La manifestación, que tuvo lugar en el marco del paro nacional impulsado por el movimiento indígena, se tornó violenta cuando los uniformados intervinieron con bombas disuasivas y sus motocicletas luego de que los participantes obstaculizaran la vía pública.
En videos difundidos en redes sociales, comunicadores que cubrían la protesta afirmaron que los agentes empujaron a las personas e incluso uno de los periodistas, del medio Ecuador Chequea, aseguró que un policía lanzó al piso su teléfono cuando grababa los incidentes.
Muy cerca de los hechos, tuvo lugar un acto con simpatizantes del Gobierno que rechazan el llamamiento al paro nacional impulsado por el movimiento indígena tras la eliminación del subsidio al diésel y otras medidas del Ejecutivo.
Mediante un comunicado, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) cuestionó que, bajo el discurso del orden, el Gobierno ha desatado una represión sistemática contra quienes ejercen su derecho constitucional a la resistencia y criticó la nueva declaratoria de estado de excepción.
«Responsabilizamos al presidente Noboa por las consecuencias de esta decisión autoritaria, que busca silenciar y reprimir al pueblo en lucha. El decreto suspende la libertad de reunión e intensifica la movilización de Fuerzas Armadas y Policía:, advirtió la Conaie.
Según apuntan, el estado de excepción agrava el riesgo del uso desproporcionado de la fuerza y de detenciones arbitrarias, al tiempo que pretende ocultar las verdaderas causas de la crisis: la eliminación del subsidio al diésel, el incremento del IVA, y otras problemáticas.
Previamente, el presidente de la Conaie, Marlon Vargas, alertó que podrían dirigir las protestas contra la eliminación del subsidio al diésel hacia la capital del país si el Gobierno no responde a sus demandas.
«La paciencia se nos va a acabar, señor presidente», afirmó el dirigente en medio de las movilizaciones, que llevan ya 14 días consecutivos en varias provincias y han dejado un fallecido, más de 80 heridos y más de un centenar de detenidos.
Ante esa advertencia, Noboa declaró un nuevo estado de excepción en 10 provincias del país y suspendió la libertad de reunión en esas localidades durante las 24 horas para quienes paralicen servicios públicos.
«Nadie puede venir a tomarse por la fuerza la capital de todos los ecuatorianos. A los que eligen la violencia, los espera la ley. A los que actúan como delincuentes, se los tratará como delincuentes», afirmó el mandatario este domingo en su cuenta de la red social X.