Walkiria Juanes Sánchez
walkiriajuanessanchez@gmail.com

El 18 de septiembre de 1960, el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, llegaba a Nueva York al frente de la delegación de la Isla para asistir al XV Periodo de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Su llegada al aeropuerto internacional de Idlewild (actual John F. Kennedy) fue esperada por miles de personas que deseaban conocer al líder de la Isla caribeña.

Lo recibió una caravana que, integrada por varios automóviles y 20 ómnibus, alcanzaba más de 17 cuadras, por lo que tardó dos horas en llegar al hotel Shelbourne, donde se hospedaría la delegación cubana.

Y fue en ese momento cuando comenzaron los problemas para el Comandante y sus seguidores, pues el Gobierno estadounidense le había prohibido moverse más allá de los límites de Manhattan.

Tan extrema fue la agresión de la administración de Eisenhower al Presidente cubano que, al siguiente día, el Departamento de Estado norteamericano ordenó a la dirección del hotel notificarles que debía abandonarlo. Buscaban así aislarlo y limitar su contacto directo con el pueblo norteamericano.

Fidel respondió inmediatamente al ultraje cometido contra él y su delegación, dirigiéndose hasta la sede de Naciones Unidas. Se entrevistó con el danés Dag Ham­marskjöld, entonces secretario general de la ONU, y tras denunciar las dificultades para hallar alojamiento en los hoteles de Nueva York, le comunicó que si era necesario, él y los miembros de su comitiva oficial acamparían en los jardines de la ONU.

En ese intenso contexto, algo insospechado sucedió…. La afrenta irrespetuosa del Gobierno estadounidense abrió al Comandante las puertas del barrio de Harlem, donde lo esperaba el reconocido líder y defensor de los derechos civiles de los negros, Malcom X.

Durante el almuerzo en el comedor de los trabajadores del hotel improvisaron una conferencia de prensa que se convirtió en la noticia más importante del momento. Foto: ALBERTO KORDA

«YO SOY FIDELISTA»

Pasada la medianoche, Fidel llegó al hotel Theresa, ubicado en Harlem. Su arribo fue apoyado por las voces de los más humildes habitantes de Nueva York, quienes aclamaban al líder cubano con gritos de «¡Viva Castro!» y «¡Fidel, Fidel, Fidel!».

«Mientras el Tío Sam esté contra ti, sabes que eres un hombre bueno», dijo Malcolm X a Fidel el 19 de septiembre de 1960, al encontrarse en el hotel.

En ese mismo sitio, el Jefe de la Revolución recibió también al Primer Secretario del Partido Comunista Soviético, Nikita Jrushchov, quien expresó en aquella ocasión: «yo no sé si Fidel es Comunista, pero yo soy Fidelista».

Asimismo, lo visitaron el entonces presidente egipcio Gamal Abdel Nasser y el Primer Ministro de la India, Jawaharlal Nehru, para ofrecer su solidaridad con el pueblo de Cuba.

La acogida de los residentes del neoyorkino barrio de Harlem no pudo ser mejor. Estaban siempre atentos a las entradas y salidas del personal cubano, de cuya delegación asumieron la custodia.

Durante un almuerzo en el comedor de los trabajadores del hotel, la delegación cubana –acompañada por los residentes del barrio negro– improvisaron una conferencia de prensa que acapararía titulares, dejando en segundo plano el almuerzo que ofreció el entonces presidente Dwight Eisenhower, en el lujoso hotel Waldorf Astoria, a los representantes de estados latinoamericanos, donde se había excluido a Cuba.

De aquellos días en las entrañas del imperio es importante destacar el legendario discurso pronunciado por el Comandante en Jefe en el hemiciclo de la ONU, registrado como el  discurso improvisado más largo en la historia de los periodos de sesiones, pues se extendió durante cuatro horas y 29 minutos.

De allí nació una de sus frases más recordadas: «Desaparezca la filosofía del despojo y habrá desaparecido la filosofía de la guerra (…) Desaparezcan las colonias, desaparezca la explotación de los países por los monopolios, y entonces la humanidad habrá alcanzado una verdadera etapa de progreso».
Aquella actitud hostil del Gobierno estadounidense contra los cubanos presentes en Nueva York  fue solo una pequeña muestra de lo que estaban dispuestos a hacer para destruir la Revolución.

Nadie lo recordaría mejor que el propio Fidel, cuando expresó en el Palacio Presidencial, el 28 de septiembre de 1960: «En realidad, nosotros traemos una profunda impresión y alguna experiencia de este viaje. ¡Es una verdadera lástima que cada cubano no tenga la oportunidad de haber vivido diez días como los hemos vivido nosotros! Iríamos todavía un poco más lejos para afirmar que valdría la pena que aquí, esos infelices que se han asilado, hubiesen estado primero diez días en Nueva York, para que vivieran una experiencia como la que nosotros hemos vivido».

El primer ministro de la URSS Nikita Jruschov dedicó su primera salida en Nueva York, a visitar al Comandante en Jefe Fidel Castro en Harlem. Jruschov llegó al hotel Theresa a las 12:14 pm. A la derecha de Fidel el Capitan Emilio Aragones. Foto: Korda, Alberto

HARLEM RECUERDA A FIDEL

El 4 de febrero del 2017 el barrio neoyorkino rindió homenaje al líder histórico de la Revolución Cubana tras su desaparición física el 25 de noviembre del año anterior.

La actividad realizada en el emblemático The Malcolm X and Dr. Betty Shabazz Memorial and Educational Center, contó con la participación de más de 200 residentes en la Gran Manzana, todos de los más diversos orígenes y sectores de la sociedad, junto a un grupo de diplomáticos de la Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas.

Frank Velgara, uno de los organizadores, dijo entonces a Prensa Latina: «Se trata de un agradecimiento a la Revolución Cubana y a Fidel Castro, que es nuestro Comandante, y qué mejor lugar que este barrio, con una larga historia de solidaridad de los afroamericanos y los latinos con Cuba, al igual que Cuba con nuestros pueblos», insistió.

Uno de los momentos más emocionantes de la velada, fue cuando el médico Joaquín Morante, estadounidense graduado en la Escuela Latinoamericana de Medicina, agradeció a Cuba y a Fidel la oportunidad de compartir con personas de muchas partes del mundo y de cambiar su perspectiva profesional.

Este 2018 se repite otra visita de un  Presidente cubano a Estados Unidos. Por primera vez desde que asumiera la presidencia del país, Miguel Díaz-Canel viaja para hacer sentir la voz de la Isla en los predios de Naciones Unidas, pero también visita Harlem, ese barrio humilde donde Fidel fuera recibido como líder de las causas nobles del mundo y a Cuba se le recuerda y nombra como símbolo de resistencia y triunfo.

Integrantes del comité Pro Justo Trato para Cuba, reunidos en el salón principal del hotel Theresa, le entregaron a Fidel un busto de Abraham Lincoln. Foto: ALBERTO KORDA
Encuentro de Fidel y Malcom X, dirigente afroamericano, en el hotel Theresa, Harlem, Nueva York. 21 de septiembre de 1960. Foto: Archivo de Granma

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