Pyongyang condena la ‘salvaje maniobra militar’ de EE.UU. y Corea del Sur en la península coreana, en la que simularon un ataque aéreo al territorio norcoreano.
En los ejercicios bélicos llevados a cabo el jueves en la provincia surcoreana de Gangwon (este) participaron dos bombarderos nucleares estadounidenses B-1B Lancer, dos cazabombarderos Lockheed Martin F-35 Lightning II y un escuadrón de cazas McDonnell Douglas F-15K Slam Eagle de la Fuerza Aérea de Corea del Sur.
La maniobra con fuego real incluyó un simulacro de ataques aéreos a las instalaciones nucleares de Corea del Norte en el que usaron bombas pesadas con un poder destructivo significativo.
Pyongyang criticó el sobrevuelo de aviones estadounidenses sobre la península coreana y lo calificó de “acto precipitado” y una “salvaje maniobra militar de sus enemigos”, según un comunicado emitido el viernes por la estatal agencia de noticias norcoreana KCNA.
Las prácticas militares respondían, según Pyongyang, al último lanzamiento de un misil norcoreano que atravesó el martes el espacio aéreo de Japón, antes de caer en el océano Pacífico.
El disparo del misil balístico Hwangson-12, que generó una serie de rechazos y la condena del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), fue un señal de protesta de Pyongyang previo a las maniobras militares que Seúl y Washington celebran bajo el nombre de Ulchi Freedom Guardian en la península coreana.
La Cancillería norcoreana rechazó ayer viernes la declaración del CSNU diciendo “que invade el derecho de un Estado soberano a defenderse” y reafirmó el compromiso de Pyongyang con seguir realizado pruebas de misiles con el objetivo de desarrollar tecnologías de misiles y aumentar la capacidad de combate del país.
La nota de la Cartera de Exteriores citada por KCNA asegura que “con EE.UU., no se pueden resolver problemas con palabras educadas, hay que mostrar acciones”.
Mientras EE.UU. y sus aliados trabajan para frenar los programas nuclear y balístico norcoreanos, Pyongyang los defiende como parte de su “derecho a la autodefensa” ante las “intenciones hostiles” de Washington.