El movimiento estudiantil ha demostrado ser a lo largo de la historia uno de los sectores más combativos de los pueblos en lucha por sus derechos sociales y políticos. Sin embargo, tal y como estamos viendo día a día, un movimiento estudiantil aislado en sus luchas, desgajado del movimiento obrero y carente de conciencia de clase, sólo puede llevar a derrotas continuas y profundas frustraciones que sólo fortalecen al putrefacto régimen capitalista, situación aupada por el Sindicato de Estudiantes y su oportunismo, utilizando el feminismo como nuevo adalid para sus penosas luchas, relegando las manifestaciones a simples quedadas ya institucionalizadas, carentes de combatividad, de mensaje y de conciencia de clase y llenas de conformismo, considerando victorias lo que realmente son derrotas para la clase obrera, como ha ocurrido con la cuasi implantación de la LOMCE.

En los últimos años las casas de apuestas han invadido los barrios obreros de las principales ciudades del Estado. La burguesía, como siempre, busca su máximo beneficio dándole igual si para ello tiene que envenenar a la clase obrera, arruinarla más de lo que está con juegos trucados en los que siempre gana la casa. No contentos con esto, atacan a los más jóvenes de nuestra clase, utilizando iconos del mundo del espectáculo o del deporte en masivas campañas de publicidad o instalando casas de apuestas cerca de institutos y centros educativos. No en vano, estos negocios son una escopeta de dos cañones para la burguesía, puesto que por un lado consigue alienar a los obreros y por otro lado explota sus beneficios al máximo.

Y es que la oligarquía financiera no está satisfecha ya con las ganancias que obtiene a través del expolio diario al que somete a la clase obrera robándole la plusvalía que produce; su sed por las máximas cuotas de ganancias ha llegado a tal punto que, para lograr aumentarlas, empeora la calidad de la educación pública retrasando las obras de construcción en colegios e institutos. Además, la burguesía utiliza como doble rasero la degradación de la educación pública, ya que por un lado obtiene ganancias de ese empeoramiento y por otro lado mina la educación pública hasta destruirla fomentando la educación privada concertada a través de sus medios de comunicación, que ejercen una nociva influencia ideológica sobre la clase obrera. A la burguesía monopolista del Estado español no le basta únicamente con mercantilizar la educación pública, sino que también la instrumentaliza poniéndola en su propio favor, de manera que son los propios burgueses quienes ponen a dedo a aquellas personas según su criterio y que obedezcan sus órdenes, como ha quedado demostrado con gobiernos de todos los colores políticos.

Es un hecho innegable que el feminismo, aupado por la burguesía y por los movimientos de minorías cool identitarios, ha llegado a todos los ámbitos de la sociedad: prensa, televisión, internet, redes sociales, puestos directivos, etc. Curiosamente a los puestos de trabajo de las obreras no, y es que a la mujer obrera le es indiferente si su patrón es hombre o mujer, si le hablan en “neutre” o si las feministas le hablan de ese mundo que comparten todas las mujeres. A la mujer obrera lo que le importa es su supervivencia y la de su familia. El feminismo nunca podrá transformar la sociedad y mucho menos conseguirá la liberación y la emancipación de la mujer obrera, pues este movimiento ignora la historia a la par que ignora la ideología que más ha luchado en beneficio de la mujer, ignora bajo qué bandera la mujer trabajadora ha conseguido más derechos y libertades, ignora que el marxismo-leninismo es la única vía para la emancipación de la mujer trabajadora y de su clase.

«¿Por qué razón, entonces, debe la mujer trabajadora buscar una unión con las feministas burguesas? ¿Quién, en realidad, se beneficiaría en el caso de tal alianza? Ciertamente no la mujer trabajadora. Ella es su propia salvadora, su futuro está en sus propias manos. La mujer trabajadora protege sus intereses de clase y no se deja engañar por los grandes discursos sobre el “mundo que comparten todas las mujeres”. La mujer trabajadora no debe olvidar y no olvida que, si bien el objetivo de las mujeres burguesas es asegurar su propio bienestar en el marco de una sociedad antagónica a nosotras, nuestro objetivo es construir, en el lugar del mundo viejo, obsoleto, un brillante templo de trabajo universal, solidaridad fraternal y alegre libertad…»

Alexandra Kollontai.

Por todo lo anterior, desde el Partido Comunista Obrero Español (PCOE) abogamos por una educación al servicio de la clase obrera, una educación dónde se respeten los valores de camaradería, fraternidad e igualdad, siendo el Socialismo y la Dictadura del proletariado partes esenciales de la nueva sociedad que está por venir y que hará posible que el pueblo se desarrolle, eduque plenamente y tenga acceso a la cultura. Pero para forjar ese mundo nuevo, la clase obrera necesita a su partido de vanguardia. Es por ello que hacemos un llamamiento a los jóvenes y estudiantes a que se organicen en el PCOE.

¡Por la liberación de la mujer trabajadora!

¡Por la emancipación de la clase obrera!

¡Por el Socialismo!

¡Organízate en el PCOE!

 

Comisión de Juventud y Movimiento Estudiantil del PCOE

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