Los pasados 29 y 30 de enero cumplimos un año más de vida como organización, un aniversario que nos motiva a trabajar más arduamente en la construcción de un referente organizacional para la juventud anticapitalista mexicana; un aniversario que dibuja un horizonte esperanzador pese a la tormenta que se acerca. Estos 14 años han estado llenos de experiencias, de derrotas que no nos detienen y de algunas victorias que nos empujan hacia adelante.

En Jalisco la militancia decidió celebrar con dos actividades que exigieron la participación de todos los Colectivos Juveniles de Base. En primer lugar realizamos brigadas de difusión simultaneas en seis puntos del Área Metropolitana de Guadalajara. Los lugares donde se realizaron dichas brigadas fueron aquellos donde hemos tenido trabajo de base de corta o larga duración. Se imprimieron carteles y calcas, se organizaron cuadrillas y se entablaron diálogos con aquellos y aquellas que mostraron interés o dudas sobre aquel material que estábamos pegando en las calles y en las escuelas. Éstas actividades se realizaron los días del aniversario.

Para culminar la semana de festejo, organizamos un Festival en un sitio en el que hemos realizado diversos trabajos a lo largo de los años, el Parque Rojo. Esta actividad trajo consigo muchas reacciones dignas de analizar.

Al llegar al punto la militancia colocó banderas y mantas, cuando comenzamos las pruebas de sonido no tardaron en aparecer policías locales a pedir informes, a preguntar nombres, teléfonos, direcciones, etc., hasta ahí todo transcurría de manera tranquila, pese a que este ejercicio es represivo en sí no hubo mayor trascendencia, pero al poco tiempo llegó un empleado del Ayuntamiento de Guadalajara exigiendo de manera prepotente un permiso firmado para poder realizar el Festival, se le trató de explicar que no necesitamos permiso para realizar el evento y que hemos realizado eventos similares en otras ocasiones en el mismo sitio. El tipo no entendía razones, quizá pensó que por su gafete teníamos que hacer lo que el mandaba: quitarnos del parque hasta tener el mentado permiso. Comenzó la discusión y nuestra postura evidentemente fue realizar el evento con o sin visto bueno del Estado, esto motivó un intento de represión con apoyo en las fuerzas represivas.

Abordaron al sitio aproximadamente quince policías para vigilar a un grupo de jóvenes comunistas. Quince policías en un Festival realizado en un parque público, mientras que los feminicidios, el acoso, los asesinatos, secuestros y robos suceden como el pan de cada día de la población jalisciense. Quizá fue la bandera con la hoz y el martillo lo que les preocupaba tanto, quizá fue ver como las personas que estaban en el parque se sumaron a la defensa del evento político-cultural, quizá fue la forma en la que nos aferramos a nuestra actividad y como defendimos la utilización del espacio. La realidad es que están en lo correcto al preocuparse, deben temer a la clase trabajadora organizada porque esto significa que sus acciones sucias no serán aceptadas por más tiempo. Pero cabe cuestionar, pese a que parece obvio, ¿cuales son las prioridades de esas fuerzas que buscan “proteger y servir”? ¿A caso no hay una ola de crímenes gigantescos en el Estado que debe de preocuparles más?

El desconocimiento de la ley del sujeto del ayuntamiento bastó para que tragara sus palabras, para que la policía entendiera que perdía su tiempo y para que nuestro Festival continuara. Algo que colaboró en demasía fue el respaldo de quienes estaban en el parque que sin conocernos salieron a defender nuestra postura, pues la razón puede más que un papel o que un gafete.

En el Festival contamos con el apoyo de grupos y artistas que siempre se han mostrado solidarios: Kloe de The Papantla Flyers abrió el evento con su rap subersivo aglomerando a los transeúntes que pasaban; Losocios nos acompañaron desde tierra Nahual, haciendo mover a todos y todas los cuellos con los ritmos y rimas de los alfareros del rap; Satriani Durán nos acompañó con su poesía cruda, contando la realidad que vive día a día y denunciando a este Narcoestado; No+Más demostró una vez más que la fraternidad es lo que les define, punk para levantar los puños y también hacer un slam aunque sea pequeño.

Algo fundamental para que este evento fuera exitoso fue la participación de nuestrxs camaradas al tomar el micrófono para compartir algunas palabras o declamar poesía para levantar nuestra moral, tocar y cantar algunas canciones de esperanza o proyectar audiovisuales que exponen la realidad de nuestra clase. La emoción, la mística, el sueño de un mundo mejor se dieron cita para que esta juventud celebrará un aniversario más de nuestra organización, pues sin la alegre rebeldía que nos define estaríamos perdidos y perdidas.

Aprendimos cosas valiosas en este festejo, pues nunca nos habíamos enfrentado a un intento de sabotaje similar, comprendimos la importancia de defender nuestro trabajo y nuestro esfuerzo, vimos que nuestra clase no se deja amedrentar por uniformes y que defiende a los suyos, nos mantuvimos firmes y supimos resolver.

La militancia de esta Jota ha dado un salto cualitativo tremendo, aprovecho el espacio para felicitar y agradecer a todos y todas, a quienes fundaron esta trinchera, a quienes le dieron cuerpo, a quienes le dan vida. Catorce años son pocos frente a la lucha que nos antecede y que nos espera, pero son sumamente significativos pues son nuestros, con errores y aciertos, con cuestiones que nos faltan aprender y asumir, con mucho trabajo por delante y con los principios por bandera.

¡Salud por estos 14 años de camino!

¡Firmes, dignos y alegres!

¡Venceremos!

¡Solo en el socialismo otro mundo es posible!

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