Tribuna Popular.- El vicepresidente estadounidense Mike Pence, quien asistió al encuentro del «Grupo de Lima» –que se realizó en Bogotá, el 25 de febrero, para intensificar los planes intervencionistas contra Venezuela tras el fracaso sufrido el sábado con la llamada «ayuda humanitaria» procedente de EEUU–, amenazó nuevamente a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
Pence ratificó que «como ha dicho el presidente Trump, “todas las opciones están sobre la mesa”» para lograr lo que denominan eufemísticamente «transición pacífica a la democracia».
En otro intento por quebrar la unidad cívico-militar que defiende la soberanía del país, Pence le advirtió a los miembros de la FANB que aceptaran «la generosa oferta de amnistía» del que pretenden imponer como presidente, el diputado en desacato y golpista Juan Guaidó, «para vivir su vida en paz con sus familias y compatriotas», porque «si continúan respaldando a Maduro (…), no encontrarán un refugio seguro (…), no habrá un escape, lo perderán todo».
El vicepresidente de EEUU descaradamente llamó a los miembros de la FANB a que traicionen a su patria y que, en ese caso, «el presidente Guaidó y el gobierno de Estados Unidos (…) les darán alivio de las sanciones que han sido adoptadas».
«Nicolás Maduro debe irse. La lucha en Venezuela es entre dictadura y democracia, entre opresión y libertad», afirmó Pence ante los asistentes a esta XI reunión de los miembros del «Grupo de Lima», y adelantó que «a partir de hoy EEUU impondrá sanciones adicionales a los funcionarios» del Gobierno de Nicolás Maduro, y ratificó el apoyo de Trump al autoproclamado «presidente interino» de Venezuela, Juan Guaidó.
El golpista, quien previo a su discurso se reunió con el vicepresidente Pence, le pidió acción al Grupo. «El momento es ahora», y enfatizó que «es el momento de actuar determinadamente y seguir construyendo esas capacidades, con todos los escenarios internacionales posibles, (…) toda la fuerza» para lograr los objetivos que se han planteado.
Sin embargo, las multitudinarias manifestaciones en rechazo a la injerencia estadounidense y a la pretensión de derrocar el legítimo Gobierno de Venezuela, se continúan produciendo en diversas ciudades del país, donde condenan la violencia reaccionaria que intentan imponer la derecha apátrida y el imperialismo.
La cumbre tuvo lugar en el Palacio de San Carlos, sede de la Cancillería colombiana, y comenzó con la intervención del presidente de Colombia, Iván Duque, quien pidió un aplauso para Guaidó, para luego pedirle a las «Fuerzas Militares de Venezuela que se ubiquen en el “lado correcto de la historia” y brinden su lealtad a la Asamblea Nacional».
Duque afirmó que el mencionado grupo ha logrado el «cerco diplomático más efectivo en el continente», que «debe ser más poderoso», para «lograr la transición», y les exhortó a «tomar acciones y decisiones sancionatorias» contra Maduro, entre ellos el congelamiento de activos del Estado venezolano y entregárselos a Guaidó.
Al encuentro en Bogotá asistieron los presidentes de Colombia, Iván Duque; de Guatemala, Jimmy Morales; de Panamá, Juan Carlos Varela; los vicepresidentes de EEUU, Mike Pence, y de Brasil, Hamilton Mourao; además de los cancilleres de Canadá, Chile, Guatemala, Honduras, Panamá y el viceministro de Relaciones Exteriores de Perú.
