
Yesey Pérez López (Granma).— «¿Qué puede hacer una persona que dos no pueden hacer?», pregunta la niña.
«Soñar», responde el protagonista.
Desde la pantalla, la interrogante parece flotar hacia el público en el cine Yara, en una noche del 46º Festival del Nuevo Cine Latinoamericano. Algunos espectadores hacen suya la pregunta y su respuesta, de la misma manera en que el filme «Resurrección» las emplea para cuestionarse aspectos esenciales de la humanidad.
Se trata de una producción china, cuya reflexión sobre los sueños, como fruto de las voluntades, crea significados compartidos con el propio arte cinematográfico.
La pregunta y la exhibición de la obra se convierten en pretexto para acercarnos al cine chino contemporáneo, que ha trascendido sus propias fronteras, para expandirse a nuevas latitudes, temáticas, audiencias y formas de producción.
Porque «Resurrección» es un ejemplo en toda regla de cómo la transformación de este arte en el gigante asiático aporta nuevos y singulares ejemplos a la cinematografía mundial.
Es una coproducción del 2025, entre China y Francia, escrita y dirigida por Bi Gan, quien nació en 1989 en la provincia de Guizhou.
«Creo que tenemos que volver a las cosas tradicionales, antiguas, puras y simples» declaró el cineasta al presentar el filme en la Semana Internacional de Cine de Valladolid. La obra aborda temáticas como la búsqueda de uno mismo, planteando interrogantes básicos para la vida.
Quizás el tema más puro de todos sea las respuestas a los múltiples acertijos que plantea la película, explícita e implícitamente, en la articulación de seis historias creadas con un estilo que comprende desde el cine silente hasta el más actual.
La narración se origina en un futuro en el que la humanidad ha perdido la capacidad de soñar, para vivir más. «¡Las personas que no sueñan son como velas que no se queman – pueden existir por siempre!», dice uno de los carteles al principio del filme.
Aquellos que continúan soñando se llaman «Delirantes». En los sueños de uno de ellos penetra Shu –la actriz Shu Qi-, luego de colocar en su interior una cinta cinematográfica que da origen a los diferentes episodios en los que participa el protagonista, con un personaje distinto en cada caso, interpretado por Jackson Yee.
Distinguidos por la diversidad de estilos, aquí se revelan universos con una fotografía, una dirección de arte y una música singulares, convirtiendo cada capítulo en una historia con vida propia. Así entramos en este recorrido, mitad sueño, mitad filme, y completo reto a los sentidos, en viaje singular.
«¿Es tan importante la respuesta a un acertijo?» pregunta el protagonista. «Para mí es lo más importante del mundo», responde la niña.
Que La Habana y su histórico Festival acojan una película china actual también contribuye a crear respuestas y nuevas historias.
CHINA, DESDE SU CINE
«¡Bienvenida, China!» expresó Alexis Triana, presidente del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), al destacar, en la apertura del Festival, la participación del gigante asiático entre los 42 países que acudieron a la cita.

En el evento también se presentó «Shen Zhou 13», primer largometraje del gigante asiático filmado en el espacio exterior y dedicado a la misión espacial del mismo nombre, que fue lanzada en octubre del 2021. También se presentó «Viviendo la tierra», filme dramático que narra la historia de un niño de 10 años y las transformaciones en su pueblo rural, en la década de los 90 del pasado siglo.
Tres ejemplos del impulso que China ha logrado para este arte y su industria, diversificando temáticas, tecnologías y llegando a nuevas audiencias.
Hace solo unos días, el 13 de diciembre, la Administración de Cine de China informó que hasta esa fecha los ingresos de taquilla en la nación superaron los 50 000 millones de yuanes, aproximadamente 7 080 millones de dólares. De este valor, el 81,9% correspondió a producciones nacionales. Por otra parte, las entradas a los cines se contabilizaron en 1 194 millones de espectadores.
Los títulos más vistos fueron el filme de animación chino «Ne Zha 2», la comedia «Detective Chinatown 1900», «Zootopia 2» y las películas chinas «El Estudio Fotográfico de Nanjin», o «Dead to Rights» y «731», o «Evil Unbound».
«Ne Zha 2» acaparó titulares durante el 2025, gracias al interés despertado en el público de ese país y en otras regiones. En la producción, que contó con más de 2000 escenas de efectos especiales, intervinieron 138 empresas. Es una muestra del desarrollo y la integración para el avance del sector cinematográfico y audiovisual que tiene lugar en China.
La creación de capacidades técnicas, el surgimiento y consolidación de polos de producción audiovisual y la proyección internacional del séptimo arte forman parte de una visión construida y priorizada al más alto nivel del país.
Como muestra de ello, el pasado 11 de julio, en una carta de respuesta a ocho reconocidos artistas del cine chino, el presidente Xi Jinping, llamó a crear obras cinematográficas excelentes, que reflejen el espíritu de los tiempos y expresen las aspiraciones del pueblo.
El cine, al igual que la cultura y las industrias creativas, está incluido en los planes que guían el desarrollo del gigante asiático, como parte del proceso de modernización del país, con una perspectiva que trasciende el beneficio económico y prioriza el intercambio cultural.
Así, tendiendo puentes que desafían a la geografía, llegaron a La Habana, «Resurrección» y los otros filmes, como sólidas cartas de presentación para el cine contemporáneo chino.
Habrá que decir, ¡bienvenidas estas nuevas visiones!… Porque en un mundo en el que otros eligen vivir más, renunciando a los sueños, siempre -pero siempre- será preferible soñar.


