Ilegalizar el fascismo. ¿Una consigna equivocada?. Un artículo del camarada Alonso.

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Con motivo del éxito electoral del partido neo-fascista VOX, en las pasadas elecciones andaluzas, se ha levantado un debate en algunos sectores de la “izquierda institucionalizada” (revisionista y reformista) sobre la legitimidad de permitir el discurso fascista, incluso se ha pedido su ilegalización.

Como quiera que así, en abstracto, parezca una consigna justa, pues recoge el sentir anti-fascista de las masas, creo conveniente hacer algunas precisiones que permitan tener una visión más completa de la misma.

La consigna parece olvidar que vivimos en una democracia burguesa (esto es, una forma de la dictadura burguesa sobre las clases populares) y claro, no es casual que sean los revisionistas, que han abandonado todo análisis de clase, los que, junto a socialistas y podemitas, enarbolan la consigna en su campaña “anti-fascista” de postureo.

Conviene recordar que el fascismo, como movimiento contra-revolucionario, es un producto del viejo estado burgués, financiado por el mismo, con el objetivo de reestructurar la dictadura burguesa y enfrentar las ansias revolucionarias de las masas, bien para reorientarlas al populismo patriotero o combatir cruelmente la vanguardia revolucionaria.

¿Son las autoridades burguesas y sus leyes las que van a reprimir el fascismo?
Uno de sus objetivos y de sus lacayos parlamentaristas, es la supresión del derecho democrático de la libertad de expresión, para sustituirla por su discurso “políticamente correcto”. Hay quien piensa que eso es correcto, ¡claro! si no viviéramos en una dictadura de la burguesía explotadora.

El objetivo (oculto) supuestamente democrático, de combatir el espantajo del fascismo, es combatir el pensamiento revolucionario y a sus organizaciones para impedir, como pretende Bolsonaro en Brasil, la difusión de las ideas comunistas y revolucionarias entre las masas.

Camaradas, al fascismo solo lo puede ilegalizar la Dictadura Revolucionaria del Proletariado, esto no admite discusión.

Vean a las democracias burguesas, surgidas del fin de la II guerra mundial imperialista, Italia y Alemania. En la primera proliferaron desde la Red Galdio, a partidos como el MSI, de los cuales son herederos los actuales dirigentes de Italia. En Alemania federal hasta el jefe de los servicios secretos, Reinhard Gehlen, era un nazi ex responsable de los servicios del Abwehr para el Este o algo mas reciente, se ha descubierto una red neo-nazi en el ejercito.

Solo si partimos de la realidad podremos transformarla.

Al auge del fascismo, camaradas, tenemos que oponer un partido proletario fuerte y organizado, ideológicamente armado con el m-l-m, capaz de enfrentar con guerra popular al mismo.

El anti-fascismo de postureo dejémoselos a unos y a otras.

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