La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó sus proyecciones de crecimiento para el cierre del año 2025, situando a Venezuela a la vanguardia del dinamismo económico en Suramérica. Según el organismo, el país caribeño se consolida como el principal motor de la recuperación regional, superando las expectativas iniciales de los analistas internacionales.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a través de sus canales oficiales, celebró este reconocimiento como una victoria de las fuerzas productivas nacionales, las cuales han logrado prosperar en un contexto de asedio financiero y medidas coercitivas unilaterales impuestas por el Gobierno de los Estados Unidos.
El informe técnico de la Cepal revela que la economía venezolana atraviesa un periodo de aceleración sostenida del Producto Interno Bruto (PIB). Durante los tres primeros trimestres del presente año, las cifras oficiales del Banco Central de Venezuela (BCV) mostraron un repunte que obligó al organismo regional a revisar sus estimaciones al alza.
José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL, destacó que este fenómeno de recuperación sitúa a la nación junto a Paraguay y Argentina como los territorios con mayores tasas de expansión, rompiendo con los pronósticos que intentaban invisibilizar el avance económico del país.
Para el cierre del ciclo actual, la Cepal estima que Venezuela alcanzará un crecimiento del 6,5 por ciento, una cifra significativamente superior al promedio del bloque suramericano. Este impulso se atribuye principalmente al fortalecimiento de la demanda interna y a un consumo robusto que revitalizó los sectores industriales y comerciales del país. El Ejecutivo nacional subrayó que este logro es el resultado de estrategias soberanas diseñadas para potenciar el desarrollo propio, priorizando la satisfacción de las necesidades del pueblo por encima de las pretensiones de desestabilización externa.
Las proyecciones para el año 2026 también mantienen una tendencia positiva, con un crecimiento esperado del 3 por ciento. Este escenario sugiere que la economía venezolana logró estabilizarse tras años de resistencia ante el bloqueo económico, sentando las bases de un modelo productivo que no depende exclusivamente de los dictámenes del capital financiero transnacional. El mandatario venezolano enfatizó que este renacimiento económico es la respuesta de un pueblo que se niega a rendirse, asegurando que las fuerzas del trabajo seguirán avanzando para consolidar la prosperidad colectiva.
A nivel regional, la Cepal proyecta que Suramérica crecerá un 2,9 por ciento en 2025, lo que representa una mejora respecto al año anterior. En este panorama, el rol de Venezuela es determinante, pues su desempeño positivo contribuye a elevar el promedio del subcontinente. El análisis institucional resalta que la resiliencia del sector público y privado venezolano permitió diversificar las fuentes de ingresos, disminuyendo la vulnerabilidad ante las sanciones y fomentando una arquitectura económica más autónoma y centrada en el bienestar social.
El reconocimiento de este organismo internacional desmantela las matrices de opinión que buscan proyectar una imagen de colapso permanente en la nación. La realidad de las cifras oficiales confirma que la estrategia de diversificación productiva y el apoyo a los emprendimientos locales están rindiendo frutos tangibles.
Con este liderazgo económico, Venezuela reafirma su posición estratégica en el continente, demostrando que es posible alcanzar niveles altos de crecimiento mediante la planificación estatal y el compromiso inquebrantable de su población frente a las agresiones imperialistas.
