Existe una tensión constante entre pueblos que habitan territorios en los que se accede a unas condiciones materiales más favorables y los que se ven encerrados en territorios más pobres (o, más propiamente, con accesos menores a esas condiciones materiales favorables) o con mayores niveles de conflicto. Esta tensión retrata una forma de conflicto social atravesada por las dos formas principales de agrupación social, el pueblo y la clase, pero lo que prima es la lucha por acceder a territorios ricos y, por tanto, es un conflicto determinado fundamentalmente por la clase y la migración es una forma de expresión de la lucha de clases, que provoca que millones de personas excluidas de los circuitos económicos de creación de valor tratan de acceder a aquellos territorios en los que se controla el grueso de la actividad económica mundial y se accede a condiciones económicas favorables. [...]
solo se juntaron dos mochos para rascarse. Dos serpientes del mismo nido
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