50 años tras la ocupación, Israel mantiene un control estricto sobre la economía palestina, creando así una situación cada vez más difícil para los palestinos.

Fuad Maraita es un trabajador palestino que se despierta cada día a las 3 y media de la mañana, cuando Cisjordania se encuentra en la oscuridad. El palestino de 62 años trabaja en Tel Aviv. Su casa tiene una distancia de casi 45 kilómetros con el lugar donde trabaja. Es un largo camino, pero es más: las restricciones del régimen de Israel en los puestos de control le hacen perder cada día casi 5 horas en el camino.

Maraita es uno de los más de 120 mil palestinos que trabajan en los territorios ocupados y en asentamientos israelíes en Cisjordania, donde el desempleo juvenil ya ha alcanzado el 40 por ciento. Los palestinos dicen que no hay otro remedio.

Para Kav LaOved, una oenegé israelí que defiende los derechos de los trabajadores, el régimen de Israel solo tiene en consideración sus propios intereses y no le importa la situación de los palestinos.

La organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) publicó este domingo un informe en la víspera del aniversario del comienzo de la Guerra de los Seis Días, que dio inicio a la ocupación de los territorios palestinos.

En el informe, acusó al régimen israelí de reprimir a los palestinos más allá de toda razón de seguridad. Puso como ejemplo restricciones injustificadas sobre el movimiento de los palestinos en una alusión a casos como el de Fuad Maraita.

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