La paz que comienza en Gaza no será la que muchos se imaginan. Cierto, ya no habrá bombardeos, pero el proyecto de liquidación fraguado contra el pueblo palestino y su cultura va a continuar bajo una forma diferente. Dicho esto, hay que recordar que desde Henry Kissinger y la “diplomacia de los pequeños pasos”, ciertos procesos de paces graduales han llegado a funcionar, cuando venían acompañados de actos concretos. También hay que recordar que las paces coloniales, como los protectorados y mandatos autorizados por la Sociedad de Naciones (SDN), a menudo llegaron a funcionar. El plan de paz de Trump se aplicará sólo si las dos partes y sus socios extranjeros tienen todos realmente la intención de continuar el proceso.

Manlio Dinucci (Red Voltaire).— Por hay un alto al fuego. ¿Pero habrá finalmente paz en Gaza? Para contestar esa pregunta Grandangolo reconstruyo lo que ha sucedido desde el 7 de octubre de 2023, aquello que en su momento definimos como «el 11 de septiembre del Medio Oriente», relacionando la escena del Medio Oriente, con las de Europa y Estados Unidos. Es importante, ante todo, conocer bien el plan de paz de Trump, del que ya reproducíamos las partes esenciales en la emisión de Grandangolo titulada «Los pacificadores». Veámoslas otra vez:
«Gaza será gobernada por un comité tecnocrático y apolítico, responsable del manejo cotidiano de los servicios públicos. Ese comité se compondrá de palestinos calificados y expertos internacionales, bajo la supervisión y el control de un nuevo organismo internacional de transición, el Consejo de la Paz, que será dirigido y presidido por el presidente Donald J. Trump con otros miembros y jefes de Estado que serán anunciados, entre ellos el ex primer ministro Tony Blair.»
«Estados Unidos colaborará con los socios árabes e internacionales para constituir una Fuerza Internacional de Estabilización (FIE) que se desplegará inmediatamente en Gaza. La FIE entrenará y apoyará fuerzas de policía palestinas cuidadosamente seleccionadas. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) cederán progresivamente el territorio de Gaza a la Fuerza Internacional de Estabilización, con excepción de una presencia de seguridad perimétrica que se quedará mientras que Gaza no esté protegida adecuadamente de toda amenaza terrorista.»
«Se elaborará un plan de desarrollo económico de Trump para reconstruir y reactivar Gaza convocando un grupo de expertos que han contribuido al nacimiento de ciertas florecientes ciudades modernas en el Medio Oriente. Numerosas proposiciones juiciosas de inversiones y apasionantes ideas de desarrollo han sido elaboradas por grupos internacionales bien intencionados y se tomaran en consideración para sintetizar los marcos de seguridad y la administración con el fin de atraer y de facilitar esas inversiones. Se establecerá una zona económica especial con tarifas preferenciales y tasas de acceso que deben negociarse con los países participantes.»
El New York Times escribe: «El presidente Trump está a punto de alcanzar el resultado diplomático más grande de su segundo mandato –el cese de la brutal guerra entre Israel y el Hamas– y ha declarado que está ansioso de volar al Medio Oriente para presidir el alto al fuego y acoger a los rehenes que pasaron dos largos años en cautiverio. Trump afirma que Israel retirará sus tropas durante la primera fase del acuerdo. Para Trump, el éxito en esta empresa es la prueba definitiva de su objetivo autodefinido de negociador y pacificador, nada menos que el camino hacia el Premio Nobel de la Paz, que ha ambicionado abiertamente.»
El marco real, el que muestran los hechos, es muy diferente del que el mainstream político-mediático nos presenta.
El plan de paz de Trump es parte de los objetivos estratégicos que Estados Unidos e Israel pretenden alcanzar en Medio Oriente. La interrupción de los bombardeos israelíes y la probable reanudación de la entrada de ayuda en alimentos harán disminuir la cantidad de víctimas palestinas, pero el genocidio contra el pueblo palestino va a continuar, no sólo en términos de masacre y mediante la destrucción de todo lo que da forma a una Nación: el Estado, la soberanía sobre su propio territorio, la conservación de su propio bagaje histórico y cultural. Todo eso se le seguirá negando al pueblo palestino. Los palestinos que se queden en Gaza, una tierra que el plan de Trump quiere transformar en una lujosa «Riviera del Medio Oriente», poblada de millonarios, se verán reducidos al estatus de sirvientes.
En Cisjordania, a los palestinos se les arrebatan cada vez más tierras, que pasan a manos de los colonos israelíes. La población palestina de Cisjordania vive bajo un régimen de terror, instaurado por el ejército de Israel y los colonos de las implantaciones israelíes, que destruyen las plantaciones de olivos y las casas de los palestinos, los encarcelan, los torturan y los asesinan.