El MAP-ML en su contexto de nacimiento y crecimiento; Equipo de Bitácora (M-L), 2015

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«Nacido en 1972 y de influencia sino-albanesa, el Movimiento de Acción Popular Marxista-leninista (MAP-ML) surge como un partido opuesto tanto al revisionismo soviético como al revisionismo contenido en el FSLN.

Si en el contexto de la formación de los cuadros cuando se fundó el FSLN vimos la dificultad para muchos partidos de librarse de la influencia del revisionismo estadounidense, soviético o yugoslavo, en caso del MAP-ML deberíamos hablar de otras corrientes antimarxistas que estaban en auge y pueden haberle influenciado, como era, por entonces el revisionismo chino.

Debido a la poca bibliografía desconocemos como abordaron las contradicciones entre el revisionismo chino y el marxismo-leninismo, aunque sabemos que finalmente tomaron parte por el lado albanés.

Para inicios de los 60 el revisionismo chino no estaba desenmascarado tan abiertamente como se haría años después, y sus desviaciones solo podían ser conocidas en base a una fina agudeza de los acontecimientos mundiales, y a un gran esfuerzo por acceder a material de los revisionistas chinos que por entonces escaseaba y que en su mayoría estaban cuidadosamente censuradas o amputadas.

Muchos antirevisionistas, influenciados por el revisionismo chino, creyeron que estaban colaborando con las luchas obreras al fundar un partido que tendría la intención de dar una herramienta a la clase obrera, donde poder agrupar a su destacamento más avanzado y donde poder dar combate al revisionismo moderno como el revisionismo soviético. Pero para ello cualquier partido de este tipo debía desde sus inicios expulsar a los elementos sin ningún espíritu científico, bañados en un apego sentimental a las acciones de la dirigencia china, de otra forma no podría cumplir estos objetivos antirevisionistas; estos partidos no serían capaces de refutar al revisionismo soviético ya que al seguir las directrices chinas perdían toda credibilidad, y al basarse fundamentalmente en otro revisionismo no se basaban en un cuerpo teórico sólido y científico para refutar a este último:

«La lucha contra el revisionismo soviético, desde posiciones revisionistas, conduce al camino revisionista; el apoyarse en el imperialismo estadounidense para combatir al revisionismo soviético, conduce al camino de enarbolar la infame bandera del trotskismo para combatir al revisionismo soviético y ocupar su lugar como una gran potencia y como «un gran guía ideológico». (Enver Hoxha; Las «avispas» burguesas recogen la miel del jardín de las «cien flores»; Reflexiones sobre China, Tomo II, 20 de abril de 1973)

Las vacilaciones chinas en la lucha contra el revisionismo soviético como es el caso de la aceptación de la rehabilitación de Tito impulsada por Jruschov en 1954, el saludo al XXº Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética de 1956 y sus tesis, la posición jruschovista en la Conferencia de Moscú de 1957 contra el grupo antipartido de Molotov, la teoría china de crear el «frente antiimperialista» junto al revisionismo soviético de 1962, la constante postura china de «intentar hacer cesar la polémica» contra los revisionistas soviéticos hasta 1964, el intento de reconciliación chino con el revisionismo soviético tras la caída de Jruschov de 1964, o la cuestión de basar la lucha contra el revisionismo soviético en meras reivindicaciones territoriales como hacían otros revisionismos en 1964 son muy bien conocidas ahora, pero no en los años 60 y 70. Temas fundamentales para entender el desarrollo posterior del revisionismo chino.

Para inicios de los 70 las relaciones entre China y Albania eran nulas, apenas manteniéndose relaciones diplomáticas y pocos formalismos más:

«Respecto a los partidos comunistas marxista-leninistas y los grupos revolucionarios, los chinos actúan de la misma manera qué los soviéticos. Tienen miedo al «descrédito», a perder la «buena reputación» que han adquirido entre la burguesía norteamericana y la mundial. Por eso los chinos no pueden estar de acuerdo con la línea marxista-leninista revolucionaria de nuestro partido. Tampoco están de acuerdo con nuestra política interior y exterior. Y lo manifiestan. Chou En-lai, Li Sien-nien y Mao Zedong han roto los contactos con nosotros, y los existentes son puramente formales, diplomáticos. (…) ¿Cómo podría estar de acuerdo China con nuestra política exterior, cuando concluye acuerdos con los Estados Unidos de América, con Japón, con Alemania Federal, con la España de Franco, en unos momentos en que nosotros no sólo no los establecemos, sino que desenmascaramos de continuo su política imperialista y fascista?». (Enver Hoxha; Las «avispas» burguesas recogen la miel del jardín de las «cien flores»; Reflexiones sobre China, Tomo II, 20 de abril de 1973)

Incluso los círculos reaccionarios registraron para la posteridad las grandes divergencias sino-albanesas en temas como el acercamiento sino-estadounidense, la Comunidad Económica Europea, el trato con los nuevos partidos marxista-leninistas, y otros temas candentes:

«Durante 1972, las posiciones de los dos cercanos aliados sobre su actitud hacia los Estados Unidos tendieron a distanciarles aún más. Paralelo a los divergentes puntos de vista sobre esta cuestión política fundamental, Pekín y Tirana empezaron a reaccionar de forma diferente ante algunos acontecimientos y políticas importantes en el escenario internacional: la crisis de Malta, la consolidación del Mercado Común, la Ostpolitik de Alemania Occidental y la reelección de Brandt, y el movimiento «marxista-leninista», para mencionar unos cuantos. Mientras los albaneses han demostrado un inflexible apego a la teoría revolucionaria, los chinos –en línea con su giro en las prioridades de política exterior– han demostrado una predilección por la Realpolitik: un cambio de la raison d’ideologue a la raison d’état. Muchos discursos e informes publicados recientemente por Tirana y Pekín atestiguan el hecho de que no existe completa unanimidad de puntos de vista sobre diversos desarrollos políticos internacionales de importancia». (Radio Europea Libre; El camino albanés, 21 de diciembre de 1972)

A estas divergencias sino-albanesas todas ellas de la línea de la política exterior, se le sumaban muchas otras divergencias que partían en que los marxista-leninistas albaneses no aceptaban varias de las teorías y prácticas de los revisionistas chinos concernientes a la política exterior pero también a la política interior, algunas de ellas antiguas desviaciones y otras recientes, nuevas, hablamos de la teoría china de que el «Pensamiento Mao Zedong era el «marxismo-leninismo de nuestra época» que era la «superación de las limitaciones del marxismo-leninismo», la teoría de las «dos líneas» o incluso varias líneas en el partido, la teoría de que «las clases explotadoras persisten como clase en el socialismo», la teoría de la «alianza con la burguesía nacional y tomarla como parte del pueblo», la teoría de que «el campo debe cercar a la ciudad» y por extensión en el esquema mundial «los países subdesarrollados a los desarrollados», los métodos antimarxistas de la «Revolución Cultural» como hacer tabla rasa con toda cultura progresista anterior, la promoción del estudiantado como vanguardia de la revolución, el apoyo a todo régimen feudal-burgués proestadounidense del «tercer mundo», el constante coqueteo chino con los partidos y países revisionistas-capitalistas con contradicciones con los soviéticos, los rasgos de la teoría de que el «tercer mundo» es la «fuerza motriz de la humanidad», que el imperialismo estadounidense «está en decadencia y solo desea el status quo» o que «el socialimperialismo soviético era la superpotencia más agresiva», la cuestión de la negativa china a celebrar reuniones multilaterales con los partidos marxista-leninistas o la reducción del apoyo y ayuda a los mismos cuando se pretendía acercar al gobierno y los partidos revisionistas locales de cada país, y varias cuestiones más.

Esto ponía al MAP-ML en la tesitura de tener que hacer una evaluación de todos estos temas: donde a la fuerza tenían que ir dándose cuenta de las aberraciones del revisionismo chino como ya empezaban a analizar el Partido del Trabajo de Albania y otros partidos. Es por tanto fácil de intuir y dar por hecho que ya que el MAP-ML se posicionó del lado del marxismo-leninismo empezara durante sus inicios a sacar lecciones y a plantearse las cuestiones necesarias sobre el revisionismo chino, y hasta qué punto pudo influir sus teorías y conceptos en sus cuadros, al menos esa es la forma en que debían proceder los partidos comunistas marxista-leninistas como hemos dicho.

En cualquier caso, incluso habiendo no realizado todos los análisis pertinentes y no todas las completas refutaciones del revisionismo moderno y eliminado toda su posible influencia, el MAP-ML es la única organización que se ha aproximado a las necesidades de la sociedad nicaragüense comprendiendo correctamente los sucesos relacionado con el somocismo de los 70 hasta el triunfo de 1979 y exponiendo las debilidades del FSLN desde una óptica marxista-leninista durante los 80. El mismo, como ya hemos dicho, fue fundado por militantes del FSLN que se escinden en 1972 debido a la deriva político-ideológica decepcionante; tuvo una militancia activa de entorno a uno 150 miembros en el momento del triunfo, pequeña en comparación al los entorno a 1.000 militantes que tenía el FSLN en el momento del triunfo.

Su brazo armado eran las llamadas Milicias Populares Antisomocistas (MILPAS) que alcanzarían aproximadamente los 1.000 miembros:

«En su propaganda, el MAP-ML recuerda habitualmente que sus Milicias Populares Antisomocistas (las MILPAS, como las conocían todos) fueron «la única fuerza armada que combatió al lado del pueblo y de los sandinistas». Estas MILPAS realizaron en 1978 y 79 algunos actos armados realmente espectaculares. Uno de los eslóganes del MAP-ML dice: «¡Ni un voto a la burguesía! ¡Balas para el imperialismo!». (Revista Envío; Número 40, Octubre 1984)

En este punto es preciso aclarar, para que el lector no incurra en errores o caiga presa de la propaganda, que las «Milicias Populares Antisomocistas (MILPAS)» del MAP-ML no son las «Milicias Populares Antisandinistas (MILPAS)» creadas por Pedro Joaquín González, conocido como «Dimas», famoso por ser un miembro del FSLN que se rebeló en 1980 contra el mismo e inició un levantamiento campesino en el noroeste de Nicaragua, de hecho formó parte de las primeros grupos organizados de la Contra en la provincia de Nueva Segovia. Esto debe de quedar claro por la similitud entre los acrónimos, una similitud que ha sido históricamente explotada con toda desvergüenza por lo enemigos del MAP-ML. Veamos:

«En sus inicios, la contrarrevolución realizó acciones militares bajo el nombre de Milicias Populares Antisandinistas (MILPAS), que nada tienen que ver con las Milicias Populares Antisomocistas (MILPAS) creadas a finales de 1978 por el MAP-ML para luchar militarmente contra la dictadura. En momentos de contradicciones con esta organización, varios dirigentes del FSLN pretendieron sacar partido del surgimiento de este grupo armado contrarrevolucionario y lo asociaron con los maoístas. No obstante, en un discurso pronunciado en CAPSA –donde hoy es el Registro Mercantil–, Jaime Wheelock esclareció el asunto y libró de responsabilidades al MAP. Aclaración que nos hace Guillermo Cortez Domínguez». (Mónica Baltodano; Memorias de la lucha sandinista, 2012)

Salvo por el detalle de que se refiere al MAP-ML como maoístas –no pedimos a Mónica tampoco conocimientos sobre la historia del MAP-ML y la lucha que tuvo contra el revisionismo chino– esta declaración es una clara refutación a las infamias, especulaciones y falsa propaganda contra el MAP-ML en libros y entrevistas vertidas por algunos frentistas como Carlos Arturo Jiménez. Algo que vimos fue desmentido no solo por Mónica Baltodano, sino hasta por los propios miembros de la Dirección Nacional como Jaime Wheelock. Penosamente todavía algunos intentan realizar el mismo trabajo de descrédito de vincular al MAP-ML y sus milicias con la Contra, por la similitud de las siglas, intento tan tonto como desesperado.

