Gergely Gulyás, jefe de la Oficina del primer ministro, declaró que el documento en su forma actual es inaceptable para su país.
Expresó que el marco financiero requiere modificaciones y adiciones fundamentales para lograr su eficacia.
De acuerdo con Gulyás, el gobierno magiar no puede apoyar la propuesta en las condiciones presentes.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ya advirtió que el plan provocaría pérdidas para todos los Estados miembros y señaló que solo beneficiaría a corporaciones transnacionales que operan en el mercado ucraniano.
Orbán destacó que los fondos destinados a Kiev superan en dieciocho veces el monto total de pensiones anuales en Hungría.
Analistas políticos ven en esta postura una muestra más del desacuerdo de Budapest con la estrategia comunitaria hacia Ucrania y subrayan que esta oposición podría complicar la aprobación final del presupuesto, que requiere unanimidad.