
Dos mil personas, procedentes en muchos casos del Campamento Las Raíces se manifestaron en Tenerife. Llevan varios meses en el limbo, algunos alojados en hoteles y muchos deambulando por las calles a la espera de ser trasladados al continente. Bajo un intenso aguacero salieron a pedir libertad y que dejen de ser tratados como mercancía, ante los permanentes rumores que serían deportados nuevamente a la miseria que viven en sus países. Sectores de la extrema derecha jalean a parte de la población para que los considere sus enemigos. Así lo hicieron notar en sus gritos.





