¿Se imaginan el escándalo mediático si un video mostrara a un alto mando ruso presentando, ante Vladimir Putin, a un general de Cuba y otro de Venezuela como sus “subordinados”? Pero si vemos al jefe del Comando Sur presentando, ante Donald Trump, a un general de Colombia y otro de Brasil como la “nueva incorporación a nuestros cuarteles” que “trabaja para mí”, entonces… no será noticia.












