Escapan de su hogar, de su país, porque tienen sueños, tienen hambre o porque les persiguen.

Es la historia que viven miles de migrantes día a día. No obstante, esa trayectoria se hace cada vez más difícil, y además de los peligros tiene un gran coste.

La crisis de refugiados sigue sin solución en 2017. La situación empeora, sobre todo para aquellos solicitantes de asilo que pretenden ir a Europa. El coste de su viaje se ha disparado en los últimos 12 meses, pese a todas las dificultades que enfrentan. Así lo revela un estudio de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Entre los más afectados están los ciudadanos afganos, sirios y paquistaníes. Migrantes, cuyas naciones se han visto gravemente golpeadas por crisis de seguridad y el terrorismo.

La falta de dinero en muchos casos hace que los refugiados corran serios riesgos. Las organizaciones humanitarias, de hecho, alertan que los migrantes son, a menudo, víctimas de los contrabandistas.

El mar Mediterráneo es una de las principales vías de los migrantes para llegar a Europa. Una vía que, en lo que va de 2017, se ha cobrado la vida de más de 2000 personas que intentaron alcanzar las costas europeas. Por ello, la Organización Internacional para las Migraciones ha instado a la Unión Europea a reforzar la cooperación para salvar sus vidas.

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