La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió el lunes de una “increíble tragedia” en la Franja de Gaza, si se libra una nueva guerra en este enclave costero.
“Una nueva guerra en Gaza sería una tragedia increíble”, ha alertado el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a los periodistas en París (capital de Francia), en referencia a la escalada de tensiones en la asediada Gaza en las últimas 24 horas. “Debemos evitarla a toda costa”, ha remarcado.
El enviado especial de las Naciones Unidas para Oriente Medio, Nikolay Mladenov, ha contactado este lunes con Egipto para ayudar a calmar la situación entre los gazatíes y los israelíes.
Por su parte, el embajador de la Unión Europea (UE) en Israel, Emanuele Giaufret, ha tuiteado que sigue “con gran preocupación la situación” en Gaza y ha llamado a ambas partes a proteger a los civiles.
Además, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha manifestado que la situación está tornándose “peligrosa” y alerta de que podría derivar en una operación militar a gran escala y forzar un colapso humanitario en Gaza.
La Cancillería rusa ha responsabilizado al régimen de Tel Aviv del reciente escalamiento de la tensión entre palestinos e israelíes, y ha señalado que fue provocada por la operación militar de Israel en Gaza el domingo por la noche para asesinar a un alto comandante del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS).
Moscú ha pedido, asimismo, la reunificación de las facciones de Al-Fatah y HAMAS, así como la vuelta al proceso de negociaciones de paz en el marco de una solución de dos estados basada en las líneas anteriores a 1967.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha afirmado este lunes que su gabinete intenta prevenir una guerra en Gaza, pero no ve una solución política para el enclave, bloqueado cruelmente desde 2008 por los israelíes.
Con frecuencia Israel lleva a cabo ataques contra la Franja de Gaza, sin embargo, los de este domingo son uno de los más intensos desde el fin de la campaña militar israelí contra el enclave palestino entre julio y agosto de 2014, que se saldó con la vida de al menos 2310 palestinos y unos 10 600 heridos, en su mayoría civiles.