El Comité Ejecutivo del Partido Comunista de Uruguay (PCU) denunció las amenazas y agresiones de Estados Unidos que agravan la tensión en el Caribe. El PCU calificó de «ilegal e irresponsable» la decisión unilateral del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien declaró «totalmente cerrado» el espacio aéreo de la República Bolivariana de Venezuela.
El pronunciamiento recuerda que Estados Unidos desplegó una fuerza militar de «enorme poder destructivo» en el Caribe, que incluye el portaaviones más grande del mundo, el USS Gerald Ford, de propulsión nuclear. Además, recordó que Trump autorizó a la CIA a realizar acciones encubiertas dentro del territorio venezolano.
El Partido Comunista afirmó que la excusa del supuesto combate al narcotráfico se cae por sí sola. Asimismo, denunció que Trump y sus principales jefes militares reconocen públicamente que quieren derrocar al Gobierno venezolano, mientras que congresistas hablan de la necesidad de quedarse con el petróleo venezolano.
El PCU recogió la denuncia del Gobierno de Cuba, que informó estar sufriendo «importantes interferencias electromagnéticas provenientes de la flota de guerra yanqui».
Desde su identidad antimperialista, el PCU rechazó las amenazas y agresiones contra Venezuela, Colombia y Cuba, y denunció el «enorme riesgo para la paz de toda la región».
Además el Partido exigió el respeto a la soberanía y autodeterminación de los pueblos y reclamó el respeto al Tratado de Tlatelolco y la Declaración de la CELAC de 2014, que declararon América Latina y el Caribe como Zona de Paz y libre de armas nucleares, «ambas violadas por Estados Unidos».
La declaración se produce mientras Washington refuerza su despliegue militar en el Caribe, bajo el pretexto de combatir el narcotráfico y supuestas amenazas a la seguridad regional. Venezuela, sin embargo, sostiene que el narcotráfico sirve como excusa para ocultar el verdadero objetivo: forzar un cambio de Gobierno en el país suramericano y garantizar el control de sus vastas reservas petroleras. Esta perspectiva subraya lo que el país suramericano considera una política sistemática de injerencia por parte de Washington.
