WASHINGTON.–El presidente estadounidense, Donald Trump, se vio obligado ayer a condenar la violencia, incluida la causada por neonazis, supremacistas blancos y miembros del Ku Klux Klan, tras recibir muchas críticas por evitar mencionar a esos grupos explícitamente en el contexto de la crisis desatada en Charlottesville, Virginia.
El racismo es malo y los que causan la violencia en su nombre son criminales y matones, incluyendo el KKK, los neonazis, los supremacistas blancos y otros grupos de odio, manifestó en una comparecencia desde la Casa Blanca dos días después de los enfrentamientos ocurridos en Virginia, reporta PL.
Trump dio a conocer que se reunió con el director del Buró Federal de Investigación, Christopher Wray, y el fiscal general, Jeff Sessions, para abordar la pesquisa federal abierta sobre el mortal atropellamiento que dejó a una persona fallecida e hirió a otras 19.
La reacción del mandatario, que es calificada de tardía por algunos medios locales, se da después de recibir condenas de diversos sectores, entre ellos políticos republicanos y demócratas, por inicialmente criticar la violencia proveniente de «muchas partes», y no culpar directamente a grupos de ultraderecha.
Tal posición llevó a varias voces, como las del alcalde de Charlottesville, Michael Signer, a vincular lo sucedido en la ciudad con el mensaje de campaña del jefe de Estado.
Según el líder local, durante el proceso electoral del pasado año el equipo de Trump tomó la decisión muy lamentable de apelar a los prejuicios de la gente, lo cual habría influenciado en todo el país «a estos antisemitas, racistas, arios, neonazis, miembros del Ku Klux Klan».
En declaraciones a la cadena NBC News, Signer agregó que esos individuos, que estaban siempre en las sombras, con la campaña del jefe de Estado tuvieron una razón para salir a la luz.
La controversia se intensificó porque el exlíder del Ku Klux Klan David Duke apareció en el mitin de Charlottesville antes de los sucesos de este sábado y expresó que el evento representaba el cumplimiento de las promesas del presidente.
Datos de la organización de derechos civiles Southern Poverty Law Center indican que en los diez días siguientes a la elección de Trump se registraron casi 900 incidentes relacionados con prejuicios contra las minorías.