Al Congreso, que fue organizado por Nicolás Maduro, presidente elegido democráticamente por Venezuela y no como Felipe de Franco que es rey porque su papá refociló con su mamá (y con otras), asistieron también personas de otros lugares del mundo.
El porno-reportaje sobre lo acontecido, emitido por la porno-basura televisora, Antena 3, hacía hincapié en que uno de los que allí estuvieron es suegro no sabemos muy bien si del padre de un miembro de ETA o del vecino del quinto. Otra vez el «todo es ETA» cuando esa organización armada prácticamente no existe.
Los perrodistas que hoy agitan y jalean esa noticia, sin embargo no dicen nada (ni uno solo de ellos) sobre esta otra:
Asesinado periodista en Venezuela
¿Dónde quedó, siquiera, el corporativismo de la profesión? Pues en el lugar donde se determina si el asesinado es un perrodista o un periodista.
Y hace años (tantos como los que distan desde 1939) que los primeros son la puta barata del fascismo.