Una manifestante ha muerto atropellada y al menos 227 personas han resultado heridas, cinco graves, durante las protestas de ayer en Francia por el alza de los impuestos a los carburantes, agrupadas en el movimiento espontáneo conocido como los “chalecos amarillos”.
Además, hay 117 detenidos, 73 de los cuales han quedado bajo custodia policial.
Jubilados, profesionales liberales o pequeños comerciantes han figurado entre los 300.000 participantes movilizados en unos 2.000 puntos repartidos por todo el país, como rotondas, peajes y puentes, muchas veces sin haber avisado a las autoridades, lo que ha generado desconcierto entre la policía.
La policía alertó de que con la caída de la noche cambia el perfil de los manifestantes y se quedan los más proclives a generar disturbios.
De entre las centenas de incidentes, destaca la muerte en Pont-de-Beauvoisin (sureste de Francia) de una mujer de unos 50 años atropellada por otra que tuvo una crisis de nervios cuando los manifestantes golpearon su coche.