
Joel del Río (Juventud Rebelde).— En todas, o casi todas las secciones competitivas y no, del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, cuya edición número 46 tendrá lugar entre los días 4 y 14 de diciembre, se destacan varias embajadoras cubanas. El eje temático del festival será el centenario de Alfredo Guevara, y no existe mejor modo de rendirle homenaje a quien aseguró que «no hay cine adulto sin herejía sistemática» que razonar y discutir sobre diversos temas relacionados con el audiovisual, y otras manifestaciones artísticas, en el contexto actual.
La selección oficial está conformada por un total de 222 obras provenientes de 42 países. Y en medio de toda esa amplitud, quisimos concentrarnos en visibilizar la producción nacional (con un sentido amplio e inclusivo) dentro de las principales secciones: competencias de largometrajes de ficción, ópera prima, largometraje documental, cortometraje, animación, y otras que iremos nombrando por el camino.
Dos de nuestros intérpretes más reconocidos, nacional e internacionalmente, Jorge Perugorría y Mirta Ibarra vuelven a trabajar juntos en un filme. Se trata de Neurótica anónima, una suerte de homenaje a Juan Carlos Tabío (1943-2021) que además de estar protagonizado por Ibarra se inspira también en la obra teatral homónima que ella escribió y protagonizó sobre la escena. La protagonista es Iluminada cuyas frustraciones le provocan una neurosis: vivir como si estuviera siempre dentro de una película. En el elenco sobresalen también Fernando Hechevarría, quien interpreta a un arquitecto; Osvaldo Doimeadiós (el siquiatra); Andrea Doimeadiós (en el papel de Iluminada joven), Néstor Jiménez, Paula Alí, Tahimi Alvariño, Bárbaro Marín, Mario Limonta, Hilario Peña, Félix Beatón y Luis Silva, entre muchos otros.

En la competencia de largos de ficción sobresale otro título cubano: Cherri, que dirige y escribe Fabián Suárez (recordado por el corto Kendo Monogatari y el largo Caballos) y habla sobre un coreógrafo gay, con sobrepeso, que trabaja en una compañía de ballet para personas de talla grande mientras cuida de su esposo discapacitado. Fabián suele trabajar en un cine de remarcada impronta autoral, personal, con rebordes de experimentación y simbolismo. Aquí vuelve a tratar temas que le son muy afines como el deseo insatisfecho, la lealtad, el amor como el más complicado de los sentimientos humanos, y la fe en las segundas o terceras oportunidades.
En estas mismas páginas estuvimos promocionando la existencia concreta de Baracoa, coproducción con Italia, que dirige y escribe Luis Ernesto Doñas y que es nuestra única representante en el concurso de óperas primas. Nos remitimos entonces a las declaraciones de Doñas en aquel momento: «Cuenta un viaje físico y personal de dos hombres,totalmente opuestos, que atraviesan la isla con una promesa por cumplir y heridas por sanar. Es una historia sobre la amistad, sobre la identidad y el amor. Hay muchas Cuba y cada una de ellas define cada personaje».
Varios son los cortometrajes de ficción cubanos en busca del Coral. Apenas podemos informar sobre algo más que sus títulos y realizadores: Anba Dlo, (Rosa Caldeira y Luiza Calagian); Casting para Carmen, dirigido por Patricia Rodda, y El último juego, de Daniel Chile, quien trabajó mayormente con actores infantes. A estos títulos, se suman Norheimsund, de Ana Alpízar; Primera enseñanza, codirigido por Aria Sánchez y Marina Meira, y Pupa, la incursión de Leandro de la Rosa en los territorios del horror sicológico. A esta lista se añade el retorno del consagrado Marcel Beltrán, quien dirigió en Brasil Ponto cego, también seleccionado para competir en esta categoría.

También contamos con un solo largometraje documental en competencia: Mijaín, en el cual Rolando Almirante, Ángel Alderete y Héctor Villar trazan la semblanza de uno de los más reconocidos deportistas cubanos de todos los tiempos a partir del momento en que se preparaba para conquistar su quinta medalla olímpica. Sin embargo, en la competencia de cortometrajes documentales figuran dos: Tiempo detenido, de Ariagna Fajardo, sobre el melancólico atardecer en un pequeño poblado, y Dormidos sobre rodillas calientes, que realizó íntegramente en Cuba, y con una pareja de campesinos, el italiano Giuseppe Polerá.
En cuanto a animación, son cuatro los cortos: La niña y el mar, de Ray Ortega; Mi mejor amiga (Ruth Garaicoa); Rapto, de Ivette Ávila, quien decidió asumir el reto de animar el testimonio de una víctima de la violencia, y El jardín, codirigido por Miguel Alejandro Machado y Carolina Fernández-Vega, en el desacostumbrado soporte de óleo sobre vidrio, para recrear el mundo interior de la poetisa cubana Juana Borrero.
Entre los diez títulos que contempla el Sector Industria del Festival, para competir por el Premio Coral de Posproducción, fue seleccionado El camino, que dirige Omar Alí, sobre un grupo de jóvenes protagonistas que viven en diferentes épocas, mientras que en la sección En Perspectiva (fuera de competencia) se exhibirán las recientemente concluidas Cinco historias de amor y un bolerón desesperado, de Arturo Santana, y Calle 232, de Rudy Mora. También habrá una presentación especial del documental Un artista con suerte, de Arlene Comas, un viaje íntimo y revelador al universo creativo del animador cubano Mario Rivas.
Seguramente dejamos fuera, involuntariamente, algunos títulos cubanos que forman parte del evento, pero quisimos promocionar, al menos, los más novedosos y menos conocidos. Sí, para dejar constancia de que el cine cubano se mueve, y abarca diversos y extraordinarios espacios.

