de 2026 se han convertido en pomposas proclamaciones, ya que solo quedan tres meses para la fecha límite y la Operación Kagaar, la ofensiva anticomunista más brutal del Estado indio, continúa en Bastar.
En el marco de esta ofensiva, 9 miembros del Comité Central, incluyendo al Secretario General Basavaraju, 16 miembros del Comité Estatal y numerosos miembros de comités inferiores del proscrito Partido Comunista de la India (Maoísta), han sido asesinados en simulacros de enfrentamiento o en enfrentamientos directos con las fuerzas del Estado indio.
Recientemente se ha sabido que el miembro más joven del Comité Central, el camarada Madvi Hidma, residente de Bastar, fue asesinado en un simulacro de enfrentamiento junto con otras 6 personas. Familiares y activistas también han expresado su preocupación por el paradero del camarada Devuji, del Comité Central, quien se sospecha que se encuentra bajo custodia policial ilegal. Numerosos propagandistas proestatistas (como el revisionista del PCI, Manish Kunjam, quien aún lamenta la aniquilación de sus familiares, colaboradores del Estado y terratenientes, por parte del EGPL este año) intentan sembrar la desunión en las filas maoístas, intentando crear una situación similar a la crisis del partido de la década de 1970 tras el martirio del camarada Charu Majumdar.
Antes de estos martirios recientes, al igual que su predecesor ideológico, Satya Narayan Singh, de la década de 1970, Sonu (Mallojula Venugopal Rao) y su lacayo Sathish hicieron todo lo posible por liquidar al PCI (Maoísta) y desmantelar toda su línea política, hundiéndola en las cunetas del parlamentarismo. Con la ayuda del traidor rendido Asin (alias Narender/Anil), quien abandonó las llanuras de Haryana para servir ahora a la imperialista Lloyd Metals como parte de su oficina de Relaciones Públicas, existe la preocupación de que estos hombres, que se han unido para servir a Lloyd Metals y a las compañías mineras tras abandonar el movimiento maoísta, seguramente hayan contribuido a los falsos encuentros de los camaradas Raju, Kosa e Hidma (todos capturados por el Estado indio tras recibir información de informantes y traidores).
En medio de esta crisis, se está desatando una tormenta mediática sobre la inminente muerte del maoísmo en la India. Primero, el Estado indio mitificó al camarada Hidma como un letal «niño soldado convertido en terrorista». Ahora, exhiben su cuerpo como una proclamación de la muerte de la figura mítica de Hidma, el invencible comandante del Batallón 1 del EGPL.
El Estado y diversos sectores de la intelectualidad presentan la idea de anunciar el fin de la guerra popular prolongada en la India. Este artículo invitado para la revista Nazariya responde a esta ofensiva mediática con una respuesta marxista-leninista-maoísta, analizando en particular un número de la revista Frontline, así como las discusiones suscitadas por el supuesto medio de comunicación independiente Newslaundry para cubrir las discusiones entre la intelectualidad pequeñoburguesa sobre el movimiento maoísta en los últimos meses.
