El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha remodelado su gabinete este viernes en plena crisis abierta por las sospechas de corrupción creadas sobre él.
“No creo haber visto nunca que alguien del Gabinete bombardee así a su propio gobierno. Esto no hace más que reforzar la percepción de la gente de que todos los políticos son corruptos”, ha declarado el exportavoz gubernamental canadiense Andrew MacDougall, citado este viernes por el diario estadounidense The New York Times.
MacDougall comentaba así el detallado testimonio de cuatro horas prestado el miércoles por la exfiscal general y exministra de Justicia Jody Wilson-Raybould sobre cómo Trudeau y su equipo la presionaron repetidamente para que no presentara cargos criminales contra la principal empresa constructora del país, SNC-Lavalin, que podría verse privada de contratos públicos durante 10 años.
Wilson-Raybould contradijo en varias ocasiones afirmaciones del premier describiendo con gran minuciosidad diez conversaciones cara a cara, llamadas telefónicas e intercambios de correos electrónicos con el propio premier, su jefe de gabinete, su secretario principal y el ministro de Finanzas, que querían que la fiscal renunciase a perseguir a la empresa por sobornos a funcionarios de Libia en tiempos del coronel Muamar Gadafi (1969-2011).
“Los miembros de mi personal y yo hemos actuado siempre de forma apropiada y profesional. Estoy totalmente en desacuerdo con la descripción que la exministra de Justicia y fiscal general ofreció en su testimonio”, afirmó Trudeau tras el testimonio de Wilson-Raybould, a la que en enero cambió de Cartera, después de su negativa a abandonar los cargos contra SNC-Lavalin. Ella dimitió poco después.
No one should believe a word Trudeau says on #LavScam until he sends everyone named in @Puglaas’ testimony to committee to testify.
My latest for @macleans #cdnpoli https://t.co/MkynJ7R2Rw
— Andrew MacDougall (@AGMacDougall) March 1, 2019
El líder de la oposición en el Parlamento, Andrew Scheer —del Partido Conservador— ha exigido la dimisión de Trudeau y ha reclamado que se abra una investigación contra él por obstrucción de justicia. “Sencillamente, Justin Trudeau no puede seguir gobernando este país ahora que los canadienses saben lo que ha hecho”, dijo Scheer el jueves.
Sin embargo, el Partido Laborista de Trudeau ha cerrado filas en torno a él, alegando que no se han cometido ilegalidades y que el primer ministro —diputado por la provincia oriental de Québec, donde SNC-Lavalin tiene su sede y unos 3400 empleados— buscaba defender los puestos de trabajo de los empleados de la compañía.
Trudeau se vio ya afectado en julio del año pasado por un escándalo, de naturaleza diferente, al ser acusado por la periodista Rose Knight de haberla manoseado en un concierto benéfico para recaudar fondos destinados a una organización dedicada a la prevención de muertes causadas por avalanchas en las montañas canadienses.
