Poder, dominación, organización: el Consejo Judío del gueto de Lodz

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Juan Manuel Olarieta (mpr21).— Las formas modernas de administración de empresas derivan de las formas nazis de gobierno de los territorios ocupados en el este de Europa. Entre 1941 a 1944 el SS Oberführer Reinhard Höhn, jefe de departamento de la Dirección Principal de Seguridad del Reich y destacado ideólogo nazi, dirigió una revista sobre la organización de la dominación política y económica dirigida a altos oficiales de las SS.

La revista Reich – Volksordnung – Lebensraum (Reich – Orden Popular – Espacio Vital) abordaba, entre otros temas, la cuestión del exterminio y el mantenimiento del poder en los territorios ocupados del este de Europa durante la Segundo Guerra Mundial.

Después de la guerra Höhn obtuvo documentación falsa y se escondió durante un tiempo, hasta que en 1956 fundó la Academia de Ejecutivos de Negocios de Bad Harzburg, donde oficiales de las SS impartieron lecciones a los administradores de grandes empresas, así como a los oficiales del ejército alemán. Más de 600.000 empresarios alemanes se formaron en aquella Academia.

En 1962 el nazi presentó su sistema de administración, al que llamó “Modelo Bad Harzburg” que, en las décadas siguientes, dominó la gestión empresarial y miltar en Alemania, basada en el principio de la autoexplotación. Los esclavos deben participar en la organización de la esclavitud y los explotados en la maquinaria de la explotación.

Es algo muy mal comprendido en algunos esquemas ideológicos simplistas, donde las clases sociales aparecen separadas por un muro infranqueable, de manera que los trabajadores siempre deberían adoptar posturas “de clase”, por ejemplo, en el momento de votar una huelga o en unas elecciones.

La historia del movimiento obrero desmiente ese esquema. La burguesía tiene sus propias correas de transmisión dentro de la clase obrera. La traición se organiza. Desde los mismos orígenes del movimiento obrero, los capitalistas sustituían a los obreros por esquiroles en las huelgas y en los centros de trabajo crearon “sindicatos amarillos” para contrarrestar a los “de clase”.

En las cárceles existían los “cabos de vara”, que eran presos que ejercían la represión por cuenta de los carceleros y en los campos de concentración había Sonderkommandos y “kapos”, que eran el último eslabón de la cadena que mantenía la sumisión.

Antes de descolonizar, las metrópolis organizaron a la población autóctona para seguir manteniendo la dominación una vez declarada la independencia formal. Así crearon la entelequia de “Vietnam del sur”, mientras en Argelia tenían a los “harkis” como quinta columna.

El gueto de Lodz

En la Segunda Guerra Mundial los nazis crearon guetos gestionados por los propios judíos a través de los “judenrat”, los consejos judíos, nombrados por los nazis entre los colaboracionistas más destacados de la población.

Además de gestionar servicios básicos como comedores colectivos, enfermerías, oficinas de correos y escuelas de formación profesional, las tareas habituales de los consejos incluían proporcionar mano de obra esclava a los nazis y reunir cuotas de judíos para su “reasentamiento en el este”, un eufemismo para referirse a las deportaciones a los campos de concentración.

Rumkovski

El gueto de Lodz es uno de los mejores ejemplos. Cuando en 1939 los nazis invadieron Polonia, Lodz pasó a formar parte de un territorio independiente del gobierno general establecido por lo nazis para la mayor parte de la Polonia. Las comunidades judías más pequeñas fueron disueltas y reubicadas a la fuerza en guetos urbanos.

El jefe del Consejo Judío de Lodz fue Chaim Mordechai Rumkowski, un sionista nombrado por los nazis. El 16 de octubre de 1939 Rumkowski seleccionó a 31 colaboracionistas judíos para formar parte del Consejo. Sin embargo, menos de tres semanas después, el 11 de noviembre, veinte de ellos fueron ejecutados y el resto desapareció, tras denunciarlos ante los nazis alemanas “por negarse a aprobar sus políticas”. Unas semanas más tarde se nombró oficialmente un nuevo Consejo.

Si por razones de actualidad alguien busca paralelismos entre los nazis y los sionistas, no tiene más que recordar a un fiel escudero como Rumkowski. Es una manera de entender que la represión contra los judíos hubiera resultado imposible sin la participación de los propios judíos, tanto en los guetos como en los campos de concentración.

El campo de concentración de Chelmno

Lo mismo que los campos de concentración, el gueto de Lodz era una fábrica con la mano de obra esclava, parecida a la que aparece en la película “La lista de Schindler”. Rumkowski transformó el gueto en una plataforma industrial que fabricaba suministros de guerra para la Wehrmacht.

Pero no toda la población estaba capacitada para trabajar, sobre todo los ancianos; había que llevar a cabo una selección. En 1941 se inauguró el campo de concentración de Chelmno y los nazis ordenaron a Rumkowski que se encargara de elaborar las listas de habitantes del gueto que debían ser deportados al nuevo campo de concentración.

Cuando el 4 de septiembre de 1942 los alemanes le exigieron a Rumkowski la deportación de 20.000 niños menores de diez años al campo de exterminio de Chelmno, pronunció un discurso dirigido a la población del gueto que aún se conserva: “¡Entregadme a vuestros hijos!”, les gritó.

Rumkowski organizó en varias oleadas la deportación de los habitantes del gueto. Comenzaron en enero de 1942, cuando unos 10.000 judíos fueron enviados a Chelmno en trenes, el 2 de abril fueron 34.000 más, en mayo 11.000 y en septiembre de 1942 otros 15.000, hasta un total de 71.000 en aquel año.

Tras las victorias del Ejército Rojo en el frente oriental, los alemanes liquidaron el gueto en 1944. Los que quedaban fueron enviados a campos de exterminio. El gueto de Lodz, que había comenzado con una población de 165.000 habitantes, en el momento de la liberación solo contaba con 877 supervivientes.

Debido a la confiscación de dinero en efectivo y otras pertenencias, Rumkowski acuñó vales o dinero fiduciario (“el ersatz”) con su rostro, que también aparecía en los sellos postales. Solo con la nueva moneda se podían comprar raciones de comida y otros artículos de primera necesidad. Esta propuesta ilustra el poder de Rumkowski. Los habitantes del gueto apodaron la nueva moneda como “Rumkin”.

El sionista dirigía la policía judía del gueto y con su ayuda disolvió violentamente las manifestaciones. En ocasiones, solicitaba a los nazis que acudieran a disolver las protestas, lo que solía acabar con la muerte de algún resistente. Los dirigentes de los colectivos eran castigados impidiéndoles ganarse la vida, lo que, en la práctica, significaba que ellos y sus familias estaban condenados a morir de hambre.

En ocasiones, los huelguistas y manifestantes fueron detenidos, encarcelados o enviados a campos de trabajo. Para la primavera de 1941 casi toda la oposición había sido aplastada.

Pero Roma no paga a traidores. En agosto de 1944 le tocó el turno a Rumkowski y su familia, que fueron deportados a Auschwitz, donde los propio presos le ejecutaron a golpes el 28 de agosto de 1944 por su colaboración con los nazis.

Fuente: mpr21.info

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