Las pasadas elecciones en Suecia, que dieron al partido nazi Demócratas Suecos un 17,6% de los votos, y los recientes acontecimientos en Alemania, donde los fascistas se manifestaron contra la imigración en la ciudad de Chemnitz, vuelven a demostrar el avance del fascismo en el viejo continente.
Y es que la profundización en la democracia burguesa conduce inevitablemente a la reacción y al fascismo. Esto lo podemos comprobar en la mayoría de países europeos, donde los fascistas se organizan -amparados y financiados por los propios estados- alcanzando fácil y rápidamente el acceso a los medios de comunicación -burgueses, por supuesto- y con ello tratan de introducir su discurso xenófobo y racista con el que penetrar a las instituciones burguesas.
En Alemania, el partido neonazi Alternativa por Alemania (Afd) ya es una realidad. La burguesía alemana ya ha logrado posicionar en el Parlamento al nazismo de nuevo, con 94 escaños en las elecciones generales del pasado año. Ahora solo debe incidir en su discurso y dejar que la coalición CDU y SPD continúen sus políticas, que ya están generando una nueva crisis tanto en Alemania como en el resto de Europa.
La manifestación del pasado 27 de agosto en Chemnitz es prueba de ello. En ella, los nazis corearon consignas abiertamente fascistas como “fuera los extranjeros” y “Alemania para los alemanes” mientras se sucedían las agresiones a inmigrantes en mitad de la calle. La exhaltación de Hitler y del Tercer Reich echa por tierra la falsa creencia de la ejemplar desnazificación llevada a cabo en la posguerra, donde los juicios a algunos cabezas visibles del nazismo no impidieron que antiguos funcionarios y jefes nazis permanecieran en sus puestos.
Suecia ha sido testigo en primera persona del avance del fascismo en su país el pasado 9 de Septiembre en sus elecciones generales. El partido fascista Demócratas Suecos llegó a la tercera posición, tras el Partido Socialdemócrata y el Partido Moderado, con el 17,6% de los votos, casi cinco puntos más que hace cuatro años. Estas elecciones han estado marcadas por el discurso xenófobo y contrario a la migración, gracias al amparo del fascismo por parte de la burguesía que ha introducido su discurso en los medios de comunicación de su propiedad.
Cuesta pensar, si hacemos caso a los eruditos políticos de la radio, la prensa y la televisión, cómo el fascismo está llegando de nuevo al poder político. En apenas dos años, prácticamente todos los países europeos han visto a los fascistas organizarse en partidos políticos, inundar las tertulias políticas de todos los medios de comunicación con su falso discurso xenófobo y racista e incluso alcanzar el poder político como en el caso de Hungría -Viktor Orban-, Austria -Heinz-Christian Strache es Vicecanciller y ministro de Funcionarios y de Deportes- o Italia -Liga Norte de Salvini-.
En países como Grecia (Amanecer Dorado), Francia (Le Pen), Suecia (Demócratas Suecos), Holanda (Partij voor de Vrijheid de Wilders), Dinamarca (Dansk Folkeparti) o Finlandia (Verdaderos Finlandeses) el fascismo organizado está a las puertas del Gobierno. Incluido España, que con el Partido Socialista Obrero Español y el Partido Popular han logrado crear un Estado fascista en estos últimos 40 años, probando su obra contra Cataluña y su derecho a la autodeterminación, encerrando a la gente por sus ideas políticas.
Profundizar en la democracia burguesa significa, como estamos comprobando, avanzar hacia el fascismo y es la socialdemocracia la que, con su discurso falso y rancio de reformar el sistema criminal capitalista, le abre las puertas a la gobernabilidad a los fascistas tras sus estrepitosos y anunciados fracasos.
Se observa nítidamente en España con el tándem PSOE-Podemos, en el que el primero no ha sido capaz de derogar la reforma laboral, ni la Ley Mordaza, ni de aportar ni una sola mejora al pueblo trabajador. Eso sí, ha logrado el récord de dos dimisiones de ministros por corrupción en 100 días de Gobierno. Todo esto con el beneplácito de Podemos, que no tiene la mínima intención de forzar a Pedro Sánchez a variar las políticas llevadas a cabo por el PP en la anterior legislatura tras auparlo al poder tras la moción de censura del pasado mes de junio.
El Partido Comunista Obrero Español advierte del peligro que supone para la humanidad el avance del movimiento fascista en el continente, del discurso socialdemócrata y antipolítico que abona el terreno para el acceso de aquellos al gobierno del Estado y de la imperiosa necesidad para la clase trabajadora de organizarse y robustecer las organizaciones proletarias y revolucionarias con el firme objetivo de destruir el imperialismo europeo y avanzar hacia el Socialismo, único garante de la paz y la dignidad del pueblo trabajador.
D. García – Secretario de Relaciones Internacionales del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)