Por otro lado el MAP-ML tenía su Frente Obrero, donde trabajaba en el área sindical y sus juventudes que estaban agrupadas en la Juventud Marxista-Leninista (JM-L).

Tras participar en la lucha contra Somoza en colaboración con los grupos antisomocistas, el MAP-ML se encontraba con el panorama de la victoria antisomocista de julio de 1979 en la cual todavía no hegemoniza el panorama político. Esta sin duda era una situación que complicaba la persecución de sus objetivos máximos como la revolución socialista, a los cuales no podían recurrir hasta que no salvara este obstáculo, de hecho ni siquiera los objetivos mínimos, como salvar a la revolución antisomocista de una claudicación y capitulación ante la burguesía nacional o extranjera, podían ser garantizados.

Para entender las tareas del MAP-ML en el contexto en que se encontraba, aquí debemos traer un consejo que el marxista-leninista alemán Ernst Aust da a los marxista-leninistas polacos en relación con los movimientos espontáneos pero justos de la clase obrera polaca en los 80. En tal consejo traía como ejemplo el tema nicaragüense: ¿aunque no hubiera sido hegemonizado por la clase obrera y su partido marxista-leninista objetivamente era un movimiento –el antisomocismo– revolucionario para Nicaragua? Sí lo era, ahora: el deber de los marxista-leninistas en esos países –tanto en Polonia como en Nicaragua– era aprovechar los movimientos espontáneos y objetivamente justos y revolucionarios para ponerlos bajo dirección de la clase obrera y su partido, y enfilarlos hacia objetivos mayores como la lucha por la revolución socialista:

«¿Acaso debemos condenar la lucha revolucionaria del pueblo nicaragüense, de la clase obrera que se levantó contra el régimen fascista de Somoza, como una lucha contrarrevolucionaria porque no estuvo dirigida por un partido marxista-leninista sino por varios revisionistas, burgueses y grupos clericales? A nadie le vendría tal pensamiento a la cabeza. Lo que puede hacer y deben hacer los marxista-leninistas (…) es no alejarse, sino que a través de su participación en las batallas revolucionarias de la clase obrera, y por su conducta ejemplar que crea el partido marxista-leninista, conducir el movimiento espontáneo de los trabajadoras en dirección al socialismo». (Ernst Aust; El verdadero rostro del socialismo real: Solidaridad con los comunistas detenidos en Alemania Oriental, 1981)

De hecho Enver Hoxha en sus escritos también se refería a revoluciones como la de Irán o la de Nicaragua como revoluciones que cumplían objetivamente factores de tipo progresistas y revolucionarios como podrían ser antifascistas, anticoloniales y antiimperialistas –aunque a veces estos por su carácter de clase no proletario eran selectivos–. Pero se señalaba que si estos movimientos no eran rápidamente ganados por los marxista-leninistas de aquellos países, estas revoluciones serían sofocadas o en su defecto serían reconducidas por la burguesía local que en el plano exterior cambiaría de dueño imperialista o buscaría un mejor trato con el viejo amo imperialista, y en el plano interior mantendría intacto la estructura feudal-burguesa con una sutil pincelada de cambio:

«En diversos países capitalistas subdesarrollados hoy los pueblos están en levantamientos, en insurrección y revolución. Esto lo vemos en Irán, Nicaragua, América Central, en la lucha de los palestinos contra los estadounidenses y los israelíes, y en cierta medida, lo vemos en la aún desorganizada resistencia de los países árabes contra las superpotencias, que manipulan esta resistencia en sus propios intereses. Vemos los movimientos populares y levantamientos también en África. Pero aunque los pueblos de esos países se están levantando, luchando y haciendo sacrificios, los elementos de la burguesía, unidos con el gran capital, siguen haciendo todo lo posible a través de numerosos trucos e intrigas para sofocar la insurrección, o convertirla en un movimiento en su favor, y en ese caso, tal movimiento sólo sirve para eliminar tal o cual camarilla de la escena política con el fin de llevar al poder a otra camarilla más moderada pero igualmente capitalista que opera de acuerdo con el gran capital monopolista. Esto sucede, por supuesto, debido a la falta de claridad política y la falta de organización de la clase obrera. Así, la ira y el odio de esta clase, su sufrimiento político-económico y la de los campesinos pobres son explotados en favor de la burguesía». (Enver Hoxha; El movimiento marxista-leninista y la crisis mundial del capitalismo, agosto de 1979)

Las críticas del MAP-ML a la política pequeño burguesa del FSLN

El MAP-ML explicaba que la burguesía nicaragüense, como la de muchos lugares, ni siquiera pudo cumplir un rol progresista cuando se le presentó el momento como fue el periodo liberal de la época de Zelaya. Se cumplía así lo expresado por Lenin cuando declaró que la burguesía en la época capitalista del imperialismo, como se había comprobado ni siquiera estaba capacitada para completar su rol progresista en la revolución burguesa, teniendo el proletariado que impulsar la revolución antifeudal:

«Mientras el capitalismo mundial ya había iniciado su auge y se lanzaba contra los resabios del feudalismo en Europa, en nuestro país, simultáneamente, se enseñoreaban los grandes señores de la tierra y la religión. Intentos tardíos de la burguesía local en la época moderna, no fueron capaces de saltar las trabas heredadas de los viejos sistemas. Lo revolucionario de la burguesía abortó en Nicaragua con el derrocamiento de Zelaya. Así la burguesía en Nicaragua no supo ser revolucionaria cuando, debía o podía serlo. Quedó de cierta forma rezagada, reforzado esto por el carácter reaccionario, incluso respecto a su propia clase, que tuvo la dictadura militar somocista». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

Por lo que en consecuencia, la pequeña burguesía intentó recoger la bandera de la revolución democrático-burguesa, sintetizada en el FSLN, y puesta en práctica también sin éxito al llegar al poder:

«Surgió así la pequeña burguesía, fundamentalmente proveniente de las capas estudiantiles medias y populares, que asumió frente a la dictadura militar somocista un beligerante papel junto a las amplias masas del pueblo. La pequeña burguesía surgía así enarbolando las banderas de las transformaciones que la burguesía no fue capaz de impulsar ni llevar a cabo. Sin embargo, desde el 19 de julio de 1979, la pequeña burguesía sintetizada en el FSLN, ha demostrado incapacidad no sólo para asumir las reformas democráticos-burguesas más consecuentes, sino que incluso tampoco ha tenido la fortaleza política ni material necesarias, para erradicar las instituciones oligárquicas heredadas, como en el caso de los latifundios, los rentistas de viviendas y tierra, etc». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

El MAP-MP no podía dejar de denunciar a la toma del poder del FSLN el programa económico, un programa económico que se valía de la envoltura del viejo régimen somocista para perpetuar el régimen de explotación capitalista:

«La pequeña burguesía, a través del programa de Economía Mixta y Unidad Nacional, no ha podido más que ofrecer un programa de reconstrucción de las relaciones capitalistas y en última instancia, del poder político de la burguesía, a pesar de su discurso populista. El programa de Reconstrucción del capitalismo a través de la Economía Mixta, requiere, en la situación de crisis del capitalismo mundial y del capitalismo dependiente en Nicaragua, un aumento de la explotación de la fuerza de trabajo que genera excedentes suficientes para la reproducción del capital, el aumento en las cuotas de ganancia de la burguesía y la reproducción del aparato burocrático del Estado». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

Este programa económico suponía la posibilidad de crecimiento y transformación de gran parte de la pequeña burguesía del FSLN en burguesía nacional, y el aumento del crecimiento y aumento de la riquezas y posesiones de la burguesía nacional con la que estaba aliado el FSLN, recordemos que inclusive muchos de los miembros de la burguesía nacional efectivamente eran militantes del FSLN. De ahí las medidas que el FSLN implementó para asegurarse el cumplimiento del programa de «economía mixta»:

«Ello explica el congelamiento de salarios, la prohibición e ilegalización de la huelga obrera y de las tomas campesinas de tierras, el aumento de los impuestos indirectos que recaen fundamentalmente en las masas trabajadoras, la inflación incontrolada, la especulación en el mercado de productos básicos, el aumento real de las jornadas de trabajo a través de diversos mecanismos, el ordenamiento salarial que institucionaliza un sistema de congelamiento en el costo de la fuerza de trabajo, etc., así como los subsidios a la gran producción privada, la condonación de deudas a los capitalistas, los incentivos fiscales a las grandes empresas privadas, la política preferencial de divisas hacia la burguesía, la política crediticia a favor de los grandes productores, etc». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

El MAP-ML sabía que la única clase social que podía dar respuesta a estos problemas atrasados era el proletariado y su partido, resolviendo estas tareas y encauzándolas con la revolución socialista, y no delegando en otra clase ni en otro partido:

«Estamos en la época de la revolución proletaria, es decir, la época en la que los obreros y campesinos pobres de Nicaragua juntan sus manos para imponer sus propios intereses, sin esperar que otros se los garanticen ni prometan. Pero también en que las tareas transformadoras contra todos los resabios heredados, se desarrollarán en todas sus consecuencias, de lo que ni la burguesía ni la pequeña burguesía han sido capaces. Sólo la clase obrera nicaragüense de la ciudad y el campo, en la alianza con el campesinado pobre serán capaces de llevar hasta sus últimas consecuencias esas transformaciones, tareas atrasadas por la inconsecuencia burguesa-pequeño-burguesa. Pero estas tareas no agotan el programa del proletariado en Nicaragua. Sus acciones van más allá que tratar de desarrollar las transformaciones democrático-burguesas que ni la burguesía ni la pequeña-burguesía fueron capaces de desarrollar. El programa del proletariado es esencialmente anticapitalista, antiimperialista y antiburocrático. Sienta las bases para arreglar los asuntos pendientes con las clases rezagadas, pero es fundamentalmente un programa para avanzar, para marchar hacia conquistas históricas, para transitar en la ruta de la construcción del socialismo proletario». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

El MAP-ML por lo tanto, a diferencia de la pequeña burguesía que representaba el FSLN, no estaba dispuesta a regatear los objetivos del proletariado, ni a actuar de mediador entre el proletariado y la burguesía en los intereses de cada uno, ni por supuesto crear la impresión de que su gobierno sería un gobierno y Estado supra-clasista, es decir, por encima de las clases, intentando mantener la apariencia de armonía entre clases, el MAP-ML lucharía por sus intereses que eran obviamente contrapuestos al de las clases explotadoras:

«En nuestras condiciones, vista la presión de las clases reaccionarias y revolucionarias, la pequeña burguesía pretende arbitrar esta lucha, mientras se erige como poder supuestamente supra-clasista, regañando a unos y, sosegando a otros, según el caso. Esto es lo único original del plan de lucha del FSLN. El programa de lucha del proletariado, contrapuesto al de la oligarquía, de la burguesía y de la pequeña burguesía, es sostenido por el partido de la clase obrera de Nicaragua, el partido de la Revolución Proletaria en Nicaragua; el MAP-ML». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

En el libro de Juan Maestre Alfonso: «Constituciones y leyes políticas de América Latina, Filipinas y Guinea Ecuatorial» de 1987, podemos ver las diferentes posiciones de los partidos políticos sobre la constitución burguesa que el FSLN impulsó en 1987. Allí podemos encontrar un pequeño cuadro de críticas del MAP-ML sobre la política pequeño burguesa del FSLN, las cuales se podían resumir en lo siguiente:

1) Crítica en los principios fundamentales:

«Democracia participativa con hegemonía proletaria, revocabilidad de mandatos, unidad orgánica del Estado bajo el centralismo democrático». (Juan Maestre Alfonso; Constituciones y leyes políticas de América Latina, Filipinas y Guinea Ecuatorial, 1987)

2) Crítica en la organización del Estado y forma de Gobierno:

«Autodeterminación, antiimperialismo. Luchas contra el hegemonismo de las grandes potencias. Internacionalismo proletariado. Contra el no alineamiento. Garantizar la autodeterminación nacional». (Juan Maestre Alfonso; Constituciones y leyes políticas de América Latina, Filipinas y Guinea Ecuatorial, 1987)

3) Crítica en los derechos deberes y garantías ciudadanas:

«Derechos de los trabajadores a elegir y ser electos. Derechos sociales a vivienda, educación y salud y la plena satisfacción de la necesidades materiales». (Juan Maestre Alfonso; Constituciones y leyes políticas de América Latina, Filipinas y Guinea Ecuatorial, 1987)

4) Crítica a la Economía Mixta:

«Monopolio del Estado: en la posición de los recursos naturales y medios de producción fundamentales, en planificación centralizada. Control en la gestión Estatal y de empresas. Colectivización voluntaria de la pequeña producción privada. No debe institucionalizarse el Sistema de Economía Mixta». (Juan Maestre Alfonso; Constituciones y leyes políticas de América Latina, Filipinas y Guinea Ecuatorial, 1987)

5) Crítica del régimen agrario:

«Cesión en usufructo a campesinos, de las tierras confiscadas. Cooperativización campesina voluntaria. Desarrollo de la Reforma Agraria en contra de los latifundios y no en detrimento de la propiedad estatal. Desarrollo de la Reforma Agraria en contra del latifundio y las grandes explotaciones privadas». (Juan Maestre Alfonso; Constituciones y leyes políticas de América Latina, Filipinas y Guinea Ecuatorial, 1987)

6) Crítica de la política laboral:

«Derecho al trabajo, libertad, democracia sindical, inamovilidad laboral, seguro social, protección al asalario y derecho a huelga». (Juan Maestre Alfonso; Constituciones y leyes políticas de América Latina, Filipinas y Guinea Ecuatorial, 1987)

7) Crítica en la política de salud, vivienda, educación y demás:

«Derechos a la plena satisfacción social de Educación, Salud, Vivienda, Alimentación, Trabajo, Educación Científica, gratuita y obligatoria hasta nivel universitario. Educación religiosa, voluntaria y extra-curricular en sus respectivas iglesias. Obligación estatal en la construcción de viviendas populares». (Juan Maestre Alfonso; Constituciones y leyes políticas de América Latina, Filipinas y Guinea Ecuatorial, 1987)

8) Crítica en las transformaciones económicas-sociales de la revolución:

«Pleno poder de la clase obrera, revolución proletaria contra el capitalismo, el imperialismo, la burguesía y la burocracia. Reivindicación del proletariado y las masas». (Juan Maestre Alfonso; Constituciones y leyes políticas de América Latina, Filipinas y Guinea Ecuatorial, 1987)

9) Crítica sobre el sistema electoral:

«Elegibilidad y revocabilidad en los cargos públicos. Derechos a elegir y ser electo. Control popular sobre el proceso electoral». (Juan Maestre Alfonso; Constituciones y leyes políticas de América Latina, Filipinas y Guinea Ecuatorial, 1987)

Por supuesto, las críticas y contrapropuestas del MAP-ML son muy escuetas en esa obra de Juan Maestre Alfonso, y sus críticas se extendían a muchos más puntos, por ello pasemos a observar ahora el programa del MAP-ML para completar más la información de dicha agrupación de cara al lector.

El Programa del MAP-ML y sus propuestas al pueblo trabajador nicaragüense

Veamos uno de los documentos del MAP-ML, su: «Plan de lucha» de 1984. Dicho programa se componía de varios puntos que estaban pensados para resolver los puntos de la revolución democrático-burguesa que el FSLN no había liquidado. Estos puntos aparte de resolver las tareas no resueltas de la revolución democrático-burguesa, abrían el marco de la construcción socialista y colocaban su base. La exposición de varias partes de este documento, nos servirá para entender que proponía el MAP-ML al pueblo nicaragüense como alternativa al FSLN.

El punto número uno: planteaba establecer un política economía «en función de los intereses de los trabajadoras y para avanzar al socialismo». Dicho punto estaba relacionado con la alianza del gobierno de entonces del FSLN con la burguesía no somocista, dicha alianza se representaba en lo económico también, en el mantenimiento del poder económico de las clases explotadoras que habían luchado contra Somoza, así como en la aplicación de la política de la economía mixta que daba la posibilidad de un aumento o crecimiento de las clases explotadoras:

«El partido marxista-leninista de Nicaragua, al frente de la clase obrera, implementará su política económica en función de las necesidades de las grandes masas populares. Ello significa que la lógica de las ganancias privadas que ha predominado en la Economía Mixta, tendrá que dar paso a la lógica de las necesidades de las masas, para lo cual, el poder Obrero Campesino expropiará sin indemnización, las grandes propiedades privadas, las grandes unidades económicas en manos del gran capital privado en Nicaragua, las que serán transformadas en unidades estatales bajo el control y la gestión obrera desde el nivel de la unidad económica, hasta el nivel macro-económico o nacional. Esta acción de expropiación al gran capital privado, no es una operación que se desarrollará de la noche a la mañana, pues su ritmo dependerá de la capacidad de la clase obrera para dirigirla, evitando así el vicio del burocratismo y la estatización sin control ni gestión obrera, que sólo conduciría de nuevo, a la conformación de un Estado corporativo que a través de la burocracia estatal, oprimiría de nuevo a las masas populares. Se desarrollará, pues este avance de la clase obrera contra el capitalismo, a través de las acciones revolucionarias de expropiación del gran Capital, el control y la gestión obrera, la planificación centralizada de la Economía del país». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

El punto número dos: era referente a la necesidad de una reforma agraria debido a la no liquidación del latifundio por el FSLN. El MAP-ML se apoyaría la introducción de pequeños propietarios campesinos en cooperativas respetando el principio leninista de libre voluntariedad, y se impulsaría de igual modo las granjas estatales:

«Se impulsará la transformación del sistema de propiedad y producción de la tierra, a través de la expropiación sin indemnización del latifundio, esté ocioso o esté siendo utilizado por sus dueños privados, junto con todos los recursos productivos con que cuente, a fin de disponerlos a un plan nacional de producción. Se fortalecerá, la propiedad y producción estatal. Se procederá a la entrega de tierras de labor para usufructo de cooperativas de campesinos pobres y se promoverá la cooperativización voluntaria de los pequeños propietarios. El Gobierno Obrero-Campesino procederá a estructurar un modelo productivo agropecuario, que racionalizando los recursos disponibles, se pongan en función de las necesidades de consumo del pueblo y el desarrollo de las fuerzas productivas. La Reforma Agraria se implementará con la participación de los Consejos de Obreros y Campesinos, quienes a través de su órgano centralizado y sus representaciones locales, dispondrán .y ejecutarán, con participación popular; las tareas de transformación a gracia de la Revolución». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

El punto número tres: lo relativo al desconocimiento de la deuda heredada por el somocismo que el FSLN arrastraba y aumentaba de año en año. Apostando neutralizar cualquier represalia con el apoyo internacionalista del proletariado y demás masas populares de otros pueblos:

«El Poder Obrero-Campesino desconocerá el pago de la deuda externa heredada del somocismo al 19 de julio de 1979 y se procederá a un estudio y evaluación de las nuevas deudas asumidas por el Gobierno de Reconstrucción Nacional durante su mandato. Ningún compromiso de pago deberá poner el peligró la autodeterminación del pueblo nicaragüense y el desarrollo de las fuerzas productivas del país. Los recursos que queden como resultado del desconocimiento de la deuda externa, serán destinados al desarrollo y fortalecimiento nacional. El bloqueo financiero y las presiones económicas de las burguesías y los gobiernos enemigos, serán neutralizados mediante el internacionalismo proletario, que haga que el movimiento obrero internacional asuma como propias, las tareas de la defensa económica de la Revolución Obrero-Campesina en Nicaragua. El apoyo financiero y técnico deberá provenir fundamentalmente de los pueblos y los trabajadores del mundo». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

El punto número cuatro: hacía referencia al problema a resolver de la tierra y la vivienda para las masas populares nicaragüenses. Reto no conseguido por el gobierno del FSLN y causante de muchos quebraderos de cabeza:

«Se procederá a la expropiación sin indemnización de las propiedades privadas urbanas en los que se comprueben casos de rentismo. Se respetará la propiedad de tierras y viviendas de uso personal y familiar. Redistribución de las tierras urbanas a través de los Consejos Populares Revolucionarios. Promoción de los esfuerzos comunitarios de autoconstrucción, sin perjuicio de que la construcción de urbanizaciones y viviendas dignas es una responsabilidad ineludible del Estado Obrero-Campesino. El Estado procederá a la eliminación de las cuarterías asignándoles a los pobladores nuevos terrenos y construcciones. Se procederá a la entrega de casas y terrenos que habiendo sido diseñados para viviendas, en el régimen anterior han servido de alojamiento u oficinas de la burocracia estatal». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

El punto número cinco: explicaba la «conformación y desarrollo del poder obrero-campesino». Este nuevo poder significaría el fin de la estructura de poder burguesa del FSLN donde los poderes estaban divididos, y la construcción de un poder popular basado en soviets, aquí llamados consejos, donde además a diferencia de los representantes de los órganos estatales del FSLN, aquí dichos representantes del poder serían elegidos por las bases y removibles en cualquier momento:

«Disolución inmediata de las instituciones formales que significan una limitación, sustitución, o imposición a la participación de las masas populares en el ejercicio cotidiano del poder. Se eliminará la separación de poderes, haciendo confluir a los organismos de los trabajadores en un gran órgano de carácter legislativo y ejecutivo. Este órgano es la Asamblea Popular de representantes, conformada por los Consejos de Obreros, Campesinos, Sectores populares, Milicianos y Soldados, el, máximo órgano del Poder Popular, del poder de los Obreros y Campesinos. Se asegurará el poder Obrero-Campesino a través de los Consejos, que se desarrollaran desde las actividades y niveles más sencillos de Control hasta las formas más complejas de Gestión Obrera. Todos los representantes serán electos por las bases y removibles en cualquier momento en que éstas determinen, desde la representación en los órganos de base, hasta los máximos organismos de representación. El salario de los funcionarios gubernamentales y representantes no excederá el salario de un obrero medio». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

El punto número seis: aludía a la cuestión militar en el país, solucionando la forma en que el FSLN había tratado lo relativo al ejército manteniendo su vieja estructura burocrática. Proveer «al pueblo de armas y organizar las milicias populares, enseñarles las artes militares, y conformar la creación de un verdadero Ejército Popular Revolucionario, de plena democracia interna con unos mandos y oficiales electos por la tropa». Así mismo «una incorporación del ejército al trabajo productivo en tiempos de paz». Más «servicio militar obligatorio según las necesidades de la defensa militar de la revolución»:

«La Revolución Obrero-Campesina requiere de que las masas se agrupen organizada y conscientemente de las artes militares en sus diversas formas y técnicas. Para ello, se procederá a la reestructuración de las Milicias, dándole prioridad a su conformación por centros de trabajo, sin perjuicio de criterios territoriales complementarios. Se procederá a la descentralización del armamento ligero y una zonificación militar que sepa distribuir racionalmente los recursos defensivos en todo el territorio nacional. El uso de determinadas especialidades de las artes militares requiere de la conformación de un ejército permanente, que será reducido al mínimo posible que obligatoriamente deberá incorporarse a las actividades productivas para no constituirse en carga de los trabajadores. En el ejercito, para evitar su burocratización y aislamiento de las masas, se conformarán los Consejos de Soldados para la libre discusión y tratamiento de los problemas de la Revolución y las reivindicaciones propias de los soldados así como los nombramientos será obra de un ejercicio democrático en que los soldados de base decidirán sobre la selección de sus propios mandos. En la ejecutoria de las acciones militares, sin embargo, regirá el más estricto centralismo. El Servicio Militar Obligatorio se computará también en el servicio voluntario en las Milicias y su implementación dependerá de las necesidades de la defensa. Sin embargo el eje central de la defensa militar del país serán las Milicias de Obreros, Campesinos y pueblo en general es decir, el pueblo armado». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

