«A las escuelitas públicas del campo asisten descalzos, semidesnudos y desnutridos, menos de la mitad de los niños en edad escolar (…) ¿Es así como puede hacerse una patria grande»,ipreguntaba Fidel aquel día; hoy la educación es una de las garantías de la Revolución. Foto: Rafael Martínez

Alejo Carpentier*

La Historia me absolverá se hace de constante meditación  (…) por una continuidad de aconteceres que van de las palabras, del anuncio, del señalamiento futuro, a la realización de lo dicho, de lo afirmado cierto día en la angosta habitación de Santiago de Cuba, después del magno acontecimiento del 26 de julio.

Inspirados por las ideas de José Martí y con la conciencia antimperialista hondamente arraigada en sus corazones, un grupo de jóvenes valerosos, había atacado la sede del ejército de la tiranía pro-imperialista de Fulgencio Batista: el Cuartel Moncada. Pocos habían sido los caídos; pero muchos, los asesinados salvajemente por los agentes de la tiranía.

En el juicio levantado al Doctor Fidel Castro, como jefe y organizador del asalto al Cuartel Moncada, este no se limitó solamente a denunciar los asesinatos, la corrupción, el entreguismo, ni a hacer el balance de la grave crisis que pesaba sobre todos los sectores de la vida nacional, sino que, a la vez,  fijó, con sorprendente precisión y objetividad, los postulados esenciales del programa de toda la etapa de la futura revolución:  Reforma Agraria; reforma integral de la enseñanza; rebaja de alquileres; nacionalización de trust extranjeros; industrialización; solidaridad con los pueblos de América Latina, etc.

Ocurre a menudo, que los textos políticos envejecen pronto, al ser rebasados por contingencias nuevas que hacen olvidar las contigencias en que fueron concebidos; es decir, la historia presente hace olvidar, a menudo, las circunstancias históricas en que, en un momento dejado atrás, por el correr del tiempo, se pronunciaron determinadas palabras. Lo sorprendente con el texto de La Historia me absolverá, es su vigencia, su actualidad, el interés de su estudio presente. Todo lo que anunciaba, se ha realizado; todo lo que presentía, se ha cumplido;  todo lo profetizado, con firme decisión política del futuro, se nos hizo tangible (…).

DE LA HISTORIA ME ABSOLVERÁ:

«Traigo en el corazón las doctrinas del Maestro y en el pensamiento las nobles ideas de todos los hombres que han defendido la libertad de los pueblos».

«Los problemas de la República solo tienen solución si nos dedicamos a luchar por ella con la misma energía, honradez y patriotismo que invirtieron nuestros libertadores en crearla».

«Los pueblos cuando alcanzan las conquistas que han estado anhelando durante varias generaciones, no hay fuerza en el mundo capaz de arrebatárselas».

«En el mundo actual ningún problema se resuelve por generación espontánea».

«Los pueblos poseen una lógica sencilla pero implacable, reñida con todo lo absurdo y contradictorio, y si alguno, además, aborrece con toda su alma el privilegio y la desigualdad,  ese es el pueblo cubano».

«¡Cuba, qué sería de ti si hubieras dejado morir a tu Apóstol!».

*Fragmentos de El juicio del Cuartel Moncada y La Historia me absolverá (1966)

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