En 2016 Nueva York transformó 7.500 teléfonos públicos en puntos de acceso WiFi siguiendo un programa llamado LinkNYC que, como cabe esperar no se diseñó para prestar un servicio a los viandantes sino para vigilarlos y controlarlos.
Las dispositivos se utilizan para rastrear los movimientos y recopilar información sobre los transeúntes que caen en la trampa. Las cámaras y los sensores registran los movimientos de la multitud y recogen sus datos en tiempo real.
A pesar de las garantías iniciales de cifrado y anonimato, Charles Meyers, un estudiante del New York City College of Technology, descubrió en mayo en GitHub el código que utiliza la red para el seguimiento y captura de los datos de los usuarios.
Al destaparse el asujnto LinkNYC exigió a Github que retirara el código de la vista pública.
Dicho código obtiene la longitud y la latitud del usuario, así como el tipo de navegador, el sistema operativo, el tipo de dispositivo, los identificadores y las rutas URL completas (incluyendo fecha y hora) y agrupa esta información en una base de datos.
La empresa que gestiona el servicio está, pues, interesada en el seguimiento en tiempo real de la ubicación de los usuarios y podría enviar anuncios en tiempo real en función de la identidad y la ubicación del usuario.
En 2016 LinkNYC dijo que no recopilaba información sobre la ubicación específica de los usuarios. “Sin embargo, sabemos dónde proporcionamos acceso WiFi, por lo que cuando usted utiliza estos servicios, podemos determinar su ubicación”.
LinkNYC también admite que el código existe, aunque asegura que no lo utiliza. Hay que fiarse de su palabra.
La cuestión es que no se trata sólo de una empresa privada sino del ayuntamiento de Nueva York, cuyos residentes financian una red para que les vigilen.
Este tipo de técnicas son la avanzadilla de las “ciudades inteligentes”, plenamente conectadas y multipropósito, aunque esos propósitos no sean nada nobles. El objetivo es fusionar el “internet de las cosas” con una red industrial inteligente, un programa que cuenta con el apoyo político y la inversión de los grandes monopolios tecnológicos del mundo.
https://www.activistpost.com/2018/09/new-york-city-wifi-hotspots-surveillance-tracking-devices.html