El punto número siete: subrayaba la cuestión de la «defensa de la integridad del territorio nacional y de la autodeterminación del pueblo y la revolución proletaria en Nicaragua. Lucha contra todo tipo de injerencia de países o superpotencias hegemónicas». Poniendo fin a teorías hipócritas como el Movimiento de los Países No Alineados, movimientos pro imperialistas que coqueteaban con una u otra potencia imperialista:

«El poder Obrero-Campesino garantiza la plena defensa del territorio nacional, así como la auto-determinación del pueblo nicaragüense y de la Revolución de los Obreros y Campesinos en Nicaragua. El Gobierno Obrero-Campesino no aceptará ningún tipo de imposición de países, grupos de países o de las superpotencias hegemónicas que se disputan el reparto del mundo. En la política exterior respecto a los otros pueblos y trabajadores del mundo, se defenderán y sostendrán estos mismos derechos». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

En punto número ocho: se hacía gala de un apoyo a la unidad mundial de la clase obrera, y se instigada a un verdadero internacionalismo proletariado, a respetar el derecho de libre autodeterminación y apoyar sus «luchas contra las clases explotadoras locales o extranjeras que oprimían y explotaban a sus países». Esto rompía con el apoyo del FSLN a variados movimientos pseudorevolucionarios e incluso anticomunistas donde se incluía a los países revisionistas o a los partidos revisionistas repartidos en los diversos países del mundo:

«Respeto al derecho de autodeterminación de los pueblos y trabajadores. Práctica del internacionalismo proletariado y apoyo militante a las luchas de los pueblos contra sus opresores y explotadores». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

En el punto nueve: se establecía la «garantía de las libertades democráticas para las masas populares» a través de «la movilización popular revolucionaria», el «cortar la actividad política de la burguesía y la reacción» y «desarrollar la libre lucha ideológica contra los enemigos de los trabajadores». Asegurar la «práctica sindical, libertad de organización sindical» y «el derecho a huelga»:

«Mediante la acción política determinante de los Consejos de Obreros, campesinos, sectores populares, milicianos y soldados, el poder obrero-campesino garantiza la más genuina democracia revolucionaria en el seno del pueblo y su férrea imposición sobre los enemigos de los trabajadores. Esta participación democrática no descuidará ni un momento los intentos contrarrevolucionarios de la burguesía y los terratenientes, aún de los que ya hayan sido expropiados, así como las acciones del imperialismo contra el poder revolucionario de los Obreros y Campesinos. Se garantizará la plena democracia sindical que elimine el verticalismo y el burocratismo en los sindicatos. El Estado Obrero-Campesino garantizará el derecho de huelga, como un instrumento que el movimiento obrero debe tener a su alcance para presionar o determinar en asuntos a los que no se les haya dado oportuna ni suficiente respuesta. La libre lucha ideológica, la persuasión y mejor aún, la genuina y directa participación de los trabajadores en el poder, son garantías de que la contrarrevolución no tendrá mucho espacio para manipular este justo derecho de huelga». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

El punto número diez: izaba la bandera contra «la explotación y opresión de la mujer». Otro tema no solucionado eficazmente por el FSLN desde su toma de poder, que mostraba su ejercicio del poder como cualquier otro partido burgués:

«La lucha contra la explotación y opresión de la mujer se resuelve mediante la transformación de las relaciones sociales de producción que destruyan todo el mecanismo capitalista de explotación. Sin embargo, es necesario aún en ese caso, continuar la lucha contra todo tipo de resabio opresivo o de marginación sobre la mujer. Se implementarán para ello programas especiales para la efectiva incorporación de la mujer al trabajo productivo, sin dejar de tomar en cuenta algunas limitaciones naturales que no son propiamente remanentes históricos de su marginación y opresión, como ejemplo, la mujer embarazada no debe ser expuesta a riesgo en un proceso de trabajo que pueda afectar su salud o la del hijo en formación. Se resolverá el problema de la custodia y cuido de los niños de la mujer trabajadora, garantizando los servicios estatales necesarios para ese fin, además de la lucha ideológica contra los prejuicios machistas que pretenden atar a la mujer a los trabajos domésticos del hogar. Se promoverá a todos los niveles una científica educación sexual y se pondrá a disposición del pueblo la tecnología anticonceptiva que voluntariamente requieran los trabajadores a fin de eliminar las prácticas del aborto sin vigilancia médica, a las que tienen que recurrir muchas mujeres del pueblo. Complementariamente se estudiará y aprobará una legislación que autorice el aborto voluntario bajo vigilancia y control de los servicios médicos estatales». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

En el punto número once: completaba otra tarea incompleta por el FSLN. Se apostaba por la «nacionalización completa y la posterior gestión obrera de los medios de comunicación de masas, servicios médicos y educación» más «el fortalecimiento de empresas estatales de transporte colectivo». Ello no implicará cerrar por la fuerza los centros educativos religiosos, dicha tarea sería del futuro cuando las masas hayan recibido educación sobre las bases del ateísmo científico y nadie requiera entonces de tales centros, pudiéndose ser transformados para uso popular y cultural:

«Los medios de comunicación de masas, serán nacionalizados y puestos bajo el control y la gestión obrera. Se eliminará el ejercicio privado de la medicina y las actividades lucrativas en la educación, para lo cual se nacionalizarán los colegios privados que aún existen en el país. Se permitirá sin embargo, el libre funcionamiento extra curricular de instituciones que se dediquen exclusivamente a la enseñanza religiosa, es decir, que los centros educativos religioso; sólo deben enseñar religión. Se procederá al fortalecimiento de empresas estatales de transporte colectivo que resuelvan el problema de la transportación, incluyendo buses, taxis y vehículos de transporte de mercaderías». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

El punto número doce: propone la expansión de los conocimientos científicos, respeto a las tradiciones del pueblo, acceso a todo el mundo a la cultura y la promoción de la cultura proletaria. Acabando con la falsa teoría del FSLN de que «la cultura no tiene ingrediente de clase»:

«Desarrollo de los conocimientos científicos en el seno del pueblo, Respeto a las tradiciones culturales de las masas. Apertura a la cultura universal bajo libre lucha ideológica. Desarrollo de las expresiones culturales del proletariado». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

El punto número trece: se defiende la derogación del viejo código somocista que regula las relaciones laborales mantenido por el FSLN como muestra de que era al final de todo el paladín de los explotadores:

«Derogación del código del trabajo somocista todavía vigente. Pleno poder a los trabajadores para las decisiones en materia laboral y seguridad social a través del órgano máximo del poder; la Asamblea Popular de Representantes». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

El punto número catorce: y último punto del programa, era concernientes a la siempre polémica región del Atlántico, a la cual se pretendía igualar al resto del país:

«Derecho a la autodeterminación administrativa indígena y pobladores de la Costa Atlántica de Nicaragua. Respeto al usufructo de sus tierras comunales. Industrialización especial de la Costa Atlántica, de acuerdo a su base natural, reinversión en la propia zona de los excedentes necesarios para el desarrollo local del resto del país». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

El MAP-ML, principal blanco de la represión desatada por el FSLN desde los primeros días de gobierno

Como hemos visto el Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista (MAP-ML) no se andaba con remilgos a la hora de criticar la política de los falsos revolucionarios –como debía ser–, y eso como era normal tendría su respuesta –que entre sus formas podría entrar la represión–. Y es que mientras el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) pactaba con la burguesía y sus agrupaciones el futuro Estado burgués nicaragüense; el mismo desarrolló ya desde los primeros días de gobierno una persecución y encarcelamiento de los revolucionarios marxistas-leninistas del MAP-ML. Esta represión se presupone que se acentuó en diversos momentos, uno de ellos claramente fueron los primeros meses después de julio de 1979.

En un medio burgués estadounidense con varios clichés anticomunistas –los cuales intentaremos saltarlos para agrado del lector–, intentaban relatar la pugna entre los diferentes grupos autodenominados comunistas, y se hacía eco de la represión del MAP-ML por parte del FSLN:

«El MAP-ML es un partido más radical que etiqueta con desprecio, declara tanto al Partido Socialista Nicaragüense como al Partido Comunista de Nicaragua como «revisionistas». Los tres apoyaron a los sandinistas cuando tomaron el poder (…) contra el régimen derechista del general Anastasio Somoza. Pero los problemas empezaron pronto. (…) El más dañado directamente fue el radical MAP-ML. El gobierno sandinista detuvo a decenas de líderes de ese partido en 1979 y 1980, condenando a algunos hasta seis meses de condena. Fernando Malespín, un miembro del Comité Central del MAP-ML Comité Central, ha estado en la cárcel por tres meses. Hoy, expresa un desdén por los sandinistas. «Este es un gobierno de alianza con la pequeña burguesía y la burguesía», dijo Malespín. «La burguesía está ganando cada vez más nivel de poder político y económico que el que tenía antes de la guerra». (Los Ángeles Times; Los tres partidos comunistas nicaragüenses en riña con los sandinistas, los cuales creen que son suaves con el capitalismo, 4 de diciembre de 1985)

A la brutal represión se le añadió la censura y cierre de su medio de comunicación, el periódico «El Pueblo» –el director de este diario, Melvin Wallace Simpson, se convirtió en el «primer preso político» en el post somocismo, le fueron negadas todas las garantías jurídicas, y se le incomunicó con paradero desconocido–. También se procedió a la ilegalización de organizaciones sindicales ligadas al mismo MAP-ML, es el caso del Frente Obrero.

Esta ley marcial aplicada al MAP-ML nunca se aplicó a la burguesía y sus tribunas, ni siquiera en los momentos más álgidos de la guerra contrarrevolucionaria. Esto nos deja ver claramente que el FSLN veía como enemigo a batir a la única organización que hacía un planteamiento de clase proletario y revolucionario en lo referente a las tareas apremiantes y futuras a resolver por la revolución triunfante.

Si leemos uno de los documentos internos redactados por el FSLN y la Dirección Nacional, veremos que los defensores del «pluralismo político» tenían un «curioso» concepto de lo que era para ellos el tan cacareado pluralismo político:

«La posición del FSLN con respecto a los partidos políticos de izquierda está dada de acuerdo a la actitud que dichos partidos tomen respecto al proceso revolucionario. Si esta actitud entraña un peligro actual, estos partidos serán tratados como enemigos de la revolución. Tal es el caso de los grupos que desde posiciones de ultraizquierdista han adoptado posiciones saboteadores y contrarrevolucionarios, como son el MAP-ML y los grupos trotskistas, a estos grupos contrarios al proceso ¡hay que aplastarlos! Por el contrario con las organizaciones de izquierda que manifiesten predisposición a trabajar en función de los intereses de la revolución ya bien sea con las perspectiva de pasar a integrar el FSLN, de disolver sus organizaciones de masas o por último, de trabajar estrechamente unidos bajo la conducción del FSLN debemos estimularlos a trabajar sin descanso para mantener la revolución». (Frente Sandinista de Liberación Nacional; Análisis de la coyuntura y tareas de la revolución popular sandinista; Tesis políticas y militares presentadas por la Dirección Nacional del FSLN en la Asamblea de cuadros: «Rigoberto López Pérez», celebrada el 21, 22 y 23 de septiembre de 1979)

Analicemos esto:

Primero: el FSLN se presentaba así mismo como vanguardia revolucionaria y marxista y exigía que por ello cada organización debía disolverse en el FSLN o trabajar para el FSLN reconociendo su «carácter de vanguardia». Ahondemos en el argumento absurdo más obvio.

¿Quién en su sano juicio iba a confiar como «vanguardia proletaria» y como vehículo para alcanzar y profundizar el «proceso revolucionario» a una organización que hasta hace cuatro días era una de carácter político-militar en la cual había primado las riñas entre distintas tendencias fraccionalistas; en donde no se tenía en cuenta el origen social de sus miembros sino que se declaraba orgulloso como «pluriclasista»; en donde no se elegían los puestos sino que se cooptaban por el dedo de los órganos de arriba; en donde se había visto un constante cambio de tipo de estrategias militares; en donde se había podido ver completa locura y caos de mezcolanza de ideas liberales, reformistas, revisionistas e incluso religiosas que dominaban a sus jefes; y en donde en más de una ocasión la organización iba a la zaga de los acontecimientos espontáneos de las masas? ¿Qué marxista-leninista iba a delegar el proceso revolucionario en un grupo que proponía el parlamentarismo burgués, la alianza con la burguesía nacional y sus organizaciones, y la economía mixta como principio? Desde luego solo los ilusos o los ignorantes. Era una completa broma que el FSLN exigiese la disolución del resto de partidos, ya que si bien los partidos son representantes de las clases, el FSLN no pretendía eliminar a las clases explotadoras ni proletarizar a las clases trabajadoras, no tenía porque exigir limitar el número de partidos, eso sumado al hecho ya comentando de que el FSLN no era un partido de la clase obrera, pues arengaba el pluriclasismo y la multiideología. Además ha de tenerse en cuenta que el partido marxista-leninista no elimina por medio de un decreto a los partidos de la clase obrera y la pequeña burguesía, sino que para lograr el fin de estos partidos se gana a su militancia en un trabajo permanente de persuasión y educación, logrando poco a poco obtener a la mayoría de la clase obrera y el resto de las masas trabajadoras a su favor y en detrimento de sus líderes reaccionarios, de otra forma, sabe que cualquier eliminación por decreto de un partido, o cualquier fusión mecánica con sus militantes será formal no le libra de su aislacionismo con estas capas de la población. Sabe pues, que de no ser así estaríamos hablando de medidas burocráticas de disolución de organizaciones como ocurre en los regímenes fascistas, de hecho esta tendencia autocrática del FSLN de reprimir a las distintas organizaciones y de forzara a disolverse o a integrarse en el FSLN se traduciría en que nunca llegaría a ganar completamente a las distintas capas de la sociedad, siendo en especial el campesinado una clase social que le daría muchos problemas.

Segundo: vemos como el FSLN en su análisis de septiembre de 1979 oportunamente mete al MAP-ML en el saco de los «ultraizquierdistas» junto a los trotskistas. Esto no debe sorprendernos, fue el pobre discurso de aquel entonces. Los medios de prensa extranjeros recogían como los miembros del FSLN ante denuncias tan concretas y sencillas del MAP-ML, a lo único que podían responder era colocarles la etiqueta de izquierdistas:

«Fernando Malespín, un representante activo del Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista (MAP-ML), acusó a los sandinistas de promover «un programa revolucionario burgués que permite la economía mixta». Ortega acusó a estas críticas de «caer en un extremismo que es la enfermedad infantil del comunismo, según Lenin». (The Spokesman Review; La Nicaragua de Ortega habla que los programas han fracasado, 30 de enero de 1987)

¿Dónde está el extremismo y el izquierdismo infantil del MAP-ML en denunciar cara a cara al FSLN que por mucho que dijeran no existía un Estado «por encima de las clases» ni una «democracia para todos»? ¿Dónde está el izquierdismo en preguntar si es para ellos socialismo la economía mixta? ¿Dónde está el izquierdismo en preguntar si ellos se adherían a la teoría imperialista del «no alineamiento» internacional que traiciona la lucha por el socialismo y las luchas de liberación nacional a escala global? ¿Es más, en que obra Lenin tipificó que una denuncia tal del oportunismo pequeño burgués fuera izquierdismo? ¿Acaso Ortega leyó la obra de Lenin: La enfermedad infantil del «izquierdismo» en el comunismo de 1920, donde se denuncian estos conceptos de los partidos llamados «demócratas pequeño burgueses» afiliados a la II Internacional? ¿Alguien acaso desconoce que para más inri: el FSLN forma parte de la heredera de la II Internacional, la llamada Internacional Socialista?

Sin poder contrarrestar las críticas del hecho de que la economía mixta hacía «crecer de año en año al sector privado» y creaba nuevos ricos» como decía el sandinista Jaime Wheelock, a falta de argumentos teóricos se pasaba a calificar al MAP-ML de «izquierdistas» y hasta de «contrarrevolucionario» con la esperanza que la militancia a la que se machacaba con la propaganda se creyese tal cuento. Es algo inherente a todo tipo de revisionistas donde a falta de poner contraargumentar se pedía el «cese de la polémica» o se intentaba censurar y acallar por la fuerza al que le ponía nervioso:

«Los maoístas y sus abogados revisionistas desean evitar la polémica y luchan por conseguirlo. La polémica marxista-leninista siempre ha atemorizado a los revisionistas, tanto a los jruschovistas como a los maoístas. Precisamente en su última carta, en la que nos atacan, los revisionistas maoístas dicen que «no les responderemos, porque no queremos polemizar». (Enver Hoxha; El «abogado» charlatán de la podrida línea china; Reflexiones sobre China, Tomo II, 14 de febrero de 1977)

Los líderes contemporáneos del FSLN tampoco han pasado de proponer mejores pseudoargumentos cuando los marxista-leninistas los desmontan: si se lanza una crítica a su amorfa organización, la crítica, los datos, los argumentos, los documentos, no serán analizados, sencillamente se limitaran a cerrar filas en torno al sentimentalismo de las «siglas», la «larga historia del partido» y a la defensa del «Líder», y el efecto «boomerang» de la limpia crítica será llevarte calificaciones como: «trotskista», «sectario», «dogmático», «mercenario a sueldo o gratuito del imperialismo». Esta es la realidad de la calumnia ante la denuncia del oportunismo, también ha sido una máxima de los antimarxistas como medio para eludir el debate e intentar desacreditar las líneas de debate de sus adversarios marxistas:

«No será para nosotros una ofensa si los camaradas nos critican con justeza y aduciendo pruebas documentadas, pero no consentiremos jamás que nos tilden de «dogmáticos», «sectarios», «nacionalistas estrechos», únicamente porque luchamos con perseverancia contra el revisionismo contemporáneo y, en particular, contra el revisionismo yugoslavo. Si alguien considera nuestra lucha contra el revisionismo como dogmatismo o sectarismo, le decimos que se quite los anteojos revisionistas, porque así verá mejor». (Enver Hoxha; Discurso pronunciado en nombre del Comité Central del Partido del Trabajo de Albania en la Conferencia de los 81 partidos comunistas y obreros celebrada en Moscú, 16 de noviembre de 1961)

Ahí tenemos los ejemplos histórico –ahora vistos incluso con humor– de Nikita Jruschov llamando «trotskista» a Enver Hoxha, Santiago Carrillo llamando «titoista» a Joan Comorera, o el propio Lev Trotski llamando «dictador», «bonapartista» y «burócrata» a Lenin. Es decir el «burro hablando de orejas».

Esta situación de «darle la vuelta a todo» y cubrir todo en base a demagogia barata, es algo que ha sucedido en las pugnas entre los gobiernos revisionistas-capitalistas y las fuerzas marxista-leninistas que lo desenmascaraban y querían derrocarlo:

«Los términos del marxismo-leninismo son utilizados de modo distorsionado para cubrir la dominación socialfascista. Por lo tanto, la ocupación de la República Democrática Alemana de unos 300.000 soldados soviéticos y el saqueo y la opresión del socialimperialismo soviético es llamada «cooperación entre países socialistas» y se designa como parte de «internacionalismo proletario». Los preparativos de guerra de los socialimperialistas y su mandato en el agresivo Pacto de Varsovia se describen como «la defensa de los países socialistas contra el imperialismo». La cruel dictadura fascista de la nueva burguesía sobre el proletariado y los demás trabajadores se llama «dictadura del proletariado». ¿Y como se denomina a la lucha de nuestro partido por el derrocamiento violento de la nueva burguesía y la expulsión de las fuerzas de ocupación soviéticas, la lucha por el restablecimiento de la dictadura del proletariado en la RDA y la lucha por una Alemania unida, independiente, socialista? Como un «trabajo contrarrevolucionario por el derrocamiento del socialismo». Por ello nuestro partido debe exponer sin cuartel a los representantes directos del revisionismo, sino también debe hacer un trabajo entre los que todavía se mantienen bajo la influencia de la propaganda revisionista de la RDA, persuadirles de su carácter capitalista». (Ernst Aust; Informe sobre las actividades del Comité Central en el IIIº Congreso del Partido Comunista de Alemania/Marxista-Leninista, diciembre de 1976)

Volviendo al tema, lo que nos demuestran los hechos de aquel entonces es que el FSLN ya tenía en el punto de mira al MAP-ML, y este último debió de haber percibido de una forma u otra la campaña represiva que iba a caer contra él.

Otro punto álgido de la represión parece ser que fue de enero a noviembre de 1987, cuando el gobierno del FSLN intentó impulsar, oficializar, el sistema democrático-burgués ratificado en la nueva constitución a la que el MAP-ML se opuso, y cuando en esos meses entró en vigor el Decreto de suspensión de los Derechos y Garantías respecto a la implantación del Estado de emergencia. Este decreto dejó invalidó oficialmente durante estos meses los derechos ya de por sí formales establecidos en la Constitución de 1987, hablamos de artículos referidos como el Recurso de Amparo o el Recurso de Habeas Corpus. Esto daba vía libre, ahora legal, para acabar por la vía represiva con cualquier marxista-leninista y con cualquier revolucionario con un mínimo de honestidad que protestaran o se opusieran a algunas o a todas las políticas del FSLN que estaban llevando al país al desastre.

Una apreciación histórica necesaria sobre los defectos que imposibilitaron al MAP-ML aplicar su correcto programa revolucionario

El Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista (MAP-ML) como hemos podido corroborar, comprendía perfectamente el papel de traición y freno a la lucha de clases que el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) había supuesto y seguía suponiendo en los 80 para Nicaragua. Consciente de ello elaboro un programa coherente, que dejaba en evidencia el valiente análisis y propuestas de su dirigencia y que indirectamente exponía la cobardía y pseudomarxismo de la dirigencia del FSLN. ¿Entonces cuales fueron los defectos que imposibilitaron al MAP-ML batallar correctamente contra la demagogia pseudomarxista el FSLN y apartarlo del poder?

En el VIIº Congreso de la Komintern de 1935, Georgi Dimitrov en su «discurso resumen» del 13 de agosto de 1935, destacaría cuatro cuestiones que en su opinión deberían mejorar los partidos:

1) Acabar el vicio de suplantar la falta de conocimientos para realizar análisis marxista-leninistas «por frases y consignas generales», sin «hacer el menor esfuerzo serio por esclarecer en qué condiciones, ante qué correlación de fuerza de clase, en qué grado de madurez revolucionaria del proletariado y de las masas trabajadoras, con qué nivel de influencia el partido comunista». El búlgaro recalca que «sin este análisis concreto, marxista-leninista, no sabremos jamás plantear, ni resolver con acierto el problema del fascismo, ni el del frente proletario y popular, ni el de la actitud frente a la democracia burguesa, ni el del gobierno de frente único, ni el de los procesos que se operan en el seno de la clase obrera y, en particular, entre los obreros socialdemócratas, ni tantos otros problemas nuevos y complejos que nos plantean y seguirán planteando la vida misma y el desarrollo de la lucha de clases».

2) La creación y promoción de buenos cuadros, hombres y mujeres entregados con la causa y que apliquen la línea partidista.

3) Que estos militantes estén «pertrechados con la brújula de la teoría marxista-leninista, sin cuyo diestro manejo se cae en ese mezquino practicismo que no ve el porvenir más allá de sus narices, que sólo sabe resolver los problemas de uno u otro caso, que deja escapar toda perspectiva amplia de lucha, que indique a las masas hacía dónde vamos y por qué y adónde conducimos a los trabajadores».

4) Acabar con la espontaneidad en el movimiento tan característica del anarquismo y el luxemburguismo, y realizar una organización tenaz. Ello incluía el «aprender el arte leninista de convertir nuestros acuerdos en patrimonio, no sólo de los comunistas, sino también de las más amplias masas trabajadoras», y «saber hablar a éstas no en el lenguaje de las fórmulas librescas, sino en el de los que luchan por la causa de las masas, reflejando con cada palabra, con cada idea, los pensamientos y sentimientos de millones de hombres y mujeres».

Sin duda el MAP-ML debía empezar por aplicar estos consejos del marxista-leninista búlgaro. Pero siendo más concretos y adentrándonos en el terreno ideológico. ¿Qué exigencias en particular eran urgentes en un país como Nicaragua que había sufrido históricamente tanto la opresión imperialista? ¿Qué debía hacerse en particular contra la histórica actitud saboteadora de la lucha de clases contra las clases explotadoras internas y externas que ejercieron los distintos revisionismos que se incrustaron en el país? Muy sencillo: dotar a los todos los cuadros del partido de una genuina educación ideológica para poder popularizar y enseñar a las masas la línea del partido y para que estas pudieran entender y desarrollar una lucha intransigente contra todo tipo de imperialismo en el país, y contra todo tipo de corriente revisionista que tratase de frenar la liberación nacional y social:

«Nuestro partido cree que debe librarse una severa lucha contra los diversos tipos de revisionismo moderno y que esta lucha debe vincularse estrechamente con la lucha contra el imperialismo estadounidense, el socialimperialismo soviético, el capitalismo y sus partidos en cada Estado separado y a una escala mundial. Hacemos hincapié en la lucha contra los diversos tipos de revisionismo moderno, porque este es la variante más reciente y menos desenmascarada de la socialdemocracia en el período del imperialismo, del capitalismo en decadencia, el período de las revoluciones antiimperialistas y las revoluciones proletarias. En esencia, los diversos tipos de revisionismo moderno tienen similares puntos de vista ideológicos y mismos objetivos: el rechazo de la teoría marxista-leninista como una teoría supuestamente inadecuada para nuestro tiempo; el rechazo de la revolución y la toma del poder por la violencia; la integración del capitalismo en «socialismo» por medio de reformas en el pluralismo y en la colaboración, en la armonía y la convivencia de las clases y sus ideologías; la preservación de las estructuras estatales capitalistas existentes, así como de las creencias religiosas, aceptando sólo algunos cambios formales menores». (Enver Hoxha; Sólo bajo un genuino partido marxista-leninista se pueden conseguir los objetivos; A partir de una charla con Ernst Aust, Presidente del Partido Comunista de Alemania Marxista-Leninista, 30 de noviembre de 1979)

¿Qué revisionismos estaban especialmente en boga en los años 70? ¿Contra qué revisionismos había que apuntar y precisar las baterías?

«Hoy vemos una serie de variantes del revisionismo moderno: 1) El revisionismo moderno soviético que «domina» en una serie de partidos revisionistas dentro de su esfera de influencia que, en general, son antiguos partidos comunistas. Esta agrupación revisionista se disfraza con el leninismo, pero lo combate tanto en teoría como en práctica revolucionaria. Los partidos de esta agrupación revisionista que operan en los países capitalistas están en la oposición, pero también están haciendo esfuerzos para participar en los gobiernos capitalistas de sus propios países. Su demagogia es muy peligrosa. 2) El «eurocomunismo», el nombre que llevan por bandera los partidos revisionistas de Francia, Italia y Francia, así como los otros que han rechazado abiertamente la teoría marxista-leninista y la idea de la revolución, defienden el parlamentarismo, el pluralismo, el reformismo en la teoría y en su estructura, rechazan la lucha de clases, predican la paz de clases, también luchan por la participación en los gobiernos capitalistas y la colaboración jurídica con el capitalismo, mientras buscan integrarse en su estructura y superestructura. 3) El revisionismo chino con el «Pensamiento Mao Zedong» como una teoría oportunista pseudomarxista, ecléctica, bujarinista, revisionista, con tendencias a la hegemonía mundial, tanto en la ideología como en la política. Aunque no se ha cristalizado, el «Pensamiento Mao Zedong» es una teoría de la burguesía china en desarrollo, que tiene tendencias agresivas, belicistas, y socialimperialistas. Esta teoría pseudomarxista rechaza el marxismo-leninismo, mientras se disfraza como una teoría de la revolución; asimismo, trata de disfrazar la lucha que el revisionismo chino está librando por la hegemonía mundial y el neocolonialismo, rechazando la lucha de clases, que existe en Asia pero también a nivel mundial, y está abiertamente contra el internacionalismo proletario. 4) El titoismo, es una corriente revisionista que opera sin disfraz contra el marxismo-leninismo, se pone abiertamente al servicio del capitalismo mundial, es el constructor de una estructura pseudosocialista anarco-sindicalista con todas las características antisocialista y antimarxista-leninistas. El titoismo es un amigo y partidario de los «eurocomunistas» y está tratando de convertirse en su líder, pero sin éxito. Esta corriente también está haciendo esfuerzos para influir en China para establecer más firmemente su curso capitalista, y esto a su influencia ha comenzado a tener efecto en varias direcciones, aunque China tiene como objetivo crear y está creando su sistema capitalista a su propia manera. 5) Varias corrientes eclécticas, socialreligiosas, socialburguesas, antimarxistas, que aparecen continuamente como hongos después de la lluvia». (Enver Hoxha; Sólo bajo un genuino partido marxista-leninista se pueden conseguir los objetivos; A partir de una charla con Ernst Aust, Presidente del Partido Comunista de Alemania Marxista-Leninista, 30 de noviembre de 1979)

¿Se da cuenta el lector que por ejemplo todas y cada una de las cinco corrientes revisionistas citadas estaba presente en el organismo ideológico del FSLN que en ese momento estaba en el gobierno? En el caso de:

1) La influencia del revisionismo soviético en el FSLN: puede verse en la aceptación de los «países de orientación socialista», la adhesión a la «división internacional del trabajo», o el saludo a la teoría del «partido y Estado de todo el pueblo»;

2) La influencia del revisionismo eurocomunista: puede verse en el programa calcado de la «economía mixta», la «repartición de la riqueza» o el «pluralismo político»;

3) La influencia del revisionismo chino: puede verse en haber adoptado en sus inicios la «guerra popular prolongada», el adoptar el tomar a la burguesía nacional como contradicciones «no antagónicas» y como «parte del pueblo», la «integración pacífica» de las clases explotadoras en el socialismo», o el «tercermundismo», el pretendido desarrollo de «país socialista con economía de mercado».

4) La influencia del revisionismo yugoslavo: puede verse en elevar a principio el «no alineamiento», estimular en la economía la «autogestión»;

5) La influencia de las corrientes religiosas: la notable presencia de seguidores de la «teología de la liberación», y la adopción de la noción de que «el marxismo y la religión no son incompatibles».

¡¿Era por tanto menester o no que el MAP-ML no «dejara títere con cabeza» a la hora de criticar y exponer a estos fariseos y sus seguidores en Nicaragua?! ¿Debía tomar o no como una zarandaja la clarificación ideológica de las masas trabajadoras nicaragüenses frente a estas corrientes?

En el trabajo organizativo deberíamos comprender el contexto del MAP-ML y sus militantes que ya hemos perfilado en ocasiones anteriores, muchos de sus militantes venían de militar en organizaciones no marxistas:

«Los elementos marxistas-leninistas que dirigen estos movimientos y partidos son combatientes decididos contra el revisionismo pero, como la mayor parte de ellos provienen de los partidos revisionistas, todavía están bajo el influjo de las formas y los métodos de lucha y de trabajo propios de esos partidos, ya que han militado en ellos durante años. Por eso en ciertos casos practican las mismas formas de lucha que aplicaban los partidos a los que pertenecían. Además, para los nuevos partidos marxista-leninistas existe siempre otro gran peligro, el que la burguesía y los revisionistas se infiltren en sus filas, con objetivos diversionistas y de sabotaje». (Enver Hoxha; Comprender y organizar correctamente el trabajo clandestino y legal del partido, cuestión fundamental de la revolución; Extractos de una conversación mantenido con un amigo cingalés, 17 de mayo de 1969)

Basándonos en esta circunstancialidad objetiva entendemos que el MAP-ML cometió un gran fallo, y es que: 1) o bien supuso que las fuerzas del FSLN que tan revolucionario y progresista se decía, y los aliados a los que arrastraban, no iba a tener el descaro de atacar al partido marxista-leninista nicaragüense echando sobre él todo el peso de la propaganda y los cuerpos y las fuerzas del Estado; 2) o bien que cuando este ataque sucediera ya se habría desmontando frente a las masas nicaragüenses el falso revolucionarismo del FSLN y serían conscientes de la necesidad de no apoyar al FSLN sino al MAP-ML por el bien de sus intereses, pensando los marxista-leninistas nicaragüenses que este posible ataque abierto del FSLN sobre el MAP-ML sería un estimulo, un empujón popular más a la causa del MAP-ML por cumplir sus objetivos entre los que estaban retirar del poder al FSLN para ser tomado por el MAP-ML. En definitiva se subestimó al enemigo; 3) o bien supuso que cuando eso pasara sería demasiado tarde para el FSLN: este ya estaría fuera del poder.

Fuera como fuere, el MAP-ML dio muestras de una falta de vigilancia y una más que deficiente preparación de sus cuadros para la posibilidad manifiesta de que cuando el FSLN se sintiera amenazado al ser señalados sus defectos, y el MAP-ML creciera conforme a esto, finalmente fue efectivamente agredido. Aunque en sus inicios fundacionales el FSLN no era representante directo de la burguesía nacional –aunque tenía gran parte de su representación agrupada en la tendencia del FSLN (Terceristas)– sino que sobre todo lo era de la pequeña burguesía, lo cierto es que pese a ello fue la burguesía nacional la beneficiara final del proceso desembocado tras 1979, puesto que se restauraría sus sistema de explotación y dominaría todo el Estado y sus fuerzas; mientras que el MAP-ML como fuerza que cuestionaba los fundamentos de ese sistema pasaría a ser el enemigo a eliminar por las fuerzas en el poder. El partido marxista-leninista de la clase obrera debe ser consciente que dentro de una sociedad donde el poder reside fuera de sus manos, siempre existe la posibilidad de que se use la represión de las fuerzas que actúan como gendarmes del Estado capitalista, en esto incluimos desde el ejército hasta la prensa. Al no considerar lo expuesto se incorporaron a la lucha legal sin mantener un tejido de lucha clandestina sólido que les permitiera evadir la represión que sufrieron a posteriori.

Todo esto, objetivamente, se correspondía a con los defectos aparecidos en los nuevos partidos comunistas marxista-leninistas, y no solo correspondían al valiente MAP-ML, sino que muchos nuevos partidos de esta época provenían de albergar en su seno a miembros que habían estado acostumbrados a trabajar anteriormente en partidos revisionistas junto a las viejas desviaciones provenientes del revisionismo estadounidense de tipo browderista, del revisionismo soviético jruschovista-brézhnevista, del revisionismo chino maoísta y demás, como también les pasó a los marxista-leninistas de Nicaragua en su movimiento obrero. Enver Hoxha explica así la desaparición o degeneración de muchos nuevos partidos nacidos en los 60 y 70 sobre todo influenciados por el revisionismo chino y la ex militancia en partidos de corte revisionista donde se hacía mucho énfasis en la labor legalista:

«En la actualidad existen dificultades y peligros para los nuevos partidos marxista-leninistas que emergieron después década de los 60, y especialmente que fueron creados bajo la influencia de la Revolución Cultural china. En algunos de estos nuevos partidos marxista-leninistas, especialmente en ciertos países de Europa y Latinoamérica, su aparición en escena, la organización y unidad entre sus filas fue hecha no por sanos elementos de la clase obrera, sino por elementos aislados, quienes tenían una débil experiencia, antimarxista, de trabajo reformista de los partidos revisionistas». (Enver Hoxha; El movimiento marxista-leninista y la crisis mundial del capitalismo, agosto de 1979)

Así eran muchos de los partidos escindidos de los viejos partidos revisionistas en el transcurrir de su actividad:

«Estos partidos fueron formados y desarrollos, por así decirlo, en completa legalidad. (…) Por ejemplo, muchos de ellos no hicieron ningún esfuerzo para obtener un profundo conocimiento sobre el rol principal del partido como el destacamento de vanguardia de la clase obrera y de las principales dificultades que encontrarían en su lucha y trabajo bajo las salvajes condiciones de opresión y explotación del régimen capitalista, un régimen hostil, en primer lugar, para los marxistas-leninistas. (…) Así en el ámbito de la organización, algunos de estos nuevos partidos marxista-leninistas que se separaron de los partidos revisionistas, se organizaron, por decirlo así, en las mismas formas legales que los partidos revisionistas y socialdemócratas, así la entera opinión política e ideológica del país no podía fallar en ejercer una influencia dentro de sus filas. Hasta a día de hoy, hay miembros de estos partidos que piensan que ellos pueden militar en las formas legales como comunistas marxista-leninistas sin que ser molestados por el capitalismo y sin sufrir su aparato de represión. En estas circunstancias, entonces, difícilmente se puede decir que allí existe ese núcleo sólido tan fuerte como para poder estar en condiciones de ilegalidad, siendo capaz de resistir un ataque repentino de la reacción, ataque que seguramente se realizará contra el partido. (…) En resumen, algunos de estos partidos marxista-leninistas se diluyeron debido a que no tenían una educada compresión de su papel en la revolución, porque no se organizaron para una feroz lucha contra la reacción organizada y armada y los partidos revisionistas y socialdemócratas, los cuales tienen gran experiencia y numerosos medios para combatir a cualquier oponente que emerge, para lucha y socavar su trabajo, como las herramientas del capital que son». (Enver Hoxha; El movimiento marxista-leninista y la crisis mundial del capitalismo, agosto de 1979)

El MAP-ML fue víctima de errores de este calado o similares, y fue de modo intrínseco víctima de una represión que se extendió sobre su partido y ramas –sindicato, juventudes y demás– hasta que la burguesía en el poder lo liquidó como amenaza. Históricamente se ha demostrado una y otra vez, que cuando el partido comunista obtiene cierta influencia gracias a los métodos legales, la burguesía arremete contra él, exista amenaza real o no en ese momento de la toma de poder por los comunistas:

«El desarrollo de los acontecimientos tras la Segunda Guerra Mundial muestra que, en el marco de las «libertades democráticas», la burguesía ha actuado enérgicamente y en diferentes formas para liquidar el movimiento revolucionario de la clase obrera. Después que la burguesía y la reacción lograron consolidar sus posiciones, expulsaron a los comunistas del gobierno, de los puestos importantes en el aparato del Estado y del ejército, como sucedió en Italia, Francia y Finlandia. En Inglaterra, Austria y otros países, ni siquiera se toleró la presencia de los comunistas en el parlamento, mientras que en Grecia fueron encarcelados y combatidos por la fuerza de las armas. Cuando la burguesía y la reacción constatan que su poder está amenazado por la fuerza y el prestigio crecientes del partido comunista y del movimiento revolucionario de las masas, juegan su última carta: ponen en acción a las fuerzas armadas, organizan pogromos para aplastar y liquidar al movimiento revolucionario y a los partidos comunistas, como sucedió en Irán e Irak, y, recientemente, con los trágicos acontecimientos de Indonesia. En tales casos la reacción y la burguesía de un país dado han aprovechado directamente también la ayuda de la reacción mundial, incluso el apoyo de sus fuerzas armadas como ha ocurrido en la República Dominicana y otros lugares». (Enver Hoxha; El golpe fascista en Indonesia y las enseñanzas que extraen de él los comunistas, 11 de mayo de 1966)

Eso también se volvió a ver en el caso de Nicaragua con el MAP-ML y el gobierno del FSLN; donde la actividad de los marxista-leninistas acaba suponiendo un problema mayor para el gobierno puesto que los marxista-leninistas desmontaban ideológicamente la política antipopular del partido pseudorevolucionario del gobierno, donde «lejos de defender los intereses de todas las clases de la nación» el gobierno defiende los de las clases explotadoras, es ahí, cuando dicho partido del gobierno reaccionario y antipopular se ve amenazado por este desenmascaramiento y pérdida de credibilidad ante las masas, y teme que dicha crisis se profundice y vaya a más o directamente teme que el descontento se traduzca en una inminente insurrección armada comunista y la consecuente pérdida del poder, es llegados a estos puntos críticos, desde el punto de vista del gobierno reaccionario, cuando entonces no tiene miramientos en revocar las «libertades» de la «democracia burguesa», incluyendo en ello el ejercicio de la legalidad burguesa que presuntamente permite la «libertad de prensa», la «libertad de asociación» o la «libertad reunión», incluida y sobre todo la de los marxista-leninistas. Por eso es un completo error descuidar la lucha clandestina e ilegal del partido ya que:

«La burguesía y, junto a ella, los revisionistas modernos, hablan y hacen cálculos sobre las llamadas «libertades democráticas». En efecto, en cada Estado burgués denominado democrático, existen algunas «libertades» democráticas» relativas. Decimos relativas, porque no rebasan jamás el límite de la concepción burguesa de la «libertad» y de la «democracia», porque llegan precisamente hasta el punto de no perjudicar los intereses vitales de la burguesía en el poder. Naturalmente, la clase obrera y los hombres progresistas aprovechan estas condiciones para organizarse, para difundir sus concepciones y su ideología, y preparar el derrocamiento de las clases explotadoras y la toma del poder. (…) Las llamadas «libertad burguesa» y «libertad democrática» en los países capitalistas no son como para permitir a los partidos comunistas y a los grupos revolucionarios alcanzar sus objetivos. De ningún modo. La burguesía y la reacción toleran la actividad de los revolucionarios mientras no constituya un peligro para el poder de clase de la burguesía. Cuando este poder está en peligro, o cuando la reacción encuentra el momento propicio, sofoca las libertades democráticas, recurre a todos los medios, sin ningún escrúpulo moral ni político, para destruir a las fuerzas revolucionarias. En todos los países en que se ha permitido a los partidos comunistas militar abiertamente, la burguesía y la reacción aprovechan esa situación para conocer toda la actividad, las personas, los métodos de trabajo y de lucha de los partidos marxista-leninistas y de los revolucionarlos, por eso, los comunistas y sus partidos auténticamente marxistas-leninistas cometerían un error fatal si tuvieran confianza en las «libertades» burguesas que les proporciona la coyuntura, si lo hicieran todo abiertamente y no guardaran el secreto de su organización y de sus planes. Los comunistas deben aprovechar las condiciones del trabajo legal, incluso para desarrollar un amplio trabajo propagandístico y organizativo, pero, al mismo tiempo, deben estar preparados para el trabajo clandestino». (Enver Hoxha; El golpe fascista en Indonesia y las enseñanzas que extraen de él los comunistas, 11 de mayo de 1966)

Razón por la que nunca hay que olvidar que como le pasó al MAP-ML:

«La burguesía puede dejarte sermonear para luego dar un golpe fascista y liquidarte, y todo eso como resultado de no haber preparado ni los cuadros de choque, ni la labor clandestina, ni sitios donde guarecerse y trabajar, ni medios de combate. Debemos prevenir esta trágica eventualidad». (Enver Hoxha; Discurso pronunciado en nombre del Comité Central del Partido del Trabajo de Albania en la Conferencia de los 81 partidos comunistas y obreros de Moscú, 1960)

Viendo el ambiente internacional donde nació y creció el MAP-ML, una época en que se podía ver cómo se las gastaba la burguesía y toda la reacción internacional en el trato a otros partidos y dirigentes marxista-leninistas:

«Muchos destacados combatientes del movimiento marxista-leninista han sido bárbaramente asesinados por los criminales fascistas que están gobernando en muchos países, han muerto bajo la tortura policial, o siguen languideciendo en las oscuras mazmorras de la reacción. A través de su determinación, su coraje, su elevado espíritu de abnegación y su devoción a la gran causa del proletariado, se han convertido en brillantes faros para la lucha de las masas trabajadoras que trabajaban para la liberación nacional y social. (…) Su intachable imagen y vida revolucionaria vivirá en los corazones de todos los verdaderos patriotas y comunistas como un alto ejemplo de inspiración, de llamada a las armas en la lucha contra la burguesía sanguinaria y la reacción». (Albania Today; En la lucha y la revolución los marxista-leninistas deben ser fuertes e indomables; Extractos de una conversación del camarada Enver Hoxha con el camarada Pedro Pomar 18 de agosto de 1967, 1977)

El MAP-ML como partido real de tipo marxista-leninista no sólo debía desechar la ilusión de la toma de poder «pacífica», como parecía que ya había hecho, sino realizar seriamente labores para preparar la revolución haciendo frente desde el primer momento a cualquier ataque contrarrevolucionario contra el partido:

«Los comunistas extraen de los trágicos acontecimientos de Indonesia la enseñanza de que no es suficiente desechar las ilusiones oportunistas sobre la «vía pacífica» y reconocer que la única vía para la toma del poder es la vía revolucionaria de la lucha armada. El partido del proletariado, los marxistas-leninistas y todo revolucionario deben tomar medidas efectivas para preparar la revolución, comenzando por la educación de los comunistas y de las masas en el espíritu militante revolucionario y llegando hasta su preparación concreta para hacer frente a la violencia contrarrevolucionaria de la reacción con la lucha armada revolucionaria de las masas populares». (Enver Hoxha; El golpe fascista en Indonesia y las enseñanzas que extraen de él los comunistas, 11 de mayo de 1966)

Todos estos temas son de extrema necesidad que acaben siendo comprendidos por todos los líderes y militancia de los partidos marxista-leninistas. En la llamada lucha legal en la sociedad burguesa, no se puede temer crear huelgas, liderar movilizaciones, realizar discursos, vociferar proclamas o establecer programas que molestan al gobierno de turno que en según qué contexto puede sobrepasar la actividad por así decirlo «legal». Y por descontando el conocido como trabajo «legal» debe hilarse siempre con un trabajo ilegal en la clandestinidad, correspondiendo el trabajo «legal» en la medida de lo posible a la preparación de la próxima revolución proletaria:

«El militar exige grandes sacrificios, incluso hasta el último sacrificio, de nosotros los comunistas. No todos los comunistas entienden esto. Hay algunos que entienden de forma deficiente, creen que restringiendo sus esfuerzos a la propaganda superficial que no causa problemas o peligros a la legalidad «democrática» y adoptan algunas posiciones políticas endebles y no movilizar a los militantes con lo que no obtienen resultados concretos. (…) La existencia y actividad de un partido en la legalidad y las posibilidades de las cuales la burguesía capitalista provee a su trabajo no debe crearle ilusiones malsanas. Debemos aprovechar estas posibilidades para desarrollar el trabajo revolucionario, pero el partido, con su núcleo sólido, puede actuar mejor en la clandestinidad mientras explota las diversas formas de trabajo de la «legalidad» burguesa, sin olvidar en ningún momento la lucha encarnizada contra el ejército de la burguesía que nos atacará. No debemos entender el trabajo del trabajo ilegal de una manera sectaria y encerrarnos en el aislamiento, subestimando las formas de lucha legal que se nos permiten, aunque no hay que olvidar que esta «legalidad» es efímera. El trabajo legal es conocido por el enemigo; mientras que la lucha clandestina, que es combinada con la legal se dirige a permanecer en secreto. La lucha legal debe proponerse metas, lograr bajo ciertos límites, resultados que sean susceptibles de servir a la revolución, crear los factores objetivos para ello, para la preparación de los ataques en masa y a gran escala contra el sistema capitalista opresor y su Estado». (Enver Hoxha; Sólo bajo un genuino partido marxista-leninista se pueden conseguir los objetivos; A partir de una charla con Ernst Aust, Presidente del Partido Comunista de Alemania Marxista-Leninista, 30 de noviembre de 1979)

Como epílogo final para entender estos temas que efectivamente deben ser asimilados y comprendidos por todo marxista-leninista, entendamos todos que el partido comunista marxista-leninista: 1) no debe creer que jamás será molestado por el Estado burgués, ya que su actividad revolucionaria hace propenso el choque entre las fuerzas del proletariado con las fuerzas y cuerpos del Estado burgués; 2) no debe limitar su lucha a la «legalidad» burguesa, sino combinarla con la lucha clandestina y unir ambas para preparación de la revolución; 3) no debe crearse ilusiones sobre el trabajo «legal» y caer en el «cretinismo parlamentario» de derecha y la creencia del «tránsito pacífico al socialismo» bajo el régimen parlamentario burgués, sino que debe de tener como objetivo preparar al partido para la toma de poder bajo la revolución violenta; 4) no debe tener miedo a desenmascarar la falsedad de la democracia burguesa, debe desmontar los mitos al respecto ante las masas populares, contraponiéndola a la democracia proletaria; 5) no debe temer violar la legalidad burguesa cuando dicho acto suponga un avance para el movimiento marxista-leninista, ya que la burguesía viola diariamente su propia legalidad constitucional y ha de saberse que para el proletariado violar la constitución burguesa y legalidad burguesa es la única forma de ver nacer una sociedad nueva libre de explotación asalariada de la burguesía. Todo esto se resume en la siguiente excelente cita:

«Los partidos marxista-leninistas son partidos de la revolución. En oposición a las teorías y las prácticas de los partidos revisionistas, que se han hundido de pies a cabeza en el legalismo burgués y en el «cretinismo parlamentario», no reducen su lucha al trabajo meramente legal ni tampoco ven éste como su actividad principal. En el marco de los esfuerzos por dominar todas las formas de la lucha, dedican particular importancia a la combinación del trabajo legal con el ilegal, dando primacía a este último, por ser decisivo para el derrocamiento de la burguesía y por ser una verdadera garantía para alcanzar la victoria. Educan y enseñan a sus cuadros, a sus militantes y a sus simpatizantes para que sepan obrar con inteligencia, habilidad y valentía tanto en condiciones legales como ilegales. Pero también cuando actúan en las condiciones de la profunda clandestinidad, esforzándose por no exponer sus fuerzas ante el enemigo y proteger la organización revolucionaria de sus golpes, los partidos marxista-leninistas no se encierran en sí mismos, no debilitan ni rompen sus lazos con las masas, en ningún momento cesan su actividad viva entre las masas ni dejan de aprovechar en favor de la causa de la revolución todas las posibilidades legales que permiten las condiciones y circunstancias. El partido marxista-leninista, despojado de cualquier ilusión acerca de la toma del poder a través de la vía parlamentaria, puede juzgar y considerar oportuno participar, en algunos casos particulares y favorables, también en actividades legales, como las elecciones municipales, parlamentarias, etc., con el único objetivo de propagar su línea entre las masas y desenmascarar el régimen político burgués. Pero el partido no convierte esta participación en línea general de su lucha, como hacen los revisionistas, no convierte estas formas en principales o, lo que es peor, en únicas formas de lucha. A la hora de explotar las posibilidades legales, el partido busca, encuentra y utiliza formas y métodos de carácter revolucionario, desde los más simples hasta los más complejos, sin medir sacrificios, haciendo esfuerzos para que estas formas y métodos sean lo más populares, lo más accesibles a las masas. En su actividad, los marxista-leninistas, no se preocupan en absoluto de que, con sus acciones revolucionarias, pisotean y violan la constitución, las leyes, las reglas, las normas, el régimen burgués. Luchan para minar este régimen, para preparar la revolución. Por eso, el partido marxista-leninista se prepara y prepara a las masas para hacer frente a los golpes, que la burguesía puede dar en respuesta a las acciones revolucionarias del proletariado y de las masas populares». (Enver Hoxha; El imperialismo y la revolución, 1978)

Sobra decir, que la lucha del MAP-ML por lograr el empoderamiento de sus militantes contra estas tendencias derechistas no significaba que el partido no debiera combatir o descuidara otras tendencias izquierdistas: 1) como los discursos exaltados e izquierdistas que no correspondían a la realidad e incluso contribuían a quemar las etapas de la revolución; 2) los actos de terrorismo sin ligazón con las masas y en nombre de las masas; ó 3) el no tomar en cuenta las condiciones objetivas y subjetivas que suele dar a veces como resultado una aventurera acción de insurrección tan heroica como estéril; 4) Aislarse de los focos de trabajo de las masas, y dejadlos a merced de la influencia de los partidos y organizaciones de masas de la burguesía y pequeña burguesía.

Este último punto parece que si fue sufrido por la organización marxista-leninista nicaragüense. El MAP-ML parece ser, que solo participó en los frentes con su agrupación sindical del Frente Obrero, que participó en la Movimiento Pueblo Unido (MPU) después renombrado como Frente Patriótico Nacional (FPN).

Téngase en cuenta que en el frente del MUP existían más de una decena de organizaciones de todo tipo, tanto de partido como organizaciones de masas, gran parte de la población trabajadora estaba presente allí. Quizás el hecho que no operara allí ni sus juventudes ni el partido mismo, fue una de las razones que llevaron a que cuando el FSLN desató la represión contra el MAP-ML este último no tuviera suficientemente influencia en la población debido a su deficiente trabajo con las masas trabajadoras. Esta razón puede corresponder a dos razones: 1) Si en un frente mandas solo al ala sindical o a la juventud, estas no son el destacamento de clase oportuno para influenciar a la propia clase obrera y al resto de clases trabajadoras y sus organizaciones que están en el frente, por lo que puede que no represente correctamente la línea de partido o no abarques suficientes campos; 2) del mismo modo que si se diera el caso de que el partido estuviera presente en el frente pero no sus ramas como las juventudes, puede que se pierda parte del contacto con ciertas capas de la sociedad juvenil o las mujeres, que son de vital importancia para la revolución y son núcleos de la sociedad para los que precisamente existen las ramas pertinentes del partido que pueden desempeñar mejor el papel de orientador y organizador, pues es su papel esencial. El caso del MAP-ML fue el primero, por eso creemos que era menester haber lanzado todas sus ramas y al propio partido a la lucha en el frente del MPU, después si las condiciones lo exigen, y siempre y cuando ya hubiera consolidado su poder, haber creado otro frente paralelo en contra del eje político claudicador, vacilante, oportunista y burgués de FSLN con otras organizaciones afines.

En Nicaragua, según el contexto de correlación de fuerzas donde el MAP-ML empezaba en 1972 a la zaga de otras organizaciones con más bagaje y más influencia en la sociedad nicaragüense, y dadas las condiciones y tareas principales antifascistas y antiimperialistas de la lucha donde la mayoría de organizaciones se agruparon en frentes como el MPU. Parece que el contexto adecuado para el MAP-ML hubiera sido «bajar a luchar al barro» con todas sus organizaciones e influenciar bajo las técnicas de frente que ya explicamos al principio del documento a la militancia honesta de todas esas organizaciones de variopintas tendencias. Esta era la única posibilidad para que o bien en el desarrollo de un buen trabajo haber agarrado una posición defensiva segura cuando el FSLN desatara una represión contra la organización tras el triunfo de julio de 1979 y poder repelerla y contraatacarla eficazmente.

En resumen parecer ser que el MAP-ML descuidó las tácticas de frente, esto tuvo como consecuencia que cuando el FSLN dirige la represión y la propaganda contra la organización esta no se había granjeado una posición lo suficientemente fuerte como para aguantar la embestida. De nuevo a los marxista-leninistas nicaragüenses les habría venido perfecto estudiar las obras y lecciones de Dimitrov:

«El papel dirigente del partido comunista en las luchas de la clase obrera hay que conquistarlo. Para esto, no hace falta declamar acerca del papel dirigente de los comunistas, sino que hay que merecer, ganar, conquistar la confianza de las masas obreras con una labor cotidiana de masas y una política justa. Esto sólo se logrará si nosotros, los comunistas, en nuestra labor política tenemos seriamente en cuenta el verdadero nivel de conciencia de clase de las masas, su grado de revolucionarización, si apreciamos seriamente la situación concreta, no a través de nuestros de deseos, sino a través de la realidad. Tenemos que facilitar a las extensas masas, pacientemente, paso a paso, el tránsito a las posiciones del comunismo. (…) Queremos encontrar un lenguaje común con las más extensas masas, para luchar contra el enemigo de clase, encontrar los caminos, por los cuales la vanguardia revolucionaria se sobreponga definitivamente a su aislamiento de las masas del proletariado y de todos los trabajadores y para que la propia clase obrera se sobreponga al fatal aislamiento de sus aliados naturales en la lucha contra la burguesía, contra el fascismo. Queremos incorporar a las masas cada vez más extensas a la lucha revolucionaria de clases y atraerlas a la revolución proletaria, partiendo de sus intereses y necesidades candentes y sobre la base de su propia experiencia revolucionaria. (…) Queremos extirpar de nuestras filas el sectarismo satisfecho de sí mismo, que cierra, ante todo, el camino hacia las masas e impide la realización de una verdadera política bolchevique de masas. Queremos que los comunistas de cada país saquen y aprovechen todas las enseñanzas de su propia experiencia, como vanguardia revolucionaria del proletariado. Queremos que aprendan lo antes posible a nadar en las aguas tempestuosas de la lucha de clases y que no se queden en la orilla como observadores y registradores de las olas que se acercan, esperando el buen tiempo. (Georgi Dimitrov; La clase obrera contra el fascismo; Informe en el VIIº Congreso de la Komintern, 2 de agosto de 1935)

Todo apunta, al juzgar los hechos, que ese defecto de mala praxis en las técnicas de frente y aislacionismo con las masas se juntó con lo ya mención: que tras el triunfo el MAP-ML se concentró en exceso en la lucha legal y abandonaron la lucha clandestina; en tanto no tenían un tejido clandestino en el que apoyarse para adoptar posición defensiva ante un eventual ataque de la reacción ni un apoyo de las masas lo suficientemente grande que facilitara su defensa.

Un buen ejemplo de cómo se tiene que comportar un recién creado partido marxista-leninista está contenido en el consejo que Enver Hoxha le dio al brasileño Pedro Pomar en una entrevista bilateral del 18 de agosto de 1967, a poco años de ser brutalmente asesinado por la dictadura militar brasileña:

«Un nuevo partido marxista-leninista no debe ser perturbado por el hecho de que, en un principio, no tenga la fuerza ni la autoridad necesarias sino que por el contrario debe pensar como fortalecer su trabajo y, por otro lado, como asegurarse sus aliados. Tal vez pueda ser débil, no muy bien organizado, y todavía tener poca influencia entre las masas, pero esto no debería hacerlo sectario y evitar el contacto con aquellos a los que son susceptibles de poder explicarles las cosas, y ser ganados para la causa y ser lanzarlos a la lucha. Al mismo tiempo, este partido no debe borrar su individualidad, colocar a cualquier frente por delante y destruirse así mismo. Por el contrario, siempre deberá preservar su independencia, sus principios y sus normas. Debe sin falta, asegurar su papel hegemónico en la revolución a través de la lucha y su política correcta. Para que la revolución sea coronada con éxito debe ser dirigida por su partido marxista-leninista, pero nadie le dará tal hegemonía: esta deberá ganársela». (Albania Today; En la lucha y la revolución los marxista-leninistas deben ser fuertes e indomables, #2, 1977) (Equipo de Bitácora (M-L); ¿Qué fue de la «Revolución Popular Sandinista»?: Un análisis de la historia del FSLN y sus procesos, 19 de julio del 2015)


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