Para CCOO, UGT, SL y CSIF venderse es un “trámite necesario”

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CCOO, al igual que los otros sindicatos amarillos de Correos (UGT, CSIF, Sindicato Libre) han vuelto a firmar una traición criminal contra la precaria situación económica de los trabajadores de Correos.

Anuncian el acuerdo de una « subida » del 1 % de la masa salarial como un « trámite necesario », reconociendo al mismo tiempo que es «ridículo».

La letra pequeña del acuerdo que no cuentan estos vendeobreros, aristócratas del sindicalismo más putrefacto, es que renuncian a cualquier subida posterior al 1 % y que con este acuerdo « se cierran los efectos económicos de la negociación colectiva para el ejercicio 2016 », es decir, queda zanjada la cuestión para el futuro.

¿Qué supone un 1 % más para el ya pírrico sueldo de un trabajador de Correos ante el asfixiante coste de vida? Como botón de muestra, un cartero funcionario con 25 años de antigüedad hoy en día gana al mes 1.180 euros, complementos y trienios incluidos.

Los trabajadores han perdido de media un 11% de poder adquisitivo entre 2008 y 2014, por el doble efecto de la caída de sus salarios y, a la vez, la subida de la inflación, según una encuesta de Índice de Precios de Trabajo (IPT) del Instituto Nacional de Estadística. La propia UGT calculaba que incluso los funcionarios habían perdido sólo desde 2012 un 13,3 % de poder adquisitivo.

De hecho, sólo el 20% de los trabajadores está protegido contra la subida de la inflación. Es decir, el 80 % de los trabajadores no tiene ninguna cláusula en su convenio colectivo por la que los salarios se actualizan en función del IPC.

Los propios CCOO y UGT en una actitud ya de por sí miserable proponían a sus amos de la patronal una subida « irrenunciable » para 2017 entre el 4 % y el 1,5 % para « garantizar que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo ». Con lo cual ni siquiera ellos mismos mantienen sus propias « exigencias »

Para hacernos una idea de lo que le cuesta sobrevivir mes a mes a un trabajador de Correos, como el de cualquier otra empresa o sector, y en qué queda ese miserable 1 %, veamos hasta dónde llega ese coste de vida que estos sindicatos amarillos de Correos olvidan con tanta facilidad al firmar tales traiciones.

Empezando por el techo, el precio medio en el mercado del alquiler de una vivienda entre 60 y 90 m² (no estamos hablando de ningún palacio) es de 570 euros/mes.

Sigamos con la alimentación. Según la Red Europea de Presupuestos de Referencia (proyecto financiado por la Comisión Europea) el presupuesto mensual necesario para mantener una dieta saludable en España es de 647 euros en el caso de una familia formada por dos adultos y dos niños.

En cuanto a la energía, las familias gastan de luz una media de 60 euros al mes (para un consumo mensual de 271 kwh y una potencia contratada de 4,4 kwh), mientras que el gas les cuesta 33 euros de media (para 421 kwh). Por el agua, las familias gastan una media de 27 euros al mes (consumo medio de 175 m³). Por tanto, en agua, luz y gas se van 120 euros al mes de media.

Otro negocio redondo que nos mortifica cada mes a los trabajadores es el de los seguros, cuyo gasto (coches, hogar, salud, de vida,…) se disparó un 12,4 % en 2016, hasta alzanzar los 1373 euros por cabeza al año, es decir, los 114 euros mensuales, lo que para un hogar medio en España (2,71 personas) suponen 310 euros al mes. Son datos del informe «El mercado de seguros español en 2016 » de la Fundación Mapfre.

Tampoco recuerdan estos enemigos de los trabajadores lo que cuesta criar a un hijo en esta sociedad de mercado (de la que son defensores a ultranza). Según un estudio de la Confederación Española de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (Ceaccu) realizado en 2006, el gasto de un hijo, desde su nacimiento hasta los 18 años, es, al menos, de 98.205 €, lo que supone unos 455 euros al mes: alimentación, ropa y calzado, ocio y juguetes, higiene, educación y salud,

También olvidan los firmantes de semejante aberración lo que cobran los directivos de las empresas del grupo de Correos y que podrían usar como referencia a la hora de poner al día los sueldos de los trabajadores de dicho grupo: 190.819,46 euros anuales el Presidente de Correos, 141.350,81 euros el Director General de Correos Express, 106.258,53 euros el Director General de Nexea, y 105.505 euros el Director General de Correos Telecom.

Fácilmente se comprueba que las cuentas no salen, hablando únicamente de gastos muy básicos, sin tener en cuenta lo que cuesta el teléfono, internet, combustible, transportes, una entrada de cine, de teatro u otras actividades de ocio. En definitiva, bajo este sistema económico, con la colaboración inestimable de sindicatos amarillos como CCOO, UGT, CSIF o Sindicato Libre, los trabajadores vivimos al límite y peor que los esclavos, pues a estos el amo debía cubrir todas sus necesidades básicas. Actualmente, los salarios ya no cubren esas necesidades básicas y mantienen bajo el umbral de la pobreza a un tercio de las familias trabajadoras. Lo olvidan entre otras cosas porque todos los sindicatos que tienen representación en Correos, todos en mayor o menor medida cómplices de la desorganización e individualización de los trabajadores, han recibido más de medio millón euros en abril de 2017 para «potenciar el sistema de comunicación de las organizaciones sindicales» y para «apoyo instrumental a la actividad sindical». Por tanto Correos y cualquier empresa apoya un determinado sindicalismo, aquel que mantienen divididos a los trabajadores por no practicar un sindicalismo unitario y de clase.

No es de extrañar esta actuación colaboracionista de, entre otros, CCOO y UGT, pues ambos son brazos imprescindibles del Estado capitalista y la patronal, perfectamente integrado y protegido en sus instituciones, como el Tribunal Constitucional que les otorga la capacidad de promover elecciones sindicales (sin necesidad de tener representación en una empresa) con el fin de «proteger otro derecho también necesitado de atención, cual es la más eficaz defensa de los intereses de los trabajadores, pues tal defensa se vería perjudicada por una atomización sindical». Favores que no les hacen a los sindicatos de clase que sí luchamos en la práctica contra esa «atomización sindical», sufriendo por ello la represión por parte de los empresarios.

Tirando del hilo, vemos que CCOO y UGT pertenecen a la Confederación Sindical Internacional (CSI), que es el tentáculo sindical de las instituciones capitalistas mundiales. Según la propia CSI «la CSI está tratando de acrecentar la cooperación intergubernamental para asegurarse de que la dimensión social de la globalización, incluyendo el trabajo decente y los derechos fundamentales de los trabajadores y trabajadoras, se sitúe en el eje de los procesos de toma de decisiones de las principales instituciones globales y regionales del mundo. Esto incluye el G20, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización Mundial del Comercio (OMC) y las Naciones Unidas y sus agencias especializadas, principalmente la Organización Internacional del Trabajo (OIT)».

CCOO y UGT, son por tanto, en el Estado español, instrumentos necesarios para mantener el coste de la mano de obra en los límites que necesita el capital español, para robarles el máximo del fruto de su trabajo a los obreros.

Los trabajadores hemos de desarrollar en todas las empresas el sindicalismo de clase que acabe con el sindicalismo amarillo y luche por las máximas aspiraciones de la clase obrera, entre las que están el control y dirección de las empresas para sacarlas de la ley de la selva que es el mercado, para ponerlas al servicio de todo el pueblo y para la satisfacción de todas sus necesidades materiales y espirituales.

ABAJO LOS VENDEOBREROS Y LA ARISTOCRACIA SINDICAL DE CCOO, UGT, CSIF Y SINDICATO LIBRE
POR LA CONTRUCCIÓN DEL SINDICALISMO DE CLASE EN CORREOS
AFÍLIATE A LA COORDINADORA SINDICAL DE CLASE

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