Miles de yemeníes han tomado este miércoles las calles de Saada (noroeste) para condenar el ataque de Arabia Saudí a un autobús escolar en Yemen.
Todos los países que exportan armas a Arabia Saudí y sus aliados están directamente involucrados en el derramamiento de sangre de mujeres y niños en Yemen, ha declarado Abdel Salam al-Seliehy, un alto funcionario del movimiento popular Ansarolá de Yemen, durante la marcha.
Mientras que los indignados portaban fotos de algunos niños muertos en el ataque aéreo, que acabó con la vida de 51 yemeníes, entre ellos 40 niños, Al-Seliehy ha insistido en que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) “debe probar su humanidad” persiguiendo legalmente a los autores de este incidente.
Además, el alto funcionario yemení ha agregado que los países involucrados en este suceso “se verán perseguidos por la vergüenza de este crimen y no escaparán a una acción legal”.
A su vez, el Gobierno yemení no ha dejado sin respuesta esta agresión y en varias oportunidades ha atacado bases saudíes.
Desde marzo de 2015, el régimen saudí y sus aliados llevan a cabo una brutal campaña militar contra Yemen, utilizando varios tipos de armas, fabricadas en Estados Unidos, con el objetivo de restaurar en el poder al expresidente fugitivo yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi, y hacer frente a Ansarolá.
La violencia impulsada por el Gobierno de Riad, que hasta ahora ha dejado al menos 50 000 víctimas, ha sido repudiada por varios países y organizaciones defensoras de los derechos humanos